Nadie abría la puerta de la tienda. (¿Por qué creerán ustedes?) Así que Chelsea no pudo trabajar ese día.
–Bueno, al parecer Abraham no querrá la tienda abierta, o salió temprano al castillo....Volveré más tarde.– Dijo para sí misma Chelsea.
Chelsea, en ese tiempo tenía 20 años. Se había convertido en mi mejor amiga en Angulema. Pero bueno, en esa mañana, se me olvidó abrir temprano la tienda para que pudiera trabajar. (Estaba.....¿Ocupado? Con Sigmund...¡Sí!, perdón. Claramente fue mi error.)
Esa mañana, Chelsea volvió a su hogar. Ella vivía en el Distrito Bajo, al igual que yo. Así que no estábamos tan lejos después de todo.
–¡Abueeeloooooo! Volví. Al parecer Abraham no está disponible.– Dejó su bolso en la mesa de su comedor de madera. Su abuelo estaba sentado en otra silla de madera al otro lado de la habitación.
–Chelsea....¡No estés faltando al trabajo!–
–Ay, abuelo....Todo bien, no estaba Abraham...además, somos amigos. De seguro le pasó algo urgente y se le olvidó abrir.–
El abuelo continuó leyendo el libro que tenía en su regazo.
–Em....Abuelo...¿Qué es esto?.–
–Es una carta de tus padres.–
Efectivamente, era una carta de los padres de Chelsea. Ella, alegre, comenzó a leerla. Pese a sus dificultades para leer, al menos pudo entenderla completamente por la incorporación de dibujos simples a su alrededor.
–Mi madre la escribió.....Y dibujó también. Ella amaba dibujar....–
''Querida Chelsea:
Espero que te encuentres de maravilla con mi padre. He de decir, que te hayas quedado en Angulema, en vez de irte con nosotros a Oriunde, fue una decisión que nos sorprendió. Pero entiendo que no podemos interponernos en tu camino, no ahora que eres una dama. Te escribo esto para que entiendas, que no nos fuimos de Angulema por que quisimos. Vivir en Angulema es complicado, y nosotros ya tenemos una edad. Queríamos descansar nuestros días en un campo, menos poblado como es esta bella región inundada por la naturaleza. Para bien, mi padre tampoco quiso venir a Oriunde, dándote una oportunidad de quedarte con él. Espero que lo cuides tanto como él te cuida a ti. Anhelo que nos visites en alguna oportunidad, estamos algo lejos, pero siempre cerca de tu corazón. En la carta adjunto direcciones para que puedas ubicarnos en alguna oportunidad. Besos; María. ''
Chelsea ya se demoraba en leer. El tiempo pasaba mientras ella leía.
–Chelsea....Ve a la tienda, te pueden desperdir y no estoy para mantenerte.– Dijo gruñón su abuelo.
–¡Ay!, sí, sí, muchas gracias abuelo. Después le escribo una respuesta.– Chelsea le besó en la frente, dejó la carta en la mesa, tomó su bolso y se fue a la tienda.
Al fin y al cabo; Su historia también debe ser escuchada, al igual que la mía. Ella también fue una valiente, decidió quedarse aquí en vez de irse con sus padre en Oriunde. A pesar de que ella sea menor que yo, es un modelo a seguir por su fuerza e independencia.
Editado: 04.04.2020