Melania

El día en que conocí a Melania nunca imaginé  que algún día luchariamos juntas. Uno porque no pensé que fuera contra mi hermano y dos... yo no sabía nada sobre combate. Así que aquí estaba, un día después de que Melania salvara mi vida, me encontraba en un campo de entrenamiento. Prácticamente me había arrastrado aquí desde la primera hora del día y me había obligado a correr en la pista, saltar obstáculos y empezamos con combate cuerpo a cuerpo. 

一Ya no puedo... estoy exhausta一 dije mientras me dejaba caer en un banco  con una botella de agua en la mano. Melania me veía con cara de no poder creer que estuviera cansada cuando ella ni siquiera tenía una sola gota de sudor. 

一Bien, descansa. De cualquier forma tienes que ir a cambiarte, mi padre ha pedido que nos reunamos con él en su despacho para comenzar a analizar la situación y ver como podemos jugar nuestras cartas一. Se sentó a mi lado y dejó escapar un largo suspiro一. Aún no creo que Areu fuera así.  Hubo un tiempo en que era increíblemente atento y caballeroso, amable y servicial... Me hacía sentir cómoda todo el tiempo, siempre me dio mi espacio y creí que del matrimonio por conveniencia podría surgir, si bien no amor, una sana relación.  Luego nació Eros y todo cambio. Se volvió frío, cortante, estaba la mayor parte del día sin saber nada de él. Me sentí tan miserable cuando me dijo que no era más que una simple mujer que tenía que estar para él cuando se le antojaba, que no podía hacer nada que él no permitiera y... llegó a pegarme一. Yo la miraba asombrada, ella seguía mirando al frente, con la cabeza en alto como toda una reina. En ese momento comprendí que Melania era una mujer fuerte, valiente y luchadora. No se dejó amedrentar por el idiota de Areu y aquí seguía, luchando para demostrar que nadie es lo que aparenta. Yo en Palacio Central la veía como la sumisa y servicial esposa de Areu, siempre siguiendo el protocolo con el que fue criada; con la sonrisa en el rostro que era tan común en ella y la disposición para ayudar a cualquiera. Pero no me daba cuenta que detrás de esa cortina, había una mujer que había dejado todo atrás, hogar, amigos, familia... para estar al lado de un hombre que no la valoraba, que le humillada y no le quería. Melania era paciente, pero también sabía hasta que punto soportar一. Pero sabes como soy, mi carácter no da para eso. Tampoco mi orgullo así que le regresé el golpe y le dije que sí me ponía de nuevo una mano encima, me regresaría a Calion con Eros, antes de que se diera cuenta y se anulaba la alianza. 

一Hay algo que no entiendo, si se supone que el Emperador Lisandro te había llevado de vuelta aquí cuando comenzó la guerra contra Neartom ¿Por qué estabas en Palacio Central cuando asesinaron a mi madre? 

Melania me miró mientras sopesaba su respuesta. No sabía como tomarme su silencio.

一Areu, él me hizo volver. Dijo que encontró un documento que involucraba a mi padre en un complot contra Neartom. Me obligó a volver o de lo contrario mostraba el documento al cretino de Kilian y arruinada a toda mi familia y país. Era una buena jugada, he de decir. Había llegado un día antes del asesinato de tu madre y por eso estaba ahí cuando ocurrió. Pero tan pronto como tuve la oportunidad busque a Helen y a Silas para que me ayudaran a reclutar aliados para tu rescate. 

Permanecemos sentadas un rato más, ninguna hablaba pero el silencio no era incómodo. 

一¿Quienes son ellos? ¿Por qué confías tanto en ellos?一Yo no había apartado la mirada del horizonte pero sentía la mirada de ella sobre mí. Después de unos segundos contestó.

一Son los hijos de la mejor amiga de mi madre. Crecimos juntos, hacíamos todo juntos, ellos darían su vida por mí así como yo lo haría por ellos. Por eso es que cuando decidí rescatarte lo hice con ellos luchando a mi lado.

Después de decir eso se levantó y todo mi mano ayudándome a ponerme de pie. Caminamos lado a lado hasta la entrada del Palacio pero un pasillo antes de llegar a mi habitación ella cambió de dirección.  

Di la vuelta en el pasillo correspondiente a mi temporal aposento y me quedé helada al ver al guardia en turno. Era aquel joven guardia de ojos azules que me vigilaba en las mazmorras donde me tenía prisionera Kilian. Ahí no lo podía apreciar tanto por la oscuridad del lugar pero con la luz del ventanal que tenía enfrente era imposible negar que el guardia era apuesto. Poco a poco me acerqué y cuando llegue a la puerta el giró su rostro hacia mí.  Me di cuenta que me recordaba por su mirada, había un destello de diversión en sus ojos. Su rostro realmente parecía serio, lástima que sus ojos lo delataban.

一¿Así que eras infiltrado?一pregunte con las manos en la cadera. Sabía que probablemente no me contestaría pero me sorprendí mucho cuando lo hizo.

一Alguien tenía que dar información de tu paradero y la poca cordura que te quedaba. Yo le dije a la princesa Melania que no estabas tan bien de la cabeza y que no valía la pena rescatarte pero ella insistió, y ante las órdenes de la princesa no sé puede decir que no一. Por sus palabras me sentí un poco herida pero sabía que bromeaba... o al menos eso espero. Cuando finalmente sonrió supe que sí, efectivamente era una broma.

一Déjeme decirle que no es nada gracioso一 dije fingiendo enojo pasando a su lado y golpeando levemente su hombro después de abrir la puerta para adentrarme a la habitación.  Pude escuchar su risa a mis espaldas y disfrutar de aquel bonito sonido que sin darme cuenta me hizo sonreír. Al menos en este Palacio había alguien que se divertía, aunque fuera a costa mía. 

Espere afuera del despacho del Emperador a Melania, solo que no soy muy paciente y daba vueltas por el pasillo. Mi guardarropa en Calion no era muy grande, así que solo llevaba un vestido olgado esmeralda. De pronto apareció Melania con un atuendo casual, un vestido plateado que resaltaba sus ojos grises. Por alguna razón el ver a Melania tan imponente, caminando con paso seguro al despacho de su padre me hacía sentir pequeña, insignificante. Ella fue criada como princesa y lo era, yo jamás fui instruida como una y aunque lo era no lo parecía.