Capitulo 5

Capítulo 5: Por algo estoy aquí ¿No?

Siento que me agitan lentamente, más no quiero levantarme, no quiero abrir los ojos por temor que la sombra me esté viendo con esos ojos negros y esas horribles garras afiladas.

Me agitan más fuerte. Pronuncian mi nombre con desesperación.

—¡¡¡Basta, por favor!!!— Grito— Por favor, ya no más— Siento como se me quiebra la voz en las últimas palabras.

— Leah. Leah, despierta, abre los ojos. — Escucho una voz familiar.

Abro los ojos de repente, encontrándome con El Dr. Sawyer, Beth y... ¿Zack?

Estoy aturdida. Siento como si la cabeza me fuera a explotar. Aun puedo recordar la sensación de esas garras en mi pecho, se sentía tan real, como si en serio hubiese pasada.

Respiro varias veces para calmarme. Miro esperando que hablen o hagan algo en vez de quedarse como estatuas paradas.

El primero que se atreve a hablar es el Dr. —Leah ¿Estás bien?—Preguntó cautelosamente.
Como mierda puedo estar bien. Esa pesadilla fue horrible, la peor de todas. Ninguna palabra salió de mi boca y vuelve hablar. — ¿Qué te pasa?

¿Que me pasa? pasa que quiero gritar. Quiero romper a llorar, soltar todo lo que tengo, decir todo lo que siento, sin embargo, me quedo callada. Siempre lo hago. No puedo confiar en nadie. Y eso es lo más triste.

No les puedo contar mis pesadillas, van a pensar que estoy loca en serio, y de por sí ya lo creen cuando mis padres dijeron que estaba loca.

Seis pares de ojos me observan esperando que haga o diga algo. Los tres me miran preocupados. Lo entiendo del Dr. y de Beth pero de Zack, No entiendo porque estaría preocupado si apenas me conoció ayer.

—Una pesadilla nada más. Gracias por preocuparse, pero no era necesario venir. —Recorro a las tres personas que están frente a mí.

— Cariño, tus gritos no decían lo mismo, Leah. — Me contestó Beth.

Suelto un suspiro cansino. Me concentro más en el Dr. Y en Beth así dejando a fuera al pasante que me observa fijamente.

— Soñé con ese día. —Volteo a un punto fijo a la pared.
— Sigo recordando y las pesadillas siguen.

Beth y el Dr. Sawyer me da una mirada de tristeza y lastima, sin embargo, Zack, está con el ceño fruncido y la confusión plasmada en el rostro.

— ¿Que día? ¿De qué hablan? — Suelta todas las preguntas que rondan en su cabeza.

Quiero medio explicarle de qué hablo, aunque solo sea para distraerlo de la verdadera pesadilla, más recuerdo lo que hable con la maldita voz de mi cabeza. Me tengo que alejar de él.

— Eso no es de tu incumbencia. — Le suelto en tono brusco, no me siento feliz de tratarlo así, sé que solo lo conocí ayer, pero se nota a distancia que un gran chico, con un gran corazón. Me tengo que alejar de él.

Los tres me miraban confundidos y asombrados por mi tono brusco.

— Cierto, no sé qué hago aquí, no es de mi incumbencia. — Da un leve asentimiento, se levanta y se va un poco enojado

Solo nos quedamos Beth, el Dr. Sawyer y yo, sin mencionar al silencio incomodo que se estableció en la habitación. La primera mencionada empieza hablar.

— Fuiste un poco dura ¿No crees?

Me quedo en silencio y Asiento levemente. Vuelve hablar. —Tú sabrás cariño ¿Quieres algo para dormir? ¿Una pastilla o un sedante?

— Lo que quieras, por favor. — Asiente levemente, me da unas pastillas y se va junto con el Dr.

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Abro los ojos lentamente y los vuelvo a cerrar tratando de que mi vista se adapte a la luz que se filtra por la ventana.

— ¡Vaya! hasta que por fin te levantas, parecías la bella durmiente. —Me mira con una sonrisa. —Vamos a que te revisen. Te toca consulta médica y después a comer, señorita.

Asiento levemente, me dirijo al baño hago mis necesidades y me voy con Beth.

Un silencio se instala entre nosotras, no es un silencio incómodo, es uno donde puedes dejar que tus pensamientos fluyan y que nadie te interrumpa.

Caminos hasta el ala norte de la clínica donde están los doctores y todo eso.

No me había dado cuenta de que Zack estaba al lado de Beth, caminando con nosotras.

—Cariño, Zack te va a llevar tu revisión con la Dra. Yo tengo que buscar a Anna para que vaya a su cita con el psicólogo.