En la mañana siguiente, Jorge esta desayunando para irse a la fábrica y ve a su esposa cargando a su hijo, y piensa:
"Yo tengo un bonito hogar, no debo de pensar en otra mujer".
Salomé mira a Jorge, y le pregunta:
— ¿Te ha caído mal el desayuno?
— No, no, todo está delicioso...
— ¿Entonces que tienes?
Jorge le miente a Salomé, y le dice:
— Es que estaba pensando en Emily, ¿ya sabes algo de ella?
— No, y estoy muy preocupada por ella.
— ¿Llama a su familia?
— No tengo como comunicarme con ellos, lo único que se me ocurre... no, es una locura...
— ¿Qué?
— No, mejor vete a trabajar que se te está haciendo tarde.
— Bueno.
En ese instante, Jorge se levanta del comedor y deja los platos en la cocina, y le dice a su esposa:
— Espero que la próxima niñera no sea como la que trajo Julián.
En ese momento, Salomé espera que Jorge salga de la cocina y termine de arreglarse, para despedirse del...
Barrio The Glebe, Eliza se encuentra desayunando en un comedor de veinte personas.
Eliza mira a Erica y a Sacha, y les dice:
— ¿Qué hacen allí paradas?, muévanse, terminen de hacer los oficios.
Las dos empleadas se ponen hacer sus qué haceres de la mansión. Cuando Eliza coge su teléfono y le manda un mensaje de WhatsApp a la esposa de Rodolfo.
Chinatown, Emilse lee el mensaje de WhatsApp que le mando Eliza, y de tanta impresión que se tapa la boca con su mano derecha.
En ese instante, Rodolfo termina de bañarse y entra en la habitación. Cuando Emilse le pregunta:
— ¿Le estas vendiendo la fábrica a Eliza?
Estupefacto, Rodolfo mira su esposa, y luego le responde:
— No, claro que no, es ella la que me propuso eso, pero... ¿cómo sabes que me esta mujer está detrás de la fábrica?
— Eliza acaba de mandarme un mensaje WhatsApp. Poniendo un valor tan elevado, el cual supera lo que vale fabrica.
— ¿Qué?... préstame tu celular.
De inmediato, Emilse le entrega su teléfono a su esposo, quien se cerciora del valor tan exagerado que puso Eliza.
Rodolfo llama a Eliza, y le dice:
— ¿Por qué le mandaste ese mensaje a mi esposa? ¿Crees que no tengo dinero?
Eliza se sonríe un poco, y le responde:
— No te enojes Rodolfo, solo quería que tu esposa se decidiera por ti.
— Eliza, te espero en la fábrica.
— Está bien, en una hora estoy allá...
Rodolfo cuelga el teléfono de su esposa. Cuando esta lo piensa mejor, y le dice:
— Sabes que Rodolfo, es mejor que vendamos.
— Voy hacer que no he escuchado eso.
Barrio Preston Street, Rebeca toca el timbre de la casa de Salomé, y mira a su sobrina, y le dice:
— Charlotte, cuidado con portarte mal.
— No preocuparte tía, a mí me encanta cuidar niños.
Salomé abre la puerta. Cuando Rebeca le dice:
— Lo prometido es deuda, aquí está mi sobrina.
De inmediato, Charlotte le da la mano a Salomé, diciéndole:
— Mucho gusto, yo llamarme Charlotte Roy Thomson.
— Yo soy Salomé Gómez.
Rebeca le dice a Salomé:
— No es porque es mi sobrina, pero ella es muy responsable, ya habla español y estudia los fines de semana en la universidad de Carretón.
Charlotte le dice a su tía:
— Ya tía, es suficiente, la señora Salomé solo necesita que yo sea responsable.
Salomé se sonríe, y le expresa a Charlotte:
— Quedas contratada, entremos para que hablemos de cuanto se va a ganar...
Una hora después en la fábrica, Eliza recorre otra vez toda la zona de trabajo antes de ir a la oficina de Rodolfo y ve desde lejos a Jorge. Cuando Rafael deja de hacer lo que está haciendo y se acerca a Jorge, y le dice:
— ¿Ya te disté cuenta quien volvió?
— Rafael, no estoy para adivinanzas y sigamos trabajando.
— Oye, es la mujer de rojo que vino ayer, y creo que te está mirando.
— ¿Qué?... ¿en dónde está?
— Espera, mira con disimulo y te das vuelta. Y luego miras al segundo piso.
De inmediato, Jorge hace lo que le dice Rafael y mira a Eliza, quien al verlo se medio sonríe y se va.
Sorprendido, Rafael mira a Jorge y le expresa:
— Fue impresión mía o es que de verdad esa preciosura de mujer, te está coqueteando.
— Fue impresión tuya.
— No, no, no, no, ¿acaso me viste la cara? esa mujer está babeando por ti, y tu estas como si nada.
— Recuerda Rafael, que yo soy un hombre casado...
En ese instante, Eliza entra en la oficina de Rodolfo, y le dice:
— Buenos días Rodolfo, espero que de esta reunión salga algo bueno.
— No debiste enviarle nada a mi esposa.
— Lo hice para que ella té ayudará a pensar.
— Pues aquí no hay nada que pensar...
Eliza se emociona un poco con la idea de tener otra empresa para ella, y le dice:
— Y... ¿vendes o no vendes?
— Nunca te voy a vender mi empresa, vete de aquí y sacia tu deseo convulsivo y enfermizo de obtenerlo todo, esto es solo un capricho tuyo. Y no te lo voy a cumplir.
Eliza se levanta de la silla e intenta irse. Cuando se da vuelta y se sonríe un poco, y le expresa:
— No digas nunca, porque te puedes arrepentir.
— ¿Eso es una amenaza?
— No, es un concejo.
En ese instante, Eliza se va de la oficina de Rodolfo y al salir de la fábrica mira de nuevo a Jorge.
Eliza se monta en su camioneta, y le dice al chofer:
— Llévame a la petrolera y después a donde Fabricio.
— Si señora.
Barrio Preston Street, después de contratar a Charlotte, Salomé cae de nuevo en una tristeza. Cuando se acuerda que esta sin sus padres y sin su tía Liliana. Y llora en presencia de Miguel.
Luego de unos minutos, Salomé llama a Julián. Cuando le contesta una mujer, que le dice:
— Hello, Hello...
Editado: 23.03.2023