- ¡son unos asesinos! –
- ¡eran niñas! –
Y blah blah… bueno… casi nos asesinan… explicamos que estaban en una serie de netflix porque si no… no estaríamos aquí para contarlo… un asesino estaba suelto así que la gente empezó a entrar en pánico, enviaron a los niños a la ciudad… Jack y yo teníamos que encargarnos de atraparlo… lo cual no lo habíamos conseguido con mucho éxito… él no aparecía eso era preocupante…
-traje un arma…-
- ¿Cómo te atreves a traer un arma a la casa de mi madre? – le había regañado… tenía miedo de que esta vez mi madre nos llevara a la policía… al alguacil… teníamos miedo de él ya que bueno… sospecha de todo el mundo.
-Vamos a guardarla en nuestras cosas… tranquila-
Después de unos días… -Abi… ¿Por qué hay un arma en sus cosas? –
-Umm…-
-chicos…-
-la verdad… queremos atraparlo, por nuestra amiga-
-déjenlo al alguacil chicos-
-Mamá- le interrumpí –Tenemos que hacerlo nosotros-
-a ver... ¿ustedes? Creo que es un cuento para ustedes… hacer una barbaridad-
-Eso es una locura mamá, ¿Cómo te atreves a pensar eso? –
-Solamente María entien…-
-No mamá… lo que entiendo es que piensas que somos unos locos, que están aquí para asesinar gente inocente ¿en qué mundo estas, mamá? –
Y… en ese momento… aparece Jack, fue muy chistosa esa escena… -Traje pollo-
-Estoy en el mundo real María… me dices la verdad o se van del pueblo, así de sencillo-
Después de una larga charla… mi mamá nos dejó sin arma, estábamos indefensos… Abi lloraba todas las noches diciendo: siento como se acerca, siento como se acerca … estaba traumada con ese maldito viejo… cuando estábamos solas, Jack conseguía otra arma, no sabía con qué medios, pero él las guardaba en el sótano, todo normal… aparentábamos ser normal… yo era la única que sabía quién era… los pueblerinos se asustaron siempre entrando en pánico que ya nadie abría sus negocios y tenían en custodia a sus hijos pequeños porque no tenían familia en las ciudades.
Bueno… cuando llego el día en el que me lo encontré en una panadería mostrando una maldita sonrisa… le susurre a Jack que él era el asesino, tuvimos que mantener en silencio, parecía un hombre de bien, como un pueblerino cualquiera, nada sospechoso hasta ese punto.
Lo seguimos hasta llegar al establo abandonado que hay aquí en el pueblo, estábamos decididos… teníamos que actuar rápido antes de que ocurra una masacre en este pueblo... algunos caballos de los residentes desaparecieron, su sed de sangre de cualquier ser vivo mantenía en pie. Era de noche, cuando mi madre me dice que nuestros familiares van a venir ya que estábamos Jack y yo en casa… me asuste teníamos que estar alerta, no pudimos hacer nada con respecto al tema. Las dos de la mañana, seguía despierta, Abi estaba llorando como de costumbre, Jack tenía la sospecha de que el sabia en donde me encontraba y mantenía vigilando el lugar como si fuera su casa.
-Tenemos que ir, tu madre esta desmayada- Jack fue al sótano y saco el maletín de armas, llevamos linternas, cuchillos de la cocina y una pequeña granada que avisaría que estábamos en ese lugar, no actuaríamos con la granada en su contra, cuando explotara avisaría al alguacil y a los demás, todo era un plan perfecto para nosotros, le dijimos a Abi que se quedara en la casa, ya que bueno… no quería volver a perderla… *suspiro*
-Vamos…-
Habían fiestas, sí, como un pueblo normal… no éramos los únicos... locos que hacían fiestas cuando un asesino andaba suelto, bien… todo normal…
Había llegado la hora de que el infierno de Abigail parará, apenas nos acercamos al establo sentimos el hedor… teníamos que estar preparados psicológicamente y físicamente para enfrentar a ese maniático. Abrimos lentamente el establo cuando hicimos eso, apagamos las linternas, sentimos como ratas salían y pasaban por nuestros pies, me dio un asco… un asco terrible que casi grito y Jack me tuvo que tapar la boca para que yo no lo haga… en verdad… estaba asustada…
- ¿Qué hacen ustedes dos aquí? – escuchamos la voz de un anciano atrás de nosotros, Jack soltó rápidamente la linterna y agarro cualquier arma que se encontraba en aquella mochila… empezó a disparar a lo loco, sin apuntar, sin precaución… encendí mi linterna y no había nadie… cuando… sentimos como nos arrastraban hacia adentro del establo, nos agarraban con fuerza, yo… sentía como un líquido en mis manos cuando nos soltaron - ¿Jack? ¡¿Jack?! –
- Aquí estoy pequeña-
Agarre una linterna, y… habían… caballos, hombres… mujeres muertos a nuestro alrededor… sentí unas ganas de vomitar horribles, una de las sensaciones que nunca olvidare en mi vida, y una de las escenas más perturbadora que he visto, literalmente sus órganos estaban afuera, sus ojos, algunas cabezas… perdón por dar una imagen mental, pero es que era horrible.
- ¡Avisemos! – Jack estaba en shock, cuando agarre la granada, me habían disparado en el hombro, Jack no aguanto y vómito –serán… parte de mi colección- vi como las luces viejas del establo se prendían haciendo ver mejor aquel espectáculo, la sangra se resbalaba por todo mi brazo y terminaba su recorrido en mi mano, les juro que no podía sentirla… solté la granada de repente y Jack después de su vomitada (xd) agarro un arma y le empezó a disparar a ese señor, yo me encontraba en el suelo retorciéndome de dolor, la sangre de aquellas personas se encontraba en mi piel y en mi ropa. Yo estaba en medio de la guerra de disparos que tenían, los dos eran malísimos, había que admitirlo… -Toma la granada y avisa a la gente, dame esa arma- tenía la bala en mi hombro derecho…
- ¡por favor para, maldito bastardo! –
Le alcance a disparar en la pierna, haciendo caer y desaparecer entre los cuerpos, ya que… se encontraba en una montaña de varios… seres muertos.
Jack tiro la granada haciendo que explotara y alarmara a la multitud de afuera… incluyendo a mi madre… Me levante como pude, y vi como salía del establo herido con una pierna… cojeando… demás cosas… me dispuse a perseguirlo, agarre otra arma que estaba cargada completamente y empecé a dispararle, todavía nadie venia, aunque los disparos se escuchaban hasta en el infierno… cuando menos lo pensé, apareció Abi en frente de él… parecía que él la podía ver… se espantó y su rostro, nunca olvidare su rostro cuando se enteró de que estaba perdido, me acerque como pude, y Abi me sonrió, esa cara de satisfacción, una cara de… “el infierno ya se acabó” no lo pensé dos veces y dispare… Jack fue a buscarme, nos encontrábamos unos metros afuera del establo.
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perdidas tristeza y soledad, terror mejor amigas bff, finales felices
Editado: 16.11.2020