Hoy Julian parece venir un poco tarde. Hay algo dentro de mi mente que no me deja en paz ¿Estaré haciendo un buen trabajo? Sé que suena tonto pensarlo a estas alturas del partido, pero es solo que, a veces siento que no hago nada durante mis sesiones. Que solo dejo que la otra persona hable y opino de manera seca como cualquier otra persona lo haría. Tampoco puedo dejar ir el sentimiento de querer saber que hacen mis pacientes todo el tiempo, de querer ayudarlos más de lo que lo hago ahora. Quizá es por eso que me interesa tanto el caso de Julian, él se considera una persona perfeccionista y fría cuando no es así y yo soy totalmente lo contrario. Creo que puedo llegar a ser empática y dejar que las cosas fluyan, pero aquí estoy, deseando saber dónde está Julian, si habló con sus padres, si se siente mejor… Yo debería ir a terapia.
Justo luego de grabar ese pensamiento, recibo la llamada de mi secretaria, diciéndome que Julian se acerca a mi oficina. No puedo evitar sentirme aliviada y soltar un largo suspiro al escuchar el sonido de sus nudillos golpeando suavemente la puerta. Al abrir, me recibe con una gran sonrisa y un brillo en sus ojos que no había visto antes.
—Doctora, disculpe el atraso —Menciona apenado mientras camina por mi lado y toma asiento en el sofá
—No te preocupes, no tenía ninguna otra cita en mi agenda el día de hoy
—Aun así, me disculpo… ¿Ya está grabando?
—¿Eh? —Pregunto confundida y miro hacia mi grabadora— ¡Oh, sí! Me encontraba haciendo anotaciones antes de que vinieras
—¿Cosas buenas sobre mí?
—Notas generales —Asiento mientras entrecierro mis ojos y acomodo mis gafas— Muy bien, Julian, empecemos ¿Qué tal estuvo tu semana?
—Siento que avancé más que en otras ocasiones. Luego de salir de la sesión anterior, fui directo a hablar con Emmeline acerca de ir de visita con mis padres. Ella se mostró alegre, pero algo confundida —Ríe un poco y relame sus labios— Parece que nunca había notado mis problemas con ellos
—¿Qué te dijo ella? ¿Te acompañó?
—No, fue un viaje que quise hacer solo, ella me deseó suerte y, la verdad, me hizo sentirme menos nervioso acerca de ir a confrontarlos —Asiente con orgullo y aparta la mirada— Y puede que le haya mencionado que hiciera lo mismo con los suyos
—¿Cómo se tomó esa sugerencia? —Me preparo para tomar apuntes acerca de lo que está a punto de decir—
—Me dijo que lo pensaría, al menos en ese momento, pero ya llegaremos a eso —Mueve las manos frente a su rostro, intentando concentrarse de nuevo— El punto es que decidí ir este martes porque preferí no arruinar su fiesta de Año Nuevo, ya sabe, sería un aguafiestas si llegara a una celebración a reclamar por su mala educación
—¿No pasas Año Nuevo junto a ellos? —Ladeo la cabeza, algo sorprendida—
—Dejé de hacerlo hace años, el tráfico es horrible durante esa época y suelo estar muy ocupado con mi trabajo así que normalmente los llamo y voy a visitarlos en enero. De todas formas, siempre he sentido que ellos se la pasan mejor en la fiesta que hacen en el vecindario —Suspira y aparta la mirada nuevamente—
—Así que… Fuiste a verlos ¿Qué sucedió? —Intento hacer que vuelva al tema—
—Llegué en la mañana del martes y charlamos mientras comíamos hot cakes. Todo parecía normal ¿Sabe? Hablamos de las cosas que hicieron durante la fiesta, lo que comieron y eso, pero entonces preguntaron por mí y, como era de esperarse, no hicieron más que criticar mi vida actual —Sus hombros parecen tensarse al recordar la conversación con sus padres— Cuando empezamos a comer, sinceramente creí que no sería necesario hablarlo y que podíamos tener un desayuno como una familia feliz, pero entonces… —Se queda en silencio, como intentando no repetir lo que sus padres dijeron de él—
—Está bien, me dijiste que todo fue bien ¿No? Solo estás recordando un momento malo, pero esta historia tiene un final feliz, no lo olvides —Lo motivo a que continúe, a lo que él toma aire y prosigue—
