JULIET
Terminé de ordenar todo el armario, uniformes a un lado y la ropa de las horas libres estaba en otro lado hoy me desperté demasiado temprano y decidí ordenar un poco, ahora son las 6 de la mañana y no tenemos clases hasta las 8, así que tengo un par de horas libres. No quiero despertar a Camile que sigue durmiendo como un angelito enredada entre sus sabanas de color rosa con estampado de arcoíris, sus cosas siempre son muy coloridas.
Según el horario hoy tenemos clase de deportes primero, así que voy a darme una ducha y a ponerme el uniforme de deportes de una vez.
Tenemos un cuarto de baño por habitación que es bastante amplio, con el tiempo que tengo podría haberme metido en la bañera un buen rato, pero desperté con mucha hambre así que la ducha rápida es mi mejor opción y quince minutos después estoy buscando el uniforme una falda short deportiva bastante cómoda y del largo justo color azul marino y una blusa de algodón blanca y azul marino divididos por una línea diagonal.
Con las zapatillas puestas salgo de nuestra habitación para ir a la cafetería, sin distraerme con nada voy por una bandeja para servirme mi desayuno del buffet, colocando en mi plato beicon y huevos, también tomo un par de tostadas y una taza de café.
Estaba por darle una mordida a mi tostada cuando veo que por la puerta de la cafetería entra un chico con el cabello rubio totalmente desordenado, un par de pantuflas blancas, pantalón de pijama de cuadros azules y blancos y una camiseta azul. Su cara se sueño era para morir de risa y tenía una marca roja en la mejilla, supongo que de la almohada, al parecer aún no se había dado cuenta de que lo estaba observando y no lo hizo hasta que tomó su bandeja y al voltearse para elegir su desayuno me vio sentada en una mesa, abrió los ojos de golpe y se giró rápidamente dándome la espalda.
-Buenos días Dominic- Lo saludé bastante divertida
-Buenos días… no sabía que estabas aquí- responde apresuradamente mientras toma algo de pan, pero sin mirarme.
-Me gusta tu estilo por la mañana- me reí un poco, tiene una pinta bastante graciosa.
-Soy un desastre en pijama - veo como pasa una de sus manos por su cabello intentando acomodarlo un poco.
-No es cierto, yo te veo bien
-No es necesario que me mientas- realmente no estaba mintiendo, no definiría a Dominic como un desastre en cuanto a su aspecto, es todo lo contrario…
-No te estoy mintiendo Dom ¿Quieres desayunar conmigo? - propongo, me viene bien algo de compañía.
-Claro, solo no te espantes – se gira sonriendo con su bandeja en la mano y se acerca a mi mesa sentándose a mi lado.
-Me gusta tu pijama- sonreí tomando un poco de café.
-Te juro que pensaba que la cafetería estaba vacía y por eso bajé así – y también sonrió tomando su vaso de sumo de naranja- siempre bajo a esta hora y lo está.
-Solo madrugué hoy- no suelo despertar temprano, pero podría empezar a hacerlo- Tienes una marca en la mejilla- estiré mi mano hacia su mejilla y le señalé donde estaba- justo aquí.
Él se quedó mirándome por un segundo y yo hice lo mismo… confirmado totalmente, me encantan sus ojos, son demasiado bonitos... aunque debo dejar de mirar así los ojos Dominic o pensará que soy rara.
-La almohada… creo que es de la almohada- asinte en voz baja desviando la mirada.
Tomamos el desayuno juntos y conversamos un poco de todo; en la última semana conviviendo con Dominic he descubierto que se me hace bastante fácil hablar con él, es un chico divertido y posiblemente le gusta mucho leer porque hasta ahora en los descansos siempre está con un libro, también tiene algo que me llama mucho la atención, aunque no sabría explicar exactamente que es. Físicamente es bastante apuesto, aunque debo reconocer que tengo un gusto particular por el color de sus ojos, realmente quisiera tener unos ojos igual de bonitos, pero en mi familia la afortunada fue Alice que heredó los hermosos ojos azules de mamá.
-Debo llevar unos medicamentos a mi hermana- le mencioné cuando terminamos de desayunar, dejando mi bandeja en la mesa – Así que supongo que nos veremos en clase dentro de un rato.
- ¿Tienes una hermana? - pregunta dejando su bandeja sobre la mía.
-Si su nombre es Alice, estudia aquí también - le cuensto- así que aprovecharé para verla en la hora que nos queda,
- Si quieres puedo acompañarte- se ofrece sonriendo- no tengo nada que hacer hasta que inicie la clase.
-Claro- Acepto al instante, la compañía de Dominic es bastante agradable y no puedo negarme, además Alice puede conocer a mi nuevo amigo- aunque está un poco lejos, séptimo grado, en el otro edificio.
-No tengo problema con eso- respondie metiendo las manos en sus bolsillos y encogiendose de hombros
Salimos de la cafetería y caminamos por el pasillo hasta llegar a la puerta de salida de nuestro edificio, pasamos por el camino del jardín para ir al edificio del lado oeste del internado
- No quiero ser demasiado curioso, pero ¿Para que son los medicamentos? – pregunta al ver la pequeña caja de pastillas en mi mano.