Capítulo 2: Sakura como Sora, Shaoran como Arashi
- ¡Shaaaoorann! - la carita feliz de Mokona pegada a su cabeza ya era un clásico despertar para el muchacho.
Shaoran se levantó, y observó que en un rincón de la habitación que había unas prendas prolijamente dobladas. Como era costumbre ya, si tenía que transitar por ese mundo, debía vestirse como la gente de allí, para no levantar sospechas.
Luego de vestirse, salió de la habitación y se dirigió al cuarto de Sakura para ver si seguía dormida. Era habitual ya que la princesa durmiese bastante, por la falta de recuerdos. Llamó a la puerta, esperó, al ver que no respondía, abrió la puerta despacio, y al dar un rápido vistazo, pronto se dio cuenta de que ella no se encontraba allí.
- Sakura está en el comedor, con todos los demás - le informó Mokona.
- Esta casa es muy grande. ¿Puedes decirme como llegar allí? - le preguntó Shaoran.
- ¡Mokona te llevará! - exclamó con entusiasmo la criaturita blanca.
Y así fue. Llegaron y estaban todos con alguna actividad distinta: Kurogane estaba practicando y ejercitándose con su espada, al lado del comedor; Fye estaba terminando de decorar un pastel en la cocina, Yuuko estaba sentada, tomando el sol matinal de invierno frente a un gran ventanal, y Sakura estaba a su lado, observando la tarea de Fye. Mokona pronto fue al lado de Yuuko para recibir los rayos solares también. Se encontraba con ellos la Mokona negra, haciéndoles compañía. Hacía un poco de frío y la nieve cubría todos los rincones del jardín delantero, que era el que se veía desde allí. Se notaba que la noche anterior había nevado. Cuando Shaoran llegó, Sakura se levantó de su asiento y se dirigió hacia él.
- Buenos días, Shaoran-kun - Sakura lo recibió con su hermosa sonrisa.
- Buenos días, princesa - respondió Shaoran, sonriendo también. - ¿Has podido dormir bien? -
- Si - respondió ella. - Creo que fue gracias a que me escuchaste, que pude dormir sin preocuparme más - Ella lo miró directo a los ojos en un momento. - Gracias, Shaoran-kun - cerró los ojos y sonrió. Él le devolvió la sonrisa.
- Shaoran, princesa Sakura, ¿pueden venir un momento? - Yuuko los llamó. Ambos jóvenes se acercaron hacia ella. - Debo advertirles algo - Comenzó. - A pesar de que luego tendrán que cambiarse de atuendo, sus yo de este mundo no deben verlos. Podrían atacarlos, pensando que es un truco del mago Clow. Por lo tanto, hagan todo lo posible por pasar desapercibidos -
- ¡Puu! ¡Mokona tiene la solución para eso! - dijo la criatura sonriente.
- ¿Cuál? - preguntaron Sakura y Shaoran a la vez, mientras Yuuko sostenía en brazos algo de ropa...
Lo siguiente que pasó en esa mañana fue bastante cómico, pero al final, los jóvenes tuvieron que aceptar que era lo mejor para poder cumplir con su objetivo. Luego del almuerzo, se dirigieron a sus habitaciones para poner en práctica la idea de Mokona...
La primera en salir fue Sakura, pero estaba irreconocible. Es más, no parecía una chica. Tenía puesto unos pantalones de jean que le quedaban algo grandes, sostenidos por un cinturón negro, con una enorme sudadera roja y una gorra negra con la vicera hacia adelante, donde recogió su pelo. Tenía de calzado una zapatillas blancas algo desatadas.
- ¡Fiuu! ¡Fiuu! Sakura está irreconocible - dijo Fye, quien estaba sentado en una mesa de un hermoso comedor tomando el té con una rebanada del pastel que había terminado esa mañana.
Kurogane estaba sentado a un lado. Cuando vio entrar a Sakura, no la reconoció al principio, y cuando escuchó el comentario de Fye, sus ojos se abrieron inmensamente. - ¿Esta era la idea del bollo blanco? - preguntó Kurogane, sorprendido.
- Eso quiere decir que si Sakura se disfrazó de chico... - Fye no pudo continuar, ya que alguien estaba protestando tras la puerta que daba al comedor.
- ¡Tienes que salir, Shaaorann! - y vieron a Mokona encima de la cabeza de lo que al principio vieron como una chica, para luego darse cuenta de que se trataba de Shaoran disfrazado. Tenía un atuendo muy bonito. Un precioso vestido blanco de falda bastante larga, considerando lo largo de sus piernas. Sobre el vestido, un saco celeste. Sobre su cabeza, una peluca, con la cual quedaba a la vista como una preciosa muchacha de cabello largo oscuro, con una cinta blanca para terminar de decorar sus cabellos. En sus pies, unos zapatitos blancos, y en su cara, todo el color rojo que se pueda imaginar en un rostro avergonzado.
- Te ves muy tierno, Shaoran - bromeó Fye.
- ¡Je! No te pareces para nada al mocoso - dijo Kurogane, con una sonrisa irónica en su rostro.
- Por lo menos no es la primera vez que tienes que disfrazarte de este modo - comentó Yuuko.
- ¿Cómo lo sabe? - preguntó Shaoran.
- Mokona me estuvo contando anoche todo lo referente a los viajes - contestó la bruja.
Shaoran y Sakura no se vieron el uno al otro hasta ese momento. Cuando se examinaron, ambos comenzaron a reirse con ganas. De verdad parecían lo que debían aparentar.
- Ahora ya pueden ir a Tomoeda sin que sus yo de este mundo los reconozcan - dijo Yuuko.
- ¡Mokona tuvo la idea! Para que ninguno corrieran peligro, mejor disfrazarlos a Sakura de chico y a Shaoran de chica. Ahora solo les falta un nombre para cada uno... - Mokona pensó un momento. - ¡Sakura se llamará Sora, y Shaoran se llamará Arashi! -
- Me parece una buena idea. - expresó Yuuko. - Bueno, ya es hora de irnos. Los llevaré a conocer Tomoeda, así pueden buscar la pluma con más calma, ahora que hay tiempo -
Y así fue. Salieron de allí y tomaron el tren hasta Tomoeda. Mientras estaban en el viaje, Sakura les contó a los demás su sueño. Cuando terminó, Fye fue el primero en hablar.
- Si hay más de una pluma de Sakura, por lo menos el trabajo de buscarlas ya se nos alivianó un poco. Ahora solo queda saber cómo deshacemos la fusión de ambas plumas -
- Y es por eso que estamos viajando ahora - dijo Shaoran. - Con el tiempo que tenemos ahora, solo debemos investigar todo este asunto.