Fue inevitable romper en llanto al leer esas palabras, y más con toda la situación que estaba viviendo que la tenía muy sensible, con las emociones a flor de piel.
Las dulces palabras de su madre la habían conmovido mucho, pero se sentía algo confundida con la versión de los hechos que Kayla contaba. Si hubiera sabido que esa dulce y sensible niña la mataría... Cuánto daño puede hacer el rencor, la envidia o la ira. Por venganza a quienes no la quisieron Sarah terminó matando a la única persona que de verdad la quería.
¿Quién es la víctima ahora? Todos fueron víctimas, Ashley, Kayla, Sarah... pero la última a parte de víctima fue culpable, y nada la justifica. Solo fue una persona débil que se dejó llevar por las emociones negativas que le han hecho sentir, en vez de ser más fuerte y superarlas, se sumergió en ellas y cada vez se fue haciendo más adicta, olvidando quien era realmente... porque no nació siendo asesina. Su debilidad la llevó a eso, al fondo del pozo. Y a oscuras, sin poder ver con claridad, ha hecho cosas horribles, de las que ojalá algún día su verdadera esencia apareciera y reconociera. Mientras tanto y de todos modos, debía pagar su condena.
Esa misma tarde Ashley fue a visitar a Chad a la cárcel, tenía mucho que contarle y también estaba deseando verlo para saber como estaba. Andrew se quedó limpiando un poco la casa, ya que hacía años que no se usaba, para que pasaran la noche allí. Seguramente se quedarían unos días hasta que estuvieran listos para regresar a sus vidas normales en Estados Unidos.
Al llegar se encontró al viejo Sullivan saliendo.
-Ashley... ¿te pagaron la fianza? -preguntó sorprendido.
-Sí, mi padre.-contestó con la cabeza gacha. Se avergonzaba de todo lo que había hecho, de los engaños y mentiras. -¿Cómo está Chad? ¿Lo ayudarás a salir de aquí?- preguntó.
-Chad está bien, ésta vez ha aprendido al fin. Lo he sacado muchas veces de éstas, es hora de que se haga cargo de sus actos y consecuencias. Sólo trataré de que le reduzcan un poco la pena, pero de todas formas deberá pagar su condena, como deberías hacerlo tú...
-Lamento haberles mentido, pero mi razón siempre ha sido justicia, yo quería justicia por mi madre, no venganza, justicia.
-Creo que en algún momento se te han confundido los términos muñeca. Y otra cosa, te diré lo que le dije a Chad, nunca... se puede hacer mal el bien. Nunca. -dijo seriamente, y se marchó. -Una cosa más.- retrocedió sus pasos hasta Ashley. -Chad es un buen hombre sí, pero tiene mucho que aprender. Su arrogancia, su rebeldía, esa percepción de la vida de que puede hacer todo lo que él quiera y por encima de todo, lo llevan directo a su autodestrucción. Como ahora mismo, que su osadía lo ha llevado a perder la placa de policía que tanto le ha costado conseguir. Ya no tiene carrera profesional.
-¿A dónde quieres llegar?-preguntó Ashley cruzada de brazos.
-A que te cuides Ashley, y a que cuides a Chad. Él te quiere realmente, yo lo conozco más que nadie. Y puedo percibir que tú también lo quieres, pero sé más fuerte que él y llévalo por tu camino, no dejes que él te guíe por el suyo. Ayúdale a ser mejor. Él te necesita. Yo siempre estaré pero volveré a los Estados Unidos, y quizá no lo vea en mucho tiempo... No sé que harás tú.
-No sé aún si vuelvo o me quedo. Mi padre tiene una casa aquí.
-Otra cosa, para que sepas, encontramos a Livvy Sean.
- ¿Está bien? ¿Dónde estaba?
-la Sirena negra la tenía secuestrada en un garage. Livvy pensaba que era Kayla, ella la conocía.
-Por eso se sorprendió y asustó tanto cuando le dije que había muerto...-recordó en voz alta.
-¿La conoces? ¿Cuando pasó eso?-preguntó Sullivan confundido.
-Sí, la conocí en un festival, hablamos un poco y me contó de mi madre, se conocieron en una competencia. Pero me sorprendió saber que ella no tenía idea de que había muerto hace muchos años. Estaba aterrada, yo no entendía por qué, y huyó nerviosa entre la gente. También estaba algo ebria. Pero no creo que eso haya influido tanto en su extraño comportamiento.
-Supongo que su comportamiento se debió a que ella había visto a Kayla viva en años en que tú le dijiste estaba muerta. Claro que en realidad a quien vio fue a Sarah fingiendo ser Kayla. Y viéndolo así, fue evidente su reacción. Habrá pensado que había visto un fantasma.
-Tienes razón, ¿y cómo está ella ahora?
-Está bien, está bien. Ya volvió a México.
-Bien... bueno, un gusto haberte conocido David.
-Lo mismo digo muñeca. -la saludó con su expresión de siempre, y se marchó.
Ashley siguió hacia la sala de visitas, y esperó impaciente hasta que apareció Chad.
-Ashley...-sorprendido de verla fuera de prisión se apuró a darle un abrazo apretado, descargando todas las preocupaciones que tenía en mente.
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Editado: 21.02.2019