A las siete y quince de la mañana aterrizaron en el aeropuerto internacional de Palermo, ubicado en Punta Raisi. Después de tantas horas en el avión, y de la mala comida que ofrecían, todos estaban deseando llegar directo a desayunar en algún lugar.
El teatro Massimo neoclasico, el Palazzo dei Normanni del siglo IX , la Catedral de Palermo, la Catedral del Monreale, las famosas catacumbas reales, Plazas, mar... Palermo es la capital de la isla italiana Sicilia, al sur del país. Llena de historia, de arte y arquitecturas, como toda Italia en sí.
Era la primera vez que Ashley visitaba Europa, y siempre había querido conocer Italia. Pero ya no era Ashley, ahora era la detective Brenda Everlin, detrás de Chad. Llevaba un traje de vestir negro, falda y blazer, con una camisa celeste a rayas blancas y tacones negros en los pies. Se veía bonita, formal y lo suficientemente seria como para que no sospecharan de su identidad. Aunque su melena natural delataba el desorden que tenía en sí, y que le era característico.
Dejaron su equipaje en el hotel, y fueron a desayunar antes de presentarse con la Policía nacional.
Las mesas eran de a tres, Chad y el subcomisario David Sullivan se sentaron junto a Ashley. Todos pidieron café y medialunas excepto Chad, que tomó un jugo de frutas con tostadas de pan integral. O cuidaba mucho su cuerpo, cosa que podía notarse a simple vista, o tenía algún régimen de alimentación específico, porque siempre consumía cosas del estilo.
-Al fin...-dijo Sullivan mientras le daba una mordida a la media luna rellena con expresión hambrienta. Luego le echó un vistazo a Ashley, bebió media taza de café de un sorbo y se dirigió a Chad.
-¿Y de dónde has sacado a ésta linda mujer?-preguntó elogiándola paternalmente.
Ashley sonrió.
-Ya te la he presentado, es mi asistente, la detective Everlin.-sonó tranquilo y natural. A Chad se le daba muy bien mentir, y no sabía si era algo bueno o malo en realidad.
-¡Pero no me has dicho de donde viene!¿Dónde trabajabas antes Brenda?
A Ashley le costaba más, pero si seguía las instrucciones del experto Chad, todo iría más o menos bien.
-Pues... en realidad es mi primer trabajo en una investigación de éste tipo, pero he estudiado en Virginia claramente sino no estaría aquí.- rió nerviosa mientras se acomodaba el flequillo del pelo hacia atrás de las orejas. -También tengo familia en el oficio y, siempre he estado involucrada o acompañándolos, eso me ha ayudado mucho, he aprendido mucho. -agregó, un poco dura, esforzándose por sonar convincente.
-Comprendo...- el oficial la observaba atentamente.
-Y ¿que haremos primero subcomisario? ¿que piensas de la investigación?- intentó cambiar el rumbo de la conversación y ganar posición... estrategia nº1 : "si tratan de indagarte responde concreta y superficialmente, sin entrar en detalles ni dar información que pueda desencadenar más preguntas. Desvía el tema y gana posición, ponte tú en el lugar del indagador, y contrarresta su duda hacia ti o lo que fuera que sea." Recordaba los consejos de Chad enumerados en una lista mental.
-Creo que será duro, pero nunca he probado sirena de mar así que, pescaremos una se los prometo...-advirtió con su risa gastada de siempre, y bebió otro sorbo de café.
¿Sería la cafeína? Chad rió, y observó a su asistente de reojo.
-¿Que crees de Isabella?- preguntó Ashley.
-Creo que ésto será difícil porque son casos archivados, y no se con qué ganas nos ayudaran, sinceramente. Pero tal vez podamos encontrar pistas nuevas y así nos dedicarán más atención. Los italianos son algo egocéntricos, no asumirán desde el primer día la posibilidad de que nosotros podamos descubrir algo más sobre un caso cerrado sin ningún indicio previo. Pero confío en que a la larga creerán en nosotros y colaborarán con mera voluntad. Sólo tenemos que demostrarles que no vinimos a jugar, sino a trabajar. -Sullivan era un hombre culto pero informal y desprolijo. Su fachada era engañosa. Sabía mucho y tenía una gran trayectoria, pero a simple vista podrías decir que era Alex Deep, el viejo arlequin suboficial de la recepción de la oficina local del FBI en Estados Unidos, ¿lo recuerdan? El de su parecido con su hijo en la foto de facebook. De todas formas, cuando hablaba seriamente uno notaba que estaba hablando con un tipo inteligente, bueno, con un detective de más de treinta años en la policía. Era casi íntimo de Chad, Luck lo había descubierto, como un padre para él. Pero evidentemente lo era a solas...
-Estoy de acuerdo contigo. Tenemos que darles algo contundente sobre el caso para llamar su atención y que nos tomen en cuenta. Estoy segura de que lo haremos.
Sullivan la miró con una media sonrisa que asentía, pero a la vez con una mirada curiosa, como si estuviera detectando que algo andaba mal, como si sospechara sin saber de que.
-Bueno, lo siento muchachos pero el deber llama. Iremos a la reunión con la policía regional, deséennos suerte.
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Editado: 21.02.2019