La resaca es grave muy grave.
Abro mis ojos lentamente, hasta que se acostumbraron a la luz, la cual era muy intensa, esta no es mi habitación normalmente, tengo las cortinas cerradas.
-Por fin despiertas- Esa voz.
MIERDAAA
Por el ángel, espero que solo sea una mala jugada.
Abrí mis ojos, me destape solo la cara y brazos.
-¿Qué hago aquí?- Le pregunte al instante.
Se acercó a la cama se sentó a un lado, me extendió un vaso de jugo de naranja, con una aspirina y una tostada en una bandeja.
Me siento como Anastasia en la primera borrachera, que llamo a Christian.
-Te la diste hasta la madre, bueno tú y Harly por influencia de Mellilla, decidieron venir aquí. Además no pensaba dejarte con el idiota de Connor.
-¿Qué hago en tu habitación? Y ¿no en la de Mellilla? ¿O un sillón?-Hable extraña, estoy sumamente nerviosa.
Comencé a comer la tostada, dejando las migas en la bandeja, procedí luego a tomar la aspirina con el jugo.
-La habitación de huésped la usan mis primas Ola y Helen, Mellilla tiene una cama de dos plazas, como esta entonces durmió con Harley, y bueno yo me quede contigo.
-¿Dónde dormiste?
-No dormí, tenía asuntos, así que tranquila no hubo nada de nada.
Tomo la bandeja la dejo en la mesa a un costado de la cama.
-Hesses- Lo nombre y el me miro automáticamente-¿Tienes ropa que pueda usar? Es que un vestido un domingo a la mañana no es lo ideal.
Sonríe arrogantemente, me acomodo quedando más expuesta, solo tengo puesto mi ropa interior.
-Me adelante a eso, Melilla me dio un pantalón, pero le dije que te daría una camiseta, para que estés cómoda, sé que la moda de mi hermana es muy al cuerpo, no eres chica que uses remeras ajustadas.
Razonablemente sí.
- Mmm gracias, supongo – Me alcanza la ropa.
Tomó la camiseta, blanca grande me quedara como remeron, me la coloco me levanto de la cama, me colocó el pantalón, que es como si fuera un deportivo al cuerpo.
-Creo que es tarde para decir si querías que me retire.
-Ah es que no soy vergonzosa con mi cuerpo.
Me coloco qué mis zapatillas, de tacón ya que eran parte de la combinación con mi atuendo.
- Vamos.
Asistí con el rostro.
Abrió la puerta del cuarto, dándome paso a salir primera.
Por dios.
Es una casa enorme.
Estamos en una planta superior, esto no es una casa es una mansión.
Comenzamos a bajar las escaleras, me guió hasta una parte donde había puertas, las cuales eran corredizas, las abrió y era como una sala con una mesa gigante, y llena de comida.
-Alaskaaaaa
El grito endurecedor de Harley me hizo salir del trance.
-Hola mujeres.
Las salude a casa una con un besos en su mejilla, me coloque enfrente de Harley, Melilla, Ola y Helen, y a mi lado se colocó Hesses, no sé por qué es extraño.
-¿Cómo descansaste? Porque yo de maravilla-Miro extrañamente a Mellilla, la cual se sonrojo.
Estas tienen algo, pero bueno, son libres.
-Súper no tengo quejas
Hesses intento tocarme la pierna, pero gracias a dios, Kafka llegó se colocó a mi lado y el retiro su mano.
- ¿Cuenta probabilidad allá de que tenga resaca?- La voz de Kafka fue suave pