— ¿Me amas? —le preguntó ella, un poco indecisa.
—... Demasiado —le contestó él con una sonrisa.
—¿Y, algún día... Dejarás de amarme? —le volvió a preguntar nerviosa y con miedo, miedo que todos tenemos.
—... Claro —le dijo con un tono delicado, con una sonrisa tímida—algún día dejaré de amarte. —Vio cómo sus ojos se llenaron de lágrimas y después le dijo:
—Cuando el silencio grite tu nombre, cuando las estrellas desaparezcan para siempre, cuando la luna pierda su brillo, ese día dejaré de amarte.
«Cuando el mar siempre esté en calma, cuando los ríos dejen de fluir, cuando la lluvia empape mi alma, ese día dejaré de amarte.
«Cuando mis sueños se vuelvan eternos, cuando un atardecer no tenga fin, cuando mis versos no sean para ti, ese día... Dejaré de amarte. —Se acercó lentamente hacia ella, la abrazó y le susurró al oído— Cuando todo eso suceda, se acabará mi amor por ti; mientras tanto, te amaré con toda el alma. No tienes de qué preocuparte, te amaré hasta que tú y yo nos volvamos polvo.
Alexa y Nayeli
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Editado: 14.04.2024