En ese instante, Jorge piensa por un momento en Eliza y la situación que tiene con ella, y le responde a su esposa:
— La petrolera E.R. Limitada.
— ¿E.R. Limitada? ¿Así es que se llama?
— Si, ¿qué tiene de extraño ese nombre?
— En verdad, todo lo que dices suena extraño, pero en fin...
Salomé deja el cheque en la mesa y se levanta y se va. Dejando a Jorge solo en ese lugar.
Jorge coge el cheque y lo guarda, y le dice a su esposa, la cual entra a la habitación del niño:
— Este dinero es nuestro principio del cambio.
Salomé hace como la que no escucha nada y le da un beso en la frente a Miguel, y luego se va a su habitación...
En la mañana siguiente, Salomé se levanta de la cama. Cuando Jorge le expresa:
— ¿Sigues enojada conmigo?
— ¿Tú que crees?
— Amor, todo lo que estoy haciendo es por los dos, eso tenlo presente.
Salomé se va a cepillar los dientes, y piensa:
"Algo extraño estás haciendo... espero que me equivoque" ...
24 de diciembre, Jorge no amanece en la casa. Cuando Salomé se despierta y se da vuelta, y dice:
— ¡No llego!
Salomé respira profundo y coge su teléfono celular y ve la hora, diciendo:
— ¡Esto no lo voy a soportar!
Barrio The Glebe, Jorge termina de hacerle el amor a Eliza, y se da vuelta para un lado de la cama. Cuando esta le expresa:
— ¿Te pasa algo?
— ¿Por qué lo preguntas? ¿No estuve bien?
— Estuviste fatal, estabas pensando en otra cosa menos en mí.
— Perdóname Eliza, no volverá a pasar...
Jorge se sienta en la cama y ve la hora, y le expresa a Eliza:
— Ya me voy.
— Espera, yo no te he dicho que te vayas todavía...
Hospital General Campus, con gran desespero, el médico y las enfermeras buscan por todos lados del hospital a Rodolfo, pero no lo encuentran...
Barrio Preston Street, Salomé mira por la ventana y luego saca su teléfono y le marca a su esposo, pero este no le contesta.
Con mucha ira, Salomé pone su teléfono en la mesa, y decide salir por los al rededores junto a su hijo. Para no pensar en Jorge.
Barrio Chinatown, Emilse se encuentra desahogándose con su hermana Deris. Cuando Rodolfo la llama a su celular, y le dice:
— Hola Emilse, no puedo tardar tanto porque este es el numero de un amigo, ¿pero cómo estás?
— ¿Quién me habla?
— Soy yo, Rodolfo, me acabo de escapar del hospital y de la policía.
— Amor, ¿en dónde estás?
— Eso todavía no te lo puedo decir, hasta que no aclare mi situación, yo voy a buscar la forma de meter a la cárcel a Eliza y de recuperar mi fabrica.
— Perdóname de nuevo.
— No te preocupes más por eso, eso ya paso, te llame para que estes más tranquila.
— Hasta que no te vea no lo voy a estar.
— Va hacer pronto, ahora tengo que colgar.
— Te cuidas.
— Bueno...
Barrio Preston Street, Salomé sale a caminar con el niño. Cuando Salomé lo carga, y le dice:
— ¿Cierto que podemos divertirnos sin papá?
Miguel mira calle, y le dice a su mamá:
— ¡Papá!
— Si, él se lo pierde, pero ahora tú y yo vamos a caminar un poco.
En ese instante, Salomé termina de abrigar bien a Miguel y lo carga, y se va a caminar por el sector. Cuando ve a una pareja compartir con sus dos hijos, y se pone triste.
Después de unos minutos, Salomé llega a un parque que han terminado de hacer hace unos días y se sienta junto a su hijo, y ve a varias personas divirtiéndose, y le dice a su hijo:
— Este parque esta hermoso, espero que a ti también te guste.
Con una lagrima en su ojo izquierdo, Salomé ve jugar a las demás personas. Cuando una joven se le acerca, y le expresa:
— ¡Qué niño tan lindo!
De inmediato, Salomé se sonríe, y le dice a la joven:
— Gracias, ese es su primer paseo con él, después que callera toda esta nieve.
— Ya se van a ir acostumbrando a este frio, yo tengo tres años viviendo acá y ya estoy adaptada a todo esto.
— ¿Eres mexicana?
— Si, soy de Tijuana, ¿y tú?
— De Bogotá.
La joven le da la mano a Salomé, y le expresa:
— Mi nombre es Marcela.
— Mucho gusto en conocerte Marcela, yo soy Salomé.
En ese instante, una niña de cuatro años se acerca a Marcela. Cuando Salomé le pregunta:
— ¿Es tu hija?
— No, pero como si lo fuera, es la hija de mi esposo. Y se llama Katerin.
Marcela carga a la niña. Cuando ve llegar a su esposo, y le dice a Salomé:
— Ya llego, ahora vuelvo...
— Bueno.
En ese momento, Salomé vuelve a ponerse muy triste, y le dice a su hijo:
— ¡Vámonos a casa!...
Minutos después, Salomé llega a su casa y saluda a su vecina del frente. Y entra con el niño a la casa. Para luego caminar de un lado al otro pensando en Jorge...
El día siguiente, Jorge llega a la casa, y se baja del vehículo. Cuando los vecinos Robert y Rebeca lo quedan viendo muy mal.
Jorge no les presta atención a los vecinos y abre la puerta de su casa. Cuando se encuentra de frente con Salomé, la cual esta cruzada de piernas mirando hacia la puerta.
Jorge se siente muy mal, y le dice a su esposa:
— Hola amor, perdóname por ausentarme la noche del veintitrés y el día de ayer, pero no sabes lo que me sucedió...
Ante la mirada fría de Salomé, Jorge pone un portafolio en una silla, y le expresa:
— Me toco viajar a Vancou por una certificación de la petrolera.
— ¿Vancou?...
— Si, Vancou.
— No será Vancouver.
Jorge pone su mano derecha en su rostro, y le confirma a su esposa:
— Tengo la cabeza en otro lado, si, es Vancouver.
— Prosigue.
— Eh, como te decía, me toco ir a esa ciudad y arreglar ese inconveniente personalmente, porque si no resolvía eso, iba a comenzar a tener déficit de entrega para esa misma ciudad... bueno, como veras, todo el tiempo se me fue en eso. Atendí a más de diez personas y fue muy fatigante, al punto que sufrí un fuerte dolor de cabeza, que viene a despertar en un hotel de esa ciudad... no recuerdo a qué hora me desplace a ese lugar, pero lo hice, y el celular lo tenía descargado... espero que eso no se repita, ¿me crees lo que te he contado?
Editado: 23.03.2023