Amalia:
—Por favor ayúdeme —rogué agarrando las manos de la enfermera—. No quiero, no quiero perderlo —suplique lloriqueando—. Mi padre quiere que lo aborte y yo no puedo, por favor...
—Tranquila, calma, no...
—Por favor dígame que me ayudará —seguía rogando mientras la miraba fijamente—. Mi padre quiere que lo aborte, fue una gran impresión y me desmaye, mi padre planea sacarme de aquí, llevarme con un amigo para hacer que lo... yo no quiero —negué con la cabeza fingiendo desesperación—. Por favor... no se niegue... hágalo por esta vida que llevo dentro... por favor...
—Señorita yo... —fingí un leve mareo, me recosté sobre Giorgi como si no tuviera fuerzas
—Se lo suplicamos —intervino mi amigo—. Ayúdenos por favor—toco mi vientre. Yo me aferré más a el para contener la risa. Una boba risilla y todo se iría por la borda—. Si dinero es lo que...
—No, no es eso —advirtió la enfermera—. Pero yo no puedo...
—Se lo ruego —me abalance sobre ella como imagino que lo haría una persona desesperada. Bueno yo era una persona desesperada, pero por otros motivos—. No me quite esto —supliqué entre lagrimas—. Si usted no me ayuda, yo... —mi voz se quebró—. No sé, no sé lo que haré, no quiero, por favor... no me haga esto, es la única que... mi familia esta en mi contra—la enfermera me abrazo tratando de calmarme
—Señorita yo... —podía notar las ganas que tenía que decir que sí, bien solo un poco más
—Por favor —hablo Giorgi en tono más serio—. Es una vida la que esta en sus manos —Recordó con cierta animosidad en sus palabras—. ¿Quiere cargar con eso toda su vida? ¿Quiere que nosotros carguemos con eso? Ella puede... —Giorgi detuvo su hablar mientras una atmosfera tensa empezaba a sentirse
Huau... tengo que aprender a infundir miedo de ese modo... y yo que pensé que ya me lo había enseñado todo...
—No, no es eso... yo... —titubeó la enfermera—. Esta bien... los ayudaré, los ayudaré —salí del abrazo de la enfermera—. Calma, calma... —entrelazo sus manos con las mías—. Te ayudaré, tranquila —me aviso con una voz tranquilizante.
Huau... la gente es tan fácil de manipular...
—Gracias, gracias —la volví a abrazar
—Afuera están sus familiares, los llevaré a otro lugar por unos minutos para que puedan salir sin ser vistos. —Ambos asentimos—. Ten fuerza —me aconsejo
Tiene tan buen corazón, que lastima que por eso la despidan...
La enfermera se aparto de mi, se escucho la puerta abrirse y cerrarse indicándonos que ya el plan iba en marcha.
—Eres una mentirosa compulsiva— dijo Giorgi explotando en risa
—Cállate, te van a escuchar— pedí bajando de la camilla
—¿Embarazada? ¿Después que inventaras? ¿Qué tienes cáncer o algo peor? —le quede mirando por un instante
—Me retracto, sigue hablando, das buenas ideas —sonreí mientras posaba mis oídos en la puerta para saber a que hora se iría la enfermera con ellos
—Lía—se recostó en la puerta —¿A ahora que sigue? ¿Asaltar un banco? ¿Ir a...
—Se fueron —avise al oír los pasos de todos alejándose—. Es ahora o nunca —lo tome de su muñeca
Santiago:
Me encontraba recostado en una de las columnas del recinto. La preocupación saltaba a la vista.
¿Cómo pudo golpearla y darse a la fuga después? Jamás debió ser contratado, el medico dijo que estaba bien, pero eso no me deja tranquilo, quiero verla, necesito verla con mis propios ojos para estar bien
Mi padre renegaba por estar perdiendo su valioso tiempo en lo que él creía que no era más que una sucia treta por la parte de su hija. Me fue difícil hacer que viniera hasta el hospital. Él ya había separado boletos para irnos esa misma noche. Me sorprendió encontrarme con Giorgio, por lo que pude ver en la delegación, no perdió tiempo para actuar como un héroe frente a mi hermana.
No puedo creer que ella haya querido verlo a él, Giorgio siempre fue una mala influencia para ella... por eso nuestro padre siempre se enojaba con ella, al final Amalia era quien pagaba los platos rotos
No dejaba de ver la puerta, esperaba que ese tipejo saliera cuanto antes.
Estar a solas con ella ¿Quién se cree? Ni siquiera debería estar aquí, lo ultimo que supe fue que lo mandaron aun colegio en Australia, mi padre fue bueno en pagar sus estudios, después de tanto tiempo ese tipejo se encuentra con mi padre y ni siquiera le da las gracias, seguro él le ínsito a Amalia que escapará...
Luego de unos minutos la puerta se abrió, al instante me acerqué pero me desilusioné al saber que solo era la enfermera.
—Disculpen señores, pero el medico desea contar con su presencia
—¿Por qué? —me alarmé acercándome—. ¿Algo le sucedió a mi hermana? El medico dijo que estaba fuera de peligro ¿Sucedió al...
—Para informarles deben ir con el medico, él les dará más detalles, yo no...
—Pero hace un momento estuvo con ella ¿Cómo la vio? ¿Sigue despierta? ¿Se volvió a desmayar?
—Tuvo un leve mareo pero...
—¿Se recuperó? ¿Sigue desmayada? ¿La dejo sola con...
—Ya no lo esta —respondió con algo de fastidio en su vos—. Ahora sino hay más preguntas —dijo irritada—. Acompáñenme —pidió mostrándonos con una mano el camino
Mi padre camino mientras hacia una llamada de negocios.
Ni en estos momentos es capaz de pensar solo en su hija, ella lo necesita
Caminamos hasta la oficina del medico, la enfermera entro por un momento.
—Todo por lo que tengo que pasar gracias a tu hermana
—Se golpeó en la cabeza, pudo haber...
—El doctor los espera —nos aviso la enfermera al abrir la puerta
Ambos entramos. De inmediato el doctor empezo a hablarnos de su estado, de tecnicismos y posibilidades usando palabras que no entendía con tanta claridad como me gustaría. Mi padre demostraba mucha atención reflejando ser un padre responsable y dedicado al estado de salud de su hija.
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Editado: 14.03.2024