Louis caminaba descalzo, pero por algún motivo no podía sentir la arena bajo sus pies, así como a pesar de que la brisa hacía ondear su largo cabello, no podía sentirla sobre su piel. Miró hacia su izquierda y vio las cristalinas aguas tan azules como sus ojos y sobre las mismas las brumas de Avalon, giró la cabeza hacia la derecha y vio el imponente y majestuoso castillo blanco, pero a pesar de que todo le resultaba familiar, desde su caminata descalzo por la orilla del lago a la hora previa al amanecer, hasta cada detalle de los alrededores, había algo que estaba mal, aunque no alcanzaba a entender qué.
Sin embargo, Elaine no dijo nada, sino que se agachó recogió un guijarro y se lo extendió. Louis hacía muchos años que había dejado de cuestionarse el por qué hacían ellas las cosas, ya que había aprendido que siempre tenían un fin práctico, de modo que extendió su mano, pero…
No obstante, él pensaba diferente, pero antes de que pudiese expresar sus ideas fueran éstas las que fueren, habían cambiado de locación y ahora se encontraban en una pequeña colina rodeada de varios dólmenes y en cuyo centro había una fuente de aguas cristalinas.
Louis se miró a sí mismo, y aunque solo parecía llevar un pantalón blanco de lino y absolutamente nada más, lo que causó su alarma fue otra cosa. Como había dicho recientemente, él estaba acostumbrado a ir y venir entre Avalon y su dimensión, pero era la primera vez que su cuerpo se parecía mucho al de Sir Nicholas y los demás fantasmas de Hogwarts, así que pensó algo absurdamente que estaba muerto.
Por un momento se sintió confundido, porque de forma inmediata los sucesos de las últimas horas habían abandonado su mente, pero los mismos entraron de forma brusca al verse a sí mismo en la cama abrazando a Cassandrea.
Normalmente Louis le habría dicho cualquier inconveniencia a Morgana, pero estaba muy ocupado repasando los últimos eventos que lo habían llevado a donde ahora se encontraba. Recordó que literalmente había asaltado a Cassandrea sin darle oportunidad de nada, aunque en realidad no recordaba haber encontrado alguna oposición, pero al mismo tiempo pensó que si ella hubiese opuesto alguna resistencia, sin duda él no habría tenido problema alguno en suprimirla, porque ninguna chica se había resistido nunca a su decidido avance.
Su mente se llenó del torbellino de sensaciones en las que había estado envuelto, una breve conversación y de nuevo las avasallantes sensaciones. Por último, recordó que había levantado en brazos a Cassandrea colocándola en la cama, pero cuando iba a vestirse para marcharse, cambió de idea y se metió en la cama con ella quedándose dormido a continuación, y donde evidentemente seguía estando.
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Editado: 27.06.2023