—Dijeron que debería conseguir un trabajo de verdad, que Emmeline no es más que una zorra que juega conmigo cuando se aburre de su novio —Agita la cabeza levemente y bufa con decepción— En realidad, eso lo dijo mi madre —Suelta una pequeña risa al analizar la situación— Al final, exploté. No de forma violenta, simplemente les dije que era suficiente. Entonces recordé todo lo que siempre me han estado criticando y estuve a punto de hacer lo mismo con ellos, pero pensé “No debo ser igual. No tengo que convertirme en mis padres para afrontar a mis padres” y los vi directo a los ojos —Se para de su asiento mientras continúa con la historia, pareciendo que la recrea frente a mí— Les dije “¿Saben qué? Tenemos que hablar de esto de una vez por todas” —Cierra el puño con fuerza, intentando recordar— Ellos se sorprendieron, nunca creyeron que los detendría alguna vez. Entonces crucé los brazos y continué diciendo “Ya no soportaré más sus críticas y reproches. Si no les gusta mi vida, pues que mal. Soy un adulto ahora y no debo seguir jugando a su jueguito tonto. Yo tomo mis decisiones solo” —Su mirada se pierde un momento y se sienta nuevamente—
—¿Qué dijeron? —Pregunto algo preocupada—
—Mi padre se ofendió, dijo que nunca le volviera a hablar de esa forma y que simplemente intentaban buscar lo mejor para mí, fue ahí cuando en verdad dejé salir todo. Lo vi directamente a los ojos y le dije “¿Lo mejor para mí? No han hecho más que hacerme sentir como un pedazo de mierda durante toda mi vida. Nada de lo que hago les satisface. No están de acuerdo con mi trabajo, con mis amigos, con cómo me visto, si fumo, si tengo una mascota, si me fui de casa a los veinte años, no les importa si soy de los mejores de mi clase, que conseguí una beca completa para tener una mejor estabilidad financiera, no les importa que su hijo tenga un trabajo estable y esté rodeado de personas que le brindan el cariño que siempre mereció” —Respira algo agitado, siendo consumido por sus sentimientos— Mi padre luego mencionó que todo lo que dije es un simple berrinche y que creciera, entonces mi madre lo detuvo. tomó mi mano y me dijo “Julian, siempre hemos buscado lo mejor para ti, incluso aunque no lo veas de inmediato, queremos sentirnos orgullosos de nuestro único hijo” —Agita la cabeza mientras suelta una pequeña risa y me voltea a ver— “¿Orgullosos?” le dije a mi madre mientras alejaba mi mano “¡Sólo miren a su alrededor! Esta casa nunca ha tenido colgado un reconocimiento mío. Nunca he visto mi nombre en ninguna de estas paredes. Ninguna medalla, ninguna foto de mí haciendo lo que amo ¡Nada! No me vengan con esa mierda de que todo lo hicieron por mi bien porque saben muy bien que lo hacían para cumplir sus sueños frustrados. Tantos años creí que era mi culpa, que no era suficientemente bueno para ser su hijo, que por más que lo intente día tras día nunca sentirán un ápice de orgullo hacia mí” —Sus ojos se humedecen y tornan un color más rojizo mientras se detiene por un momento— “Pero ya no me importa, nunca estuvieron para mí y tuve que buscar refugio en otras personas para no convertirme en ustedes. No quiero escuchar lo que tengan que decir”. Entonces mi padre se levantó de la mesa y me vio con algo de enojo. “¿Y qué carajos quieres que digamos?”, me gritó a la cara y yo le respondí “No lo sé, podrían empezar con decirme que me aman por primera vez en sus vidas. Al menos no decir constantemente que soy una decepción y una desgracia.” —Toma aliento, intentando no ser consumido por sus sentimientos nuevamente— “He esperado mi turno, me he mordido la lengua por años para evitar decir todo esto porque yo sí los amo, no los perdono por lo que me hicieron, pero aun así los amo. No espero que me digan nada bonito, ni siquiera espero que recuerden esta conversación cuando me vaya, mucho menos que aprendan algo, no espero un abrazo falso ni que pretendan entender cómo me siento porque nunca he sido suficiente para ustedes… y nunca lo seré.” —Se limpia la nariz y levanta su cabeza, intentando no llorar—
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Editado: 22.03.2024