Las dos caras de la moneda

Capítulo 1 "sólo una noche"

Todo era fácil, era sencillo, era normal.
-Sabes que te quiero, ¿Verdad?
-Por supuesto ¿Por que lo dices?-Sus manos tocaban mi rostro, mientras yo trataba de no llorar, el solo contaba con una expresión: confusión.
-lo siento, yo...yo no quería, ojalá y algun dia me llegues a perdonar-trataba de entenderme pero no podía decírselo ni explicárselo, ya había tomado una sedición y ni el o Zoe podían convencerme para retractarme.
-Nunca logre entenderte, pero vamonos de aqui, a... a donde nadie nos conozca solos nosotros dos, esta pesadilla se ha acabado, buscaremos ayuda y saldremos adelante, si podemos -acaricio mi mejilla, vi ese brillo en sus ojos ¿Estaría diciendo la verdad?
-No- contesté y saque el arma que tenia detras de mi paltalon soltando así el gatillo, dejé caer el arma. No lo solté no podía, vi que sus ojos me miraba, lo hice y me arrepiento, pero no había otra elección.
-ya no mas-susurre, se habia desplomado mientras la sangre brotaba sin aparentar un fin, el no dijo nada mas. De pronto aparecio zoe, con un equipo de policias pero ya era tarde, ya había acabado todo. Ella solo me miro y se inclinó hacia donde estaba colocando su arma en el suelo, no lo queria soltar, no por el momento. Podía notar que no encontraba las palabras para consolarme, y era creible mate a la única persona que amaba, pero también mate a la persona responsable de el daño que alguna vez me había causado a mi y a mucha gente.
Se acabo dije en mi mente, mientras recordaba la primera vez que lo conocí, o al menos en lo que recordaba, ¿Lo volvería a ver? Posiblemente, aun que la pregunta era cuando y donde.
Su piel se tornaba de una temperatura calida a fria, sus ojos ya no estaban abiertos habían cerrado para ya nunca volverlos abrir y sus manos ya no me tomaban, al contrario las tomaba yo, era lo único que podía hacer, no mas.
-Hiciste lo que tenias que hacer.
-Pero esto no estaba planeado, yo lo decidí y no quería, pero tenia que.
-¿y por que lo hiciste?
-No lo entenderias, es difícil de explicar, no tanto para que yo lo entienda pero si para que tu lo hagas, y si te molesto no quiero saber nada mas de hemich, ni de mi hermano, ni siquiera de este equipo que por mucho tiempo me ocultó tantas cosas.
-Esta bien, puedes tomarte tu tiempo, un mes tal vez dos lo que necesites, nosotros te comprenderemos.
-No lo entiendes, no quiero tiempo, quiero irme, salir de esto de una buena vez.
-Ven, vamos a hablar- tomo mi brazo y tuve que soltarlo, mientras que los paramédicos hacían su trabajo, zoe me llevaba hacia afuera de la bodega donde mas patrullas habían, al menos unas diez mas otras dos ambulancias-Ven, siéntate-no preste atención a lo que zoe tenia que decir, mi vista solo se fijaba a esa camilla que iba hacia el interior de esa vieja bodega-¿Crees que estará bien?-pregunte, pero no recibí respuesta-Zoe ¿Estará bien?, lo repetía una, dos, tres veces y nada.
fija y fría mirada, no se podía hacer otra, vi que mi mano y parte de mi brazo tenia sangre, no había rasguños , no había golpes, no había mordidas y no había disparos solo sangre roja y seca-Anna ¿Escuchaste? ¿Lo aceptas?-acepte con la cabeza sin pensar y sin preguntar, no estaba para reclamos o para que me dieran palabras de aliento, solo era yo y mis recuerdos.
-¿Tienes pensado hacer algo esta noche?-Preguntó desde el otro lado de la cocina, mientras comía la manzana que recientemente había agarrado del frutero.
