Últimamente, mis noches han sido una tortura. En la última semana he dormido poco más de dos horas y, cuando duermo más, suelo hacerlo con pequeñas pausas involuntarias. Despierto a cada 20 minutos o una vez a cada hora y luego paso al menos otros 10 minutos intentando volver a dormir. Quizá sea la presión que me pongo a mí misma para dar lo mejor de mí todos los días. Tal vez sea estrés acumulado por una actividad que aún no identifico cual es. Aunque, muy seguramente, sea por el ruido que los vecinos de al lado han hecho en estos días. Se mudarán. Ellos trabajan en el día, así que estoy toda la noche escuchando como arrastran muebles hacia la salida, como las cajas no sostienen del todo la gran cantidad de platos de porcelana que poseen, oigo a la distancia la música que ponen para hacer más ameno el proceso, pero no puedo evitar preguntarme ¿Cuántas cosas poseen para ser constantes con el ruido que hacen? Espero que mi nuevo vecino sea más silencioso.
Cuando mi día empezó, decidí ir por un café al puesto más cercano a mi lugar de trabajo. Salía de la cafetería, regresando a mi despacho cuando me percaté de la hora. El sueño me está matando, pero debo mantener la compostura, ser profesional. Contrólate Olivia, te preparaste para esto, llevas años haciéndolo. Tú puedes. Además, hoy no es un día en el que puedas relajarte con Julian, debes hablar con él acerca de sus sentimientos, intentar encontrar una excusa para hablar de ello sin que sospeche que espiaste su cuaderno. Que pésimo día para querer dormir.
—Buenas tardes —Le dije a mi recepcionista con un tono totalmente seco antes de entrar a mi oficina—
—El joven Julian se encuentra dentro —Me dijo antes de que abriera la puerta, pero mi mente no lo procesó en el momento, por lo que casi me da un infarto cuando lo vi sentado en el sofá, esperando por mí—
—¡Oh, Julian! —Exclamé luego de aclararme la garganta y fingir que todo estaba bien— ¿Cómo estás? ¿Qué tal tu día?
—Ha estado tranquilo, quizá demasiado —Dice riendo mientras me mira— ¿Se encuentra bien?
—Sí, sí, estoy bien. Solo tuve una mala noche de sueño, es todo —Sonrío y le doy un sorbo a mi café extra cargado para estar más atenta— No debes preocuparte por eso. Simplemente tendremos una sesión como las anteriores ¿Okay?
—Como diga —Exclama sonriente, como intentando fingir que todo está bien— Pues… Esta semana… Intenté ayudar a Emmeline a empacar, al menos eso fue lo que me dejó hacer
—¿Cuándo piensa mudarse? Parece que será pronto —Asiento y tomo mi libreta—
—Quizá en unos días, aún le falta contactar con la agencia de mudanzas para aclarar la fecha. Me parece un poco triste que la última “salida de amigos” que hemos tenido fue entre cajas y plástico —Suspira desanimado y se rasca el dedo pulgar con el dedo anular de su misma mano derecha— Estuvimos hablando, era inevitable, siempre tenemos algo de que charlar
—¿Hablaron del libro que Emmeline tiene pendiente? —Luego de preguntar, no puedo evitar bostezar— Lo siento
—No… —Sonríe y suelta una pequeña risa como intentando ignorar mi falta de respeto— De hecho, hablamos de otras cosas y, no recuerdo cómo, terminamos hablando de mi cómic nuevamente. Recordé lo que usted me dijo acerca de decir mis ideas en voz alta y con personas en las que confío. Pues eso hicimos, hablar y discutir cosas de la historia. Creí que ella lo haría de mala gana, ya sabe, puede resultar cansado escuchar el mismo tema una y otra vez —Se rasca el mentón y se aclara la garganta— Todo iba bien, me ayudó con ideas para los miembros de la tripulación y me prestó un libro de historia para que pueda tomar algo de inspiración, pero entonces me dijo algo —Ladea la cabeza, recordando en silencio—
—¿Fue algo malo? —Intento concentrarme en la imagen borrosa que tengo del rostro de mi paciente—
—No… Bueno, no necesariamente. Ella me preguntó cuánto llevaba avanzado en el cómic como tal. Si ya tenía al menos una primera página hecha, pero no tengo nada de eso, simplemente tengo ideas flotando en mi cabeza, buscando conexión. —Se apunta a la frente y ríe un poco— Pero entonces me preguntó por qué no había dibujado nada si llevo casi dos semanas trabajando en el proyecto. No supe que decirle, creo que… Simplemente no me había dado cuenta del poco avance que tengo en realidad, entonces recordé que dejé mi cuaderno aquí la semana pasada.
—Claro, la vi cuando me estaba yendo —Me levanto y voy hacia mi escritorio, sacándola de una de las gavetas— Aquí tienes —Le entrego su libreta mientras mantengo una sonrisa— Y no te preocupes, sabrás que hacer si las cosas no salen como esperabas, solo confía en la calidad de tu trabajo
—Gracias —Me responde un poco extrañado y guarda su libreta en su maletín—
—¿Cómo le respondiste a Emmeline? —Le doy otro sorbo a mi café, esperando que mi vista se aclare—
—Le dije que no era tan fácil, que no puedo dibujar personajes sin una idea clara de ellos en mi mente, que eso lleva tiempo, no puedo hacerlo de la noche a la mañana. Además, sí tengo un avance, digo, he estado durmiendo muy poco en las últimas semanas por estar trabajando en el cómic, buscando referencias, escribiendo escenas sueltas y esas cosas. No he estado tirado haciendo nada —Dice algo frustrado y cruza los brazos sin poder evitar darme una mirada algo juzgona— Pero eso no fue lo que pensé en el momento. Ella me cuestionó fuertemente pues mi trabajo ya es hacer historietas cada semana ¿Entonces por qué no puedo completar una simple página para un proyecto propio?
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Editado: 22.03.2024