MATHEO
No me considero una persona presumida, tampoco alguien muy fanfarrón, solo soy un simple chico con buena autoestima.
Creo que de defectos voy corto, tengo solo uno, no me gusta perder. Así que si alguien se enfrentaba a mí en lo que sea debía estar preparado para perder porque no se la dejaría fácil.
Sobre todo he centrado la mayor parte de mi espíritu competitivo en los deportes, no puedo presumir de saber jugarlos todos, pero si puedo presumir de que sé jugar uno a la perfección y nadie me ganaba hasta ahora en él, baloncesto. Señores y señoras, yo, Matheo Costner, capitán del equipo de baloncesto del internado tengo la obligación de patearle el trasero a cuanto equipo se nos enfrente y hasta ahora no nos dejamos ganar por nadie, así que cuando el entrenador está entrando con los demás chicos de mi aula al gimnasio para iniciar la clase de deportes yo estaba dándole la decima vuelta a la cancha mientras escuchaba algo de música.
-Costner, ven aquí- exclama el entrenador mientras su grupo de chicos se sienta en las gradas del gimnasio, así que no demoro más y hago lo mismo, sentándome al lado de Dominic. Cuando desperté no estaba en su cama y esperaba encontrarlo en el gimnasio, pero no fue así, tengo un par de preguntas para él.
-¿Dónde estabas?- le doy con el codo en el costado.
-Estaba desayunando y después di una vuelta por el internado.
-Amigo, dando vueltas por el internado no ganaremos los partidos de esta temporada, debemos correr, pero alrededor del gimnasio- el solo me mira riendo, sé que cree que estoy exagerando… tal vez sí.
-Chicos quiero que presten atención, la clase de deportes es tan importante como sus demás clases así que espero que den todo su esfuerzo, hoy empezaremos dando unas vueltas por la cancha, quince, para calentar un poco, los estiramientos son importantes así que no los olvidaremos y el deporte que reforzaremos hoy, ya que la temporada está a la vuelta de la esquina es baloncesto. Espero que los chicos del equipo se esfuercen el doble- nos miró y asentimos, Dom, Nath, Arthur, James y yo éramos los miembros del equipo presentes en esta clase- Bien, de pie y a empezar.
Todos nos movimos, para empezar a correr, en mi clase siempre estaba al frente de la fila porque así no me preocupaba que el de delante sea muy lento y no me dejara correr a mi ritmo, pero esa chica… el pequeño llaverito llamado Camile Crowe estaba de pie al principio de la fila cuando llegué.
-Sabes… me gusta ir al principio de la fila a la hora de correr, así que si me permites…- hice el ademán de ponerme delante de ella, pero simplemente no me dejó.
-No te permito nada- sonrió levantando una ceja- así que, si fuiste demasiado lento para llegar primero, te mueves y te vas atrás- señala detrás de ella con el índice.
-Creo que el entrenador no estará de acuerdo con eso- sonrio cruzándome de brazos y mirándola desde arriba, es bastante pequeña, ¿cuándo mide? ¿un metro? Mi primo menor seguro es más grande.
-Crees que eres el único aquí que es amigo del entrenador- se cruza de brazos también mirándome desafiante y levantando el rostro- te puedo apostar que he ganado más premios para este internado que tú.
-Ya te lo dije, ni en tus mas grandes sueños- esta mini mujer es demasiado fastidiosa.
-Como sea, interrumpes mi entrenamiento y el de los demás, vete al final grandulón- se coloca unos audífonos dispuesta a ignorarme y empieza a correr y con ella los demás, yo solo me quedo de pie a un lado.
Cuando los chicos pasaron por mi lado me dieron una sonrisa burlona, eso no, claro que no.
- ¡Matheo!, tendrás tiempo de descarar después, a correr ¡Ahora! – ordena el entrenador así que corrí lo más rápido que pude hasta alcanzar a esa molesta chica, intenté colocarme delante de ella en la fila pero simplemente no me dejaba y tampoco pensaba empujar a una chica, joder… ¿una cosita tan pequeña puede correr tan rápido?
Lo intenté un par de veces más pero simplemente no me dejó así que con el peor humor del mundo esperé hasta le final de la fila para seguir a los demás.
Después de eso mis amigos se rieron a costa de mi un buen rato cuando empezamos a calentar antes de practicar algunas canastas, cada vez que me cruzaba con Camile tenía una sonrisa de victoria en su cara, no pensaba dejar que se largue de rositas.
Llevo algo de veinticinco canastas sin fallar, mientras intercalaba el balón con Dominic y Nath, la parte más fácil para mi es esta… todo está en la muñeca.
-Chicos, ¿Qué tal van hasta ahora? - pregunta Dom mientras lanza el balón.
-Bastante mal- se queja Nath- pensaba que sentarme con Annette haría las cosas más fáciles, pero es todo lo contrario, si me responde a algo lo hace con monosílabos, le hablo y me ignora completamente, creo que le molesta que respiremos el mismo aire.
-Eso te pasa por robar mi lugar- Dominic le lanza el balón con fuerza haciendo que se estrelle en el pecho de Nath con fuerza
-Fue por tu bien amigo, además no puedes quejarte- Nath le regresóael balón con la misma fuerza- te vi con Juliet esta mañana y regresaste a tu habitación con una carta rosa, ¿que era Dom? ¿una carta cursi o algo peor?