-Si hacer algo te refieres a estar en casa, viendo televisión mientras como un tazón de papas fritas, si, supongo que si-hubo una pausa, tal vez reía, tal vez no, aun que el sarcasmo era claro sobre que no había nada importante por hacer, salir sola no era lo que acostumbraba y menos por la noche, era increible pensar que alguien podría hacerme daño y con mas razón últimamente las noticias, radios y periódicos no dejaban de estallar con informes de secuestros diarios, personas desaparecidas y otros tantos muertos.
-No-al fin había hablado-yo me refería a salir. Cenar tal vez.
-Al menos que sea con Wilson de otra manera no tendría con quien salir- Wilson era un gato que había encontrado una mañana rumbo al trabajo, estaba solo en una caja, aun era pequeño así que no era lo suficientemente independiente como para que pudiera sobrevivir solo, lo tome y lleve a casa, era una mujer sola, sin "un perro que me ladrara" un gato podía funcionar, ademas seria agradable tenerlo, pelaje gris con el pecho blanco y con una mancha blanca en el ojo, lo llamé Wilson porque me recordaba a la película de náufragos donde Wilson era un balón de boleybol y este era el amigo de alguien que se había perdido así que el seria mi compañía de ahora en adelante, no es que estuviera perdida o que fuera un balón pero así pasaría mi tiempo libre, jugando con un gato de la calle.
-Yo hablaba de mi, no de Wilson
-Claro, tu, la verdad no tengo nada que hacer en la noche, bueno al menos eso dice mi sarcasmo
-¿Entonces? Vamos, yo invito.
-no salgo mucho, incluso dudo que la comida de afuera vaya asentarme bien.
-¿Entonces lo tomo como un no? esto no será una cita y dudo mucho que lo sea, claro que si tu quieres lo será-sonreir no era lo que acostumbraba, prácticamente era todo lo contrario a una persona agradable, desde el ultimo accidente creo que ya no era nada igual al menos eso decían y a mi no me constaba-voy-conteste, el soltó aquella manzana a medio comer sobre la mesa de la cocina-Sabes que eso no va ahí
-¿Entonces?
-nada, tíralo en su lugar, ahí tienes un cesto, no te cuesta nada
-¿Por que te enfadas por todo? Deberias sonreir  y no enojarte hasta por un hueso de manzana.
-No sabes lo que dices, la limpieza es primordial, que mas da si no lo entiendes. Sabes algo, una casa impecable ayuda a la comodidad y mejorar el humor
-Tiene sentido, además te ayudaría
-Escucha, un espacio limpio y ordenado hace que sus habitantes se sientan bien, por lo que te ayuda a tener un aspecto positivo para mejorar el humor
-¿ahora te dedicas a buscar datos curiosos?
-Pero es cierto, después de todo necesito tener mi mente ocupada mientra regreso a la agencia, zoe me ha dicho que en unos días estaré de vuelta y no tendré tiempo para mi, y a propósito ¿Por que sigues aquí? no deberías ir rumbo a tu casa, se te ará tarde- Asintió y sonrió después de todo la idea le  agrado  y como no si lo había propuesto el mismo.
Pase aquella tarde prácticamente sola con Wilson y un rollo de cinta que había encontrado en unos de mis armarios. Una persona y una mascota, desearía recordar mi niñez posiblemente tendría amigos, mas que solo un gato jugando con el primer objeto que ve tirado en el suelo-wilson-el gato solo me miraba y maullaba como queriendo decir mas que solo un miau, ¿Tendría la habilidad de pronunciar palabras como los seres humanos? Un loro lo hace ¿por que no un gato?, esa es la clase de pregunta que alguien se aria mientras espera que el reloj marque las ocho y esa puerta suene avisando que no hay mas tiempo para arreglarse que ya es tarde y que si no abres posiblemente se vaya-Wilson-repetia, pero esta vez el gato no solo me miro, si no que se dirigió hasta mi para tallar su fino pelaje contra mi pantalón, runruneando sin parar, insinuando que lo acarisiara, ¡que mas da! aun me queda un par de horas para comenzar alistarme, jugar con tu gato no te tomara mas de veinte minutos. Uno, dos y tres rasguños, Wilson era duro cuando jugaba.
