Después de pasar por pequeña y desagradable discusión en la mesa, Salomé también se levanta. Y se va a la habitación con el niño.
Jorge deja ir a su esposa y luego le dice a su padre:
— Nosotros no estamos aquí para molestarlos, estamos aquí porque tuvimos una enorme dificulta en nuestra casa y ustedes lo saben.
— Hijo, no me digas eso a mí, dice lo a tu madre, ella es la que no se la lleva bien con Salomé.
Jorge se levanta de la mesa, y le dice a su padre:
— Espero que esto no dure por mucho tiempo.
En ese instante, Jorge también se retira de la mesa iba acompañar a su mujer. Cuando Fabian se va a buscar a Cristina en su habitación y aplaude, diciéndole:
— Bravo, bravo, bravo, conseguiste que nuestro hijo se enojara con nosotros... ¿qué?, ¿no vas a decir nada?
— Fabian, perdóname.
— díselo a tu hijo, no a mí...
En ese momento, Jorge le expresa a Salomé:
— ¿Por qué no me habías contado lo que estaba pasando con mi madre?
— Porque no quería que esta casa se volviera un tire y afloje, y en una contienda interminable.
— Pues ya tenemos un tire y afloje.
Cristina entra en la habitación. Y de inmediato le dice a Salomé y a Jorge:
— Muchachos, vengo a disculparme por todo lo que he hecho... Salomé, perdóname.
Salomé le responde a Cristina:
— No se preocupe, yo ya la perdoné.
Cristina mira a Jorge, y le dice:
— ¿Y tu hijo?
— Tranquila mamá, espero que lo que dices sea sincero.
— Si, yo no quiero que estemos peleados... ahora pueden replantear las cosas y quedarse aquí.
Al mismo tiempo, Salomé y Jorge dicen:
— ¡No!
Jorge le expresa a su mamá:
— Esa es una decisión tomada y no hay marcha atrás.
Cabizbajo, Cristina le dice a su hijo:
— Bueno, si esa es tu decisión, yo te la respeto... los dejo.
En ese instante, Cristina se va de la habitación. Cuando Salomé le dice a su esposo:
— Yo quiero conocer a Ramiro.
— Está bien, mañana le dejamos el niño a mi mamá y te llevo a conocerlo.
El día siguiente, Jorge cita a Ramiro en una cafetería de centro de la ciudad. Y junto con Salomé, hablan de los detalles del viaje y el costo.
Después de hablar con Ramiro, Jorge habla también con sus padres, el cual se comprometen a prestar el pasaje del viaje.
Dos semanas después, Ramiro le cumple a Jorge y a Salomé. Y les saca todos los papeles.
Salomé coge los papeles, y le expresa a Ramiro:
— Muchas gracias, esto es un nuevo comienzo para nosotros.
Jorge abraza a su amigo, y le expresa:
— No voy a tener como pagarte todo esto que has hecho.
Ramiro se sonríe, y les contesta:
— Para mí es un placer ayudarlos y verlos así de contentos me alegra... recuerden que ustedes ya tienen todo asegurado a ya, casa y trabajo, ya le di los datos de ustedes a un amigo a ya en Ottawa, para que los recoja del aeropuerto y los lleve a donde se van a quedar.
Salomé le dice a Ramiro:
— ¿Y cuándo podemos viajar?
— Mañana mismo si quieren.
Jorge se emociona bastante y vuelve abrazar a su amigo. Cuando Salomé dice:
— Entonces viajaremos pasado mañana.
Minutos más tarde en la casa, Jorge y Salomé comienza a organizar su ropa para el viaje. Cuando Cristina toca la puerta de la habitación, y les dice:
— ¿Se puede?
Jorge le contesta a su mamá:
— Si, entra.
En ese instante, Cristina entra en la habitación, y les dice:
— Veo que ya están arreglando todo para irse.
Jorge se sienta en la cama, y le expresa a su mamá:
— Si, estamos ansiosos de viajar y comenzar una nueva vida.
De inmediato, Cristina saca mucho dinero de su bolsillo derecho, y les dice a Salomé y a Jorge:
— ¡Miren! Esto es para que viajen.
Jorge recibe la plata, y luego le expresa a su mamá:
— Gracias, te prometo que cuando nos instalen en el trabajo, les devolveré cada peso que dieron.
— Tranquilo hijo.
Salomé le dice a Cristina:
— Gracias.
En ese momento, Cristina se pone sentimental y sale de la habitación, y se pone a llorar en la sala.
Jorge abraza a su mamá, y le dice:
— Tu bien sabes que aquí en Colombia nos ha ido muy mal. Y por eso tenemos que viajar a Canadá... ustedes también me van hacer mucha falta.
— ¿Y cuánto tiempo se van a quedar allá?
— El tiempo que sea necesario para pagar las deudas que tenemos acá, y después ahorrar para salir adelante.
Dos días después, Salomé y Jorge se despiden de abrazos con Fabian y Cristina. Y antes de irse, los abuelos cargan a Miguel y se despiden de su nieto.
En ese instante, Jorge detiene un taxi, y le dice a Salomé:
— Trae a Miguel, se nos está haciendo tarde.
En ese momento, Salomé carga al niño y entra al taxi junto con su esposo, y se despide o través de Fabian y Cristina desde el carro. Cuando Jorge le dice al taxista:
— Al aeropuerto el Dorado.
Minutos más tarde en el aeropuerto, Salomé y Jorge compran los tiquetes y se van a sentar en la sala de espera. Cuando Salomé le confiesa a Jorge:
— Estoy un poco nerviosa y asustada.
— ¿Por qué?
— Pues... no sabemos cómo es todo allá, la cultura es diferente... no sé, el hecho es que estoy nerviosa.
— Salomé, tú la mejer fuerte e inteligente que he conocido, temblando porque va a un país donde va a tener una mejor vida, ¿o es que le tienes miedo al frio que hace allá?
— No, solo espero que el cambio sea para bien.
Jorge acaricia a su hijo, y le dice a su esposa:
— La vida nos va a cambiar para bien, ya verás...
— Eso espero.
En ese momento, Jorge y Salomé escuchan por las bocinas que el vuelo Bogotá – Ottawa parte en diez minutos.
En ese instante, los ciento treinta y dos pasajeros con destino a Ottawa, se suben al avión...
Editado: 23.03.2023