Cuando Dameron, Mitzrael y Klaus llegaron al Consejo Intergaláctico, en la pista de aterrizaje esta un comite; entre ellos la que sustituyó las funciones del príncipe Rami. La emperatriz se dirige al príncipe Dameron:
—Me alegro que haya llegado — con una sonrisa hipócrita, porque el único interés que tenía es por el hermano de Melek.
—Sí, señora.
—¿Supongo que lo trajiste? — pregunta la emperatriz.
—¿Qué cree, señora? — pregunta Dameron.
—Así que él está allí — con curiosidad y ve al joven humano que no supera los treinta y dos años, aparenta menos edad y es muy guapo.
—¿Usted es el señor Hoffmann? — pregunta la emperatriz.
—Sí, soy Klaus — se presenta y la emperatriz se sorprende que él está muy tranquilo.
—¿No estás asustado? ¿No sientes temor? — pregunta con curiosidad.
—Señora, he leído mangas, libros e historietas suficientes para entender cómo funciona el mundo y no creo que seamos la única especie con algo de inteligencia — dice Klaus y Dameron ríe disimuladamente ante la palabra "señora" cuando ella tiene la misma edad que él y no es una mujer casada. La expresión de la emperatriz al escuchar la palabra "señora" hizo cuestionarse si todavía es joven a pesar de sus cuatrocientos años.
—Para su información soy señorita y soy muy joven.
—Bueno sí usted lo dice, porque tengo que contradecirla "señorita" — se encoge de hombros y Dameron se quería reír al igual que Mitzrael, la emperatriz los mira con enojo y Klaus la quiere ignorar e irse a buscar a su hermana. — Además vengo al grano solo vine por lo que le sucedió a mi hermana.
—Lo comprendo, señor Hoffmann — dice la emperatriz que observa unos segundos la tableta que tenía. — Entonces nos tiene que acompañar joven Hoffmann, así que vamos.
—Está bien.
Klaus acompaña a la emperatriz en silencio y también el capitán Montgomery y Mitzrael. En donde es llevado a un laboratorio para darle un chequeo médico, en ese momento Dameron y Mitzrael hablan entre ellos:
—¿Crees qué es una buena idea lo del hermano de Melek?
—No es una buena idea — habla Dameron con sinceridad.
—Es que hay algo que no tiene sentido.
—¿Qué cosa? — pregunta.
—Es la tranquilidad de como se lo está tomando el señor Hoffmann, o sea el hermano de Melek.
—Eso es cierto — dice. — Me di cuenta de ese detalle, no se asusto con nada de esto.
—Es cierto, es como si... — exclama Mitzrael.
—¿Sí qué?
—No lo sé aún — dice Dameron.
Ambos no pierden de vista a Klaus que miraba todo entre curioso y asombrado, en menos de veinte minutos llegan al lugar que es el hospital del Consejo Intergaláctico. La emperatriz se detiene y explica a Klaus:
—Bueno aquí es el..
—Es el hospital — interrumpe Klaus que mira todo con tranquilidad y esto despertó la curiosidad de la emperatriz que tiene la sospecha que Klaus sabe más de lo que dice o solo es alguien incrédulo.
—Entre, joven Hoffmann.
—Si es lo que quiere — dice Klaus y entra a un box en donde está una enfermera que ve al joven humano, y se sorprende al verlo.
—Un gusto... — dice la enfermera.
—Un gusto, señorita — dice respetuoso.
—Su nombre y apellido — exclama la joven enfermera.
—Klaus Hoffmann, señorita — responde con amabilidad.
—¡Ajá! — responde la muchacha y saca una jeringa para sacar sangre. — Le sacaré sangre para poder identificar a su hermana en el caso en que condiciones se encuentre ella.
—Lo entiendo, pero puedo preguntar algo — dice Klaus algo tímido.
—Puedo decirle algunas cosas por rumores que escuche — dice la muchacha. — Me imagino que es de su hermana y lo único que puedo decir es que ella sabía algo antes de su secuestro.
—Lo sé, siempre fue muy astuta — sonríe Klaus. — Recuerdo que cuando era niña por un tiempo se disfrazó de detective del siglo XIX.
—Ella es astuta, pero se hizo de enemigos más fuertes que ella — dice la muchacha con tristeza y termina de sacarle sangre a Klaus. — Y espero que por la divinidad no le ocurra algo malo.
—Por eso estoy aquí, para buscarla.
—No lo creo usted tiene otro propósito muy diferente a ella — dice la muchacha que Klaus no ignora lo que dijo.
—¿Por qué lo dice? — pregunta con curiosidad.
—En mi raza tenemos poderes psíquicos, aunque nos vemos frágiles somos más fuertes — dice la muchacha que mira más de cerca a Klaus.— Nunca le han dicho que usted es un humano puro muy atractivo.
—¿Humano puro?
—Le voy a contar historia, los humanos después del siglo XXIV se mezclan con otros "seres", en este mestizaje resultamos " humanos más evolucionados" entre ellos poderes psíquicos y muchos poderes más — comenta la joven enfermera.
—¿Tú eres el resultado de esa mezcla, no es así?
—Es bastante sagaz y listo — dice la muchacha.
—Son palabras que no suelo escuchar.
En ese momento entra al box la emperatriz e interrumpe la conversación de ambos, Klaus se vuelve a remangar su camisa y ella dice:
—¿Ya terminó? — exclama con autoridad.
—Sí, señora.
—¿Me imagino que el joven humano se puede retirar? — pregunta con recelo.
—Sí.
—Nos retiramos — dice la emperatriz y Klaus se levanta, se acerca a la joven y toma una de sus manos, luego deposita un suave y delicado beso.
—Es un placer conocerla y espero que tenga un buen día — sonríe Klaus, la chica está completamente ruborizada y apenas podía articular palabra.
—Se-se lo agradezco — sonríe y toma la mano para decirle algo al oído. — No confíe en nadie, preste atención a su alrededor y que su brújula sea su instinto.
—Lo tendré en consideración, señorita — sonríe Klaus y sale del box, la emperatriz la mira de forma fulminante y se retira del lugar.
Klaus mira todo el lugar y la emperatriz lo observa con precaución, Dameron está detrás de ellos y Mitzrael está junto con ellos. En ese momento la emperatriz le habla a Klaus.