Seis y treinta de la tarde, una hora y treinta minutos para quedar lista antes de que llegue Hemich, un pantalón, una blusa, una falda o quizás aquel vestido que me había regalado  Nathalia el día en que se caso, aun que sabia que no era del todo mi agrado, pero las personas no se presentan a un restaurante luciendo ropa vieja y peinados fuera de lugar, había que respetar el "código de etiqueta" que mas da-¿Tu que miras? ¿Crees que debería usar el vestido?. Tienes razón otra cosa será mejor-para muchos hablar con un gato seria estúpido incluso bobo, pero no había nadie en la habitación y hablar con la pared no funcionaría el gato por lo menos te mira y maulla.
Ocho y diez minutos, había decidido por llevar una falda obscura con una blusa de rayas, casual pero cómoda y al parecer para algunos la puntualidad no era el punto fuerte de una cita.
-Hola ¿Lista?
-Diez minutos tarde
-¿El trafico?. Te quedaras enumerando el porque digo una excusa o pondrás una sonrisa y vendrás a cenar con migo. Solo quiero decirte que te vez radiante, pero... ¿Segura que quieres ir así?
-¿Hay algún problema?
-No, no la hay.
Bajamos a la entrada de los departamentos, el cual estaba Carlos el recepcionista, no parecía estar bien, su rostro era pálido y mostraba enormes ojeras como si no hubiera dormido por semanas, el momento en que me vio no despegó su vista de mi, era inquietante y a su vez aterradora.
-Carlos ¿Esta bien? se... se le ofrece algo.
-Si, esto es para usted, me han dicho que lo lea lo antes posible que es importante.
-¿Esta bien?-Repetí, pero su mirada se aparto de la mía en cuanto me dio aquel sobre blanco-Carlos responda ¿Quiere que lo llevemos al doctor?-Miro hacia donde se encontraba Hemich y negó con la cabeza.
-Estoy bien, es solo cansiancio, un viejo como yo no debería tomar largos turnos aquí en la recepción, pero vaya con el joven a donde tenga que ir, no se preocupe por mi, le aseguro que estaré bien-acomodo su saco y volvió hacia el telefono, aseguro que estaría bien, sus palabras eran unas y su expresión otra nada encajaba en realidad estaba mal pero si no se presta no podía hacer nada. El camino al restaurante fue silencioso nadie había tocado tema de conversasion, supongo que todas esas palabras saldrían a la hora de la cena, que mejor charla si es mientras comes-¿Ahora estas callado?-No contesto, su mirada y mente estaban al volante y en la calle-¿Concentrado?-Nada, pareciera que que aquel hombre gracioso y molesto se había convertido en un ser serio y de pocas palabras. Mas tarde llegamos aquel restaurante, era bastante grande y el estacionamiento era amplio, no hubo problema en encontrar sitio, el bajo y se dirigió al otro extremo de la puerta para abrirla, después de todo los buenos modales y la educasion no se había perdido del todo. Tome su mano y sali, al entrar un camarero nos llevo hasta la mesa que curiosamente esta ya había estado apartado-Lo tenias planeado no es así, en todo caso si no hubiera aceptado ¿A quien hubieras invitado?
