Me desperté, aun podía percibir el aroma de Natalie en la almohada, ella siempre se levanta treinta minutos antes exactamente antes que yo, me prepara un café…como solo ella sabe, al decir verdad, soy muy afortunado de estar junto a una mujer perfecta como ella.
-Mi amor ya levántate, no quiero que llegues tarde a tu ultimo día como Subcomisario- Dijo Natalie con la mayor de las alegrías.
-Hermosa, sabes que nada de esto sería posible si no te tendría a mi lado-
Desayune, unas ricas tostadas con manteca y un poco de mermelada sabor a Frambuesa, Nati siempre desayunaba igual… un simple exprimido de naranja y para acompañar una pan de centeno con crema de queso fresco y semillas de girasol, así empezaba su día… para cargarse de energía e ir a entrenar.
Ella siempre me dijo que esos largos trotes por la costanera le servían para aclarar su mente, poder despejarse y pensar mucho mejor… además de bueno…verse muy bien.
Pelo castaño, ojos verdes, con el poder de hipnotizarme con ellos, un abdomen plano el cual se nota que está muy trabajado… y para mí, lo más bonito, su hermosa sonrisa… eso era lo mejor que podía ver en un mal día, al llegar a casa… tirarnos en el sofá y ver una película o simplemente dialogar, y terminar ambos entregándonos al otro completamente.
-Amor ¿me acompañaras a mi asenso?
-Me encantaría…pero hoy tengo que remplazar a Emma- La note apenada al darme la noticia.
-No hay problema…Cuando llegue a casa te contare todos los detalles.
Fui hasta la habitación, abrí el guardarropa y me probé un saco azul eléctrico que había usado en la Graduación de Nati.
-¿Qué tal me queda bebe?
- Ya pasaron 3 años y aun se me estremece el cuerpo al recordar esa noche, se viene a mi memoria el momento en el cual nos sacamos esa foto – Señalo con el dedo índice al espaldar de la cama donde yacía ese recuerdo impreso, estaba tan hermosa con su vestido rosa…parecía una verdadera princesa de Disney.
Me puse el Jean negro ajustado… me ajuste el cinto, apreté los cordones de los zapatos, Natalia me acompaño hasta la puerta nos dimos un apasionado beso, y con paso firme y muy seguro de mi mismo fui hasta el auto, sin antes exclamar…
-¡¡¡¡Te amo mi amor!!!!
-¡¡¡¡Yo más hermoso!!!!
Di marcha y Salí hacia el cuartel general, con mucha emoción, hoy será un gran día.