Las mejores historias terminan trágicamente.

☄️CAPÍTULO CERO☄️

¿Estás seguro de hacer ésto? Romperá corazones.

Sanará otros.

—Sí... Pero... ¿Qué hay de ellos? ¿Qué sucederá cuando sepan que todo es efímero?

El hombre dio un largo suspiro y centró su mirada en la mujer a su lado.

—Deben estar juntos, aunque no para siempre.

—¿Eso les hará feliz?

—Quemará toda la vida.

—¿Entonces por qué unirlos si no pueden tener un final? ¿Por qué hacerles esto? ¿Cuál es la razón para hacer que se conozcan o se vuelvan a reencontrar?

—Ellos merecen recordar. Todos necesitamos amar. Será una experiencia audaz para aquellos que confían en mí.

La mujer estaba tan recta y seria como comúnmente. El hombre, en cambio, aparentaba tener serenidad cuando por dentro deseaba que todo saliera como esperaba.

—Tú los unirás —el hombre de blanco le aseguró a la mujer. Se giró y comenzó a caminar por un túnel blanco, uno del que salían disparados como rayos unas luces que a cualquiera habrían cegado.

—Yo los uniré —la mujer le concedió la razón—. Yo uniré a esas personas. Yo le daré un significado a sus vidas. Sólo dime si con lo que haré... a alguien la risa le devolveré.

—Le darás todo lo que un día quisieron tener.

Y desde esa plática, las personas contemplaron algo mágico; fue impactante porque pensaban que no era un obsequio del universo, pero al darse cuenta las sonrisas en sus rostros esperar no se hicieron.

En el mundo fueron efíramente felices.

Aprendieron a valorar aquello a lo que nadie mira, a velar por lo que se tiene y se quiere y no por lo que se quiere y no se tiene, a sanar olvidando... A amar a quienes ahora tienen a su lado.

Al terminar el regalo del universo, las enseñanzas no se fueron, y aunque algunos corazoncitos rompieron, eran tan fuertes que sólos se levantaron y corrieron a por las vendas.

Porque ese hombre y esa mujer, quitaban para dar, les daban una oportunidad a quiénes no pudieron descansar en paz.

 

¿Estás seguro de hacer ésto? Romperá corazones.

Sanará otros.

—Sí... Pero... ¿Qué hay de ellos? ¿Qué sucederá cuando sepan que todo es efímero?

El hombre dio un largo suspiro y centró su mirada en la mujer a su lado.

—Deben estar juntos, aunque no para siempre.

—¿Eso les hará feliz?

—Quemará toda la vida.

—¿Entonces por qué unirlos si no pueden tener un final? ¿Por qué hacerles esto? ¿Cuál es la razón para hacer que se conozcan o se vuelvan a reencontrar?

—Ellos merecen recordar. Todos necesitamos amar. Será una experiencia audaz para aquellos que confían en mí.

La mujer estaba tan recta y seria como comúnmente. El hombre, en cambio, aparentaba tener serenidad cuando por dentro deseaba que todo saliera como esperaba.

—Tú los unirás —el hombre de blanco le aseguró a la mujer. Se giró y comenzó a caminar por un túnel blanco, uno del que salían disparados como rayos unas luces que a cualquiera habrían cegado.

—Yo los uniré —la mujer le concedió la razón—. Yo uniré a esas personas. Yo le daré un significado a sus vidas. Sólo dime si con lo que haré... a alguien la risa le devolveré.

—Le darás todo lo que un día quisieron tener.

Y desde esa plática, las personas contemplaron algo mágico; fue impactante porque pensaban que no era un obsequio del universo, pero al darse cuenta las sonrisas en sus rostros esperar no se hicieron.

En el mundo fueron efíramente felices.

Aprendieron a valorar aquello a lo que nadie mira, a velar por lo que se tiene y se quiere y no por lo que se quiere y no se tiene, a sanar olvidando... A amar a quienes ahora tienen a su lado.

Al terminar el regalo del universo, las enseñanzas no se fueron, y aunque algunos corazoncitos rompieron, eran tan fuertes que sólos se levantaron y corrieron a por las vendas.

Porque ese hombre y esa mujer, quitaban para dar, les daban una oportunidad a quiénes no pudieron descansar en paz.




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