-La respuesta a tu pregunta es a nadie, si no hubieras aceptado simplemente la cancelo
-no tendrías el reembolso
-Escucha esto, el mundo goza de dinero que mas da si se pierde este siempre volverá en cambio el mundo carece de amor si se pierde es posible que no vuelva mas-tal vez era cierto, el amor para algunos era un tema de no terminar pero si para que en un punto se acabe, no tengo recuerdos y el único que me perseguía era cruel y triste-No creo que tu lo entiendas-el mesero llevo las cartillas y dispuse a ordenar, había pasado quince minutos y no había palabras en la mesa, se suponía que era una noche especial pero que hay de especial si no ocurre la creatividad del dialogo confortable y esas palabras que al escuchar sabes que estarás bien, que darías lo que fuera por permanecer más tiempo solo por escuchar un poco más y sentirte querida, lo querías, pero no hiciste la lucha por hablar hasta que el pregunto acerca de tu familia y no supiste que contestar, sin en cambio el te dio unas palabras parecidas a un discurso de motivación era ahí donde sentiste que alguien se podría preocupar por ti, tu solo lo habías mirado y al mismo tiempo bajaste la mirada porque sabias que si lo mirabas más de tres segundos soltarias el llanto y no sabrías como parar. La conversación había cambiado de tema, los platos ya habían sido levantados y había quedado satisfecha, Hemich dijo algún que otro chiste malo y siguió contando su historia de como de niño se había caído del caballo en el rancho de su tio y en vez de ayudarlo solo se burlaban y lo llamaban torpe también comento que todos sufrimos, unos mas que otros pero que mas da, si aun vives siempre hay momentos que te ayudan decir "adelante yo puedo".
-Todo era mentira ¿No es así?
-¿Mentira?-había interrumpido a Zoé de su charla con migo, era claro que todo ese tiempo no había escuchado palabra de ella, mi cabeza no se encontraba ahi mismo si no estaba perdido entre recuerdos
-La frase "adelante, yo puedo" también era mentira, todo esto parece imposible de cumplir y seguir, es mucho y a la larga perjudica.
-pero todo se ha terminado, ya no mas, podrás vivir sin miedo y sin jugar al doble cara, ¿No era lo que querías?.
-No, no era lo que quería, solo quería paz y olvidar todo.
-Ahora la tendrás.
-Matando al hombre que amaba-se sentó a un lado y tomo mi mano-la paz vendrá en algún momento es como la tormenta llega y puede que se quede pero solo un tiempo porque tarde o temprano se volverá a ir.
-Creo que será mejor que vayas con un psicólogo
-¿Ahora estoy loca? De verdad no creo que...
-pero puede ayudarte a reacer tu vida a que vuelvas a vivir-No podía negarlo, después de todo era mi amiga y compañera después de Nathalia y sonaría grosero de mi parte si rechazo su ayuda-Nada es fácil pero tampoco difícil, te queremos y aremos todo para no perderte a ti también. Nathalia lo aria, no podemos cambiar el pasado pero si el presente para que el futuro sea mejor
-Eso lo decía ella-Solo baje la cabeza-Vamos a casa.
Al llegar me tire a la cama y mire hacia el techo blanco y liso, no consiliaba el sueño, no podía, eran las dos de la mañana y fue cuando mi cabeza comenzó a doler y perdí todo recuerdo. A la mañana siguiente estaba ya en la sala, no tenia idea de como llegue ahí o en que momento había despertado-Hola Wilson ¿Tienes hambre?-llame a Zoe y dijo que llegaría tarde al parecer encontraron un cuerpo degollado y era necesario que estuviera ahí, por mi parte estaría bien, así me daría un poco mas de tiempo para alistarme y llamar a los familiares de Hemich para informales lo que había pasado, sabia que ya llevaban un tiempo sin comunicación pero era necesario y justo decirles, después de todo era su hijo.
No lo habían tomado bien, aquella voz de su madre se había quebrado, pregunto como había pasado y solo pude decir que fue a causa de una bala perdida en un tiroteo por la calle en la que el vivía, no tenia idea a lo que se dedicaba nisiquiera la clase de hombre que era, le dije donde podia recogerlo y que no se preocuparan  por mi que yo ya me había despedido y que saldría para reponerme que me disculparan por no estar ahí, pero después iría a verlos después de todo ya eran como de mi familia, por el momento no podia ver a la mujer que le dio la vida al hombre que amaba y que de un día a otro yo fui quien se la había quitado, ver a sus hermanos que por largos años el cuido.
Cerré con llave la casa y me dirigí a la agencia. Al llegar todos me miraban con orgullo incluso me felicitaban y arazaban por se la uninca persona en detener todos los masacres de los últimos meses.
-¡Ahí esta! La mujer que salvo a esta ciudad!



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En el texto hay: misterio y crimen

Editado: 17.02.2018

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