Lazos Oscuros [libro 1]

35.- Un lazo Oscuro

RAINER 💥

Amelie salió por la puerta junto a Greg. El silencio reinó en la habitación por unos segundos.

—Amelie es una Steinfield, no lo puedo creer— Janeth cayó sobre uno de los sillones individuales.

—Creo que aún no salgo de mi asombro— comentó Kendrick.

—Creo que nadie ha salido— Leah pasó las manos por su cabello —. Definitivamente Amelie y Rainer son la pareja más poderosa de la tierra.

Superman y la Mujer Maravilla se quedan cortos con ustedes— soltó Cam —. Una máquina de oscuridad y un descendiente de los ángeles; suena a la pareja perfecta.

—Amelie se lamentaba no poder decirles la verdad— les dije —, sobre todo, no poder decirles cuando su magia no estaba bien.

—¿A qué te refieres con eso? — preguntó Joshua.

—Algo la ha estado perturbando y cada vez es más fuerte— expliqué —. Ella me dijo que empeoró con la llegada de esa extraña criatura a Golden Valley.

—Espera un segundo— habló Diana —. La teoría que teníamos todos era que esa criatura era la criatura Steinfield, pero si la criatura Steinfield es Amelie, ¿Qué es la cosa que entró en Golden Valley?

—Nadie lo sabe— contestó Jackson —. Amelie intentó un hechizo de rastreo oscuro, pero no salió como esperábamos.

—¿Crees que los Steinfield sepan algo? —Leah nos miró.

—La verdad lo dudo— me senté en otro sillón individual.

De la nada Jackson se apoyó contra uno de los muebles, ahogando la respiración. Joshua lo alcanzó para evitar que cayera al suelo. Todos nos acercamos a él.

El castaño volvió a si mismo con la respiración agitada. —Debemos irnos.

—¿De qué hablas?, ¿Qué viste, Jay-Jay? — Diana lo miró preocupada

—Silverstone está en peligro.

—¿Y quieres volver ahí? — dijo Leah confundida.

—Nos van a necesitar, a todos.

—Esperemos a que vuelva Amelie y veremos qué podemos hacer— propuso Janeth.

Silverstone está en peligro, y sabía que mi chica quería ayudar todo lo que pudiera, aunque eso le costara un par de consecuencias. Volví a sentarme en el sillón a esperar la vuelta de mi castaña. Al cabo de unos minutos, la mano izquierda me comenzó a quemar, como si estuviera tocando lava caliente.

Rainer. Rainer, te necesito.

¿Amelie?

El ardor en mi mano se intensifico, dirigiéndolo hacia todo mi cuerpo. Esto no es una buena señal.

Rainer, por favor.

Me levanté del sillón de golpe y caminé a la puerta.

—Rainer, ¿A dónde vas? — preguntó Cam.

—Con Amelie, me necesita.

—¿Cómo lo sabes? — dijo Janeth.

—Me está llamando— todos me miraron sin entender—. Los susurros.

Jackson captó lo que dije y me hizo el gesto de que saliera rápido. Observé a ambos lados del pasillo; tratando de adivinar donde podría estar mi chica, ¿por qué esta casa tenía que ser tan grande y con tantas puertas?

Amelie, ¿Dónde estás?

Solo sigue tus instintos, muchacho.

Respiré profundamente y comencé a caminar, dejando que mi mente e intuición me guiaran hacia la chica de ojos bonitos

Me paré frente a unas puertas dobles con pequeñas ventanitas a los lados, estas temblaron con fuerza, trisándose. Ya la había encontrado. Abrí las puertas con fuerza y observé la escena delante de mí. Todos los Steinfield estaban en el suelo, pareciera que fueron impactados por un golpe, mi novia estaba en centro de la habitación, y a juzgar por la cara de su familia, de seguro la oscuridad la había hecho caer.

—Amelie, mírame— dije—. Quiero que me escuches a mí y solo a mi— sus ojos estaban fijos en mí y mis movimientos. Me acerqué—. Se que estás ahí.

La sentí estremecerse bajó mis manos. Cuando terminó de vomitar me miró, intentando recuperarse, pasó la manga de su chaqueta por la boca, y vi la indecisión en sus ojos; abrí los brazos para que viera que estaba de acuerdo, y me abrazó con desespero.

—Ocurrió otra vez— susurró —. Otra vez me perdí en ella.

—Ahora estoy aquí—le acaricié el cabello, rozando su cuello de vez en cuando —, y no te dejaré sola.

—¿Estas bien, Corazón? — preguntó el hombre rubio, su padre.

Los padres de Amelie se agacharon cerca de nosotros.

—Lo siento— les dijo mi novia mirándolos.

—No, lobita, esto fue nuestra culpa— le dijo su madre; noté el increíble parecido que tienen, excepto por los ojos. La mujer me miró—Gracias por ayudarla.

—¿Cómo te llamas? — habló nuevamente su padre.

—Rainer Sanderson, señor— contesté, nervioso.

—¿y quién eres, Rainer Sanderson?

Antes de poder responder, Amelie se apartó y volvió a expulsar el líquido negruzco. Volví a acariciar su espalda.

—Zada, haz algo— el hombre miró a una de sus hermanas.

—No hay nada que hacer, Amelie está expulsando veneno de su cuerpo— la mujer no quitaba la vista del líquido —. Debes dejar que se limpie sola.

La castaña pasó en dorso de su mano por su boca —. Estoy bien.

La ayudé a levantarse, las miradas de todos los presentes en la habitación estaban sobre mí. Amelie no perdió el tiempo y apenas estuvo de pie, se aferró a mí en un abrazo, como acto reflejo le envolví la cintura con mi brazo, para que tuviera más ayuda.

—Es momento de que todos nos calmemos— habló el mismo hombre que nos recibió, Zachary Steinfield —. Somos una familia, a pesar de todo; nos hemos ocultado cosas, pero no nos separamos, y esta vez no será a excepción. Esto es por nuestra Amelie; una Steinfield.

Todos se miraron. El padre de Amelie miró hacia el techo.

—¿Qué es lo que me has ocultado, Cariñito? — le preguntó a la madre de su hija.

—Solo quiero que mantengas la mente abierta y escuches, antes que nada— le contestó la mujer con la mirada seria —. Amelie fue apadrinada por un demonio.




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