Lazos

Cole

5:10 a.m.

Tres años atrás.

A 20 km de la ciudad de Onix. 

—¡Cole! ¡No! —me gritó el Coronel Craper a mi espalda.

Las balas del enemigo rebotaron en mi escudo, pero seguí avanzando sin importar nada. Acababa de ver cómo intentaron ejecutado a un adolescente a sangre fría, no iba a parar. Mi energía estaba en el chico, rodeándolo con mi habilidad, protegiéndolo de los cazadores. 

Acorte en dos segundos la distancia con el primer enemigo, rodee el cañón de su arma con un escudo y mi puño fue directo a su rostro, pero tan solo se movió unos centímetros y me miró con una sonrisa perversa. 

Diablos, esto no estaba saliendo como había pensado. 

Rápidamente me agaché esquivando su puño derecho y estiré mi pierna derecha, le di un certero golpe detrás de la rodilla provocando que se caiga hacia delante, me moví rápidamente para que no me aplastada y miré sobre mi hombro para encontrarme a mi mejor amigo derribando al segundo hombre, solo faltaba tres más. 

Me incorporé y ataque al hombre que estaba más cerca al adolescente, como era el doble de mi tamaño, cree una esfera con mi escudo y se la tiré a las costillas, cayó al suelo y me acerqué rápidamente al motivo de nuestra misión. 

—Corre donde está el Coronel Craper apenas te liberé —le ordené mientras lo liberaba de las sojas que tenía en sus muñecas. 

Una vez liberado, se quedó inmóvil, maldije y lo empujé hacia los árboles donde estaba el resto del equipo. Bruno estaba peleando con dos hombres, uno de ellos lo apuntó con el arma y reaccioné a tiempo para protegerlo con mi escudo. 

No podíamos dejar hombres conscientes, sino nos perseguirán o advertirá al instante al resto de los Cazadores. Cree cuatro escudos alrededor del segundo hombre, lo sé, era trampa, pero el hombre tenía el doble de mi tamaño. Me acerqué y deshacía y volvía a poner mis escudos a mi antojo para poder golpearlo sin que él lograra tocarme. Una vez que estuvo inconsciente deshice mis escudos y cayó al piso. Me volví para ayudar a Bruno, sin embargo, cuando lo alcancé ya había noqueado su oponente.

—La última vez, Cole, no vuelvo a arriesgar mi culo por ti. De ahora en adelante me quedo detrás del volante. —se quejó. 

Sonreí, y le di una palmada en el hombro. 

—Ohhh yo sé que cada vez que tengas que ayudarme lo harás.

—Realmente Cole tienes que valorar un poco más la vida de tu equipo y conocer los límites de tu habilidad. Si te noquean dudo que puedas hacer un escudo para protegerte.

—Lo sé, lo sé, pero iban a matarlo. Tenía que hacer algo.

Bruno suspiró y negó con la cabeza.

—No sé cuándo voy aprender que nunca en tu vida vas a escuchar a tu mejor amigo. —hizo una pausa miró a nuestro alrededor—. Ahora vamos antes de que despierten estos pesados.

Corrimos hacia el bosque y nos enterramos en él. Bruno percibía la energía de las personas por lo que fue fácil volver con nuestro grupo. Seguramente una vez en la base, el General Ital me suspenderá y no me dejará participar en ninguna otra misión, sin embargo, la sensación de triunfo por haber rescatado al hijo del Coronel Craper era enorme. Sabía que nada podía borrar esa sensación. 

 

 

5:10 p.m.

Presente.

Centro comercial. 

Hago un recorrido completo con la mirada en el lugar (Centro comercial solo para personas de clase alta: Piso de cerámica blanca, paredes blancas con algunos detalles en dorado, puertas de cristal, seguridad en los diez locales del primer piso y a cada dos metros una enorme lámpara cuelga del techo, tiene cada pequeño foco rodeado de cristal). Ninguna persona parece fuera de lugar con sus prendas de alta costura y zapatos de cuerina, excepto yo. Paso mi mirada por el reflejo que da mi cuerpo en un cristal, llevo pantalones negros con cinto, una remera gris metida en el pantalón y unas botas negras. 

—Saldado, vamos a comprar algunos vestidos en esta tienda ¿Prefiere quedarse afuera o entrar? —me preguntó la señora de 40 años que se había parado frente a un local de ropa a punto de entrar.

Primer error: No soy un soldado. 

—La esperaré afuera, señora. —le respondo colocando al lado de la puerta del local, imitó la postura del hombre de seguridad, que me mira de reojo.



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En el texto hay: romance, amistad, habilidades

Editado: 11.02.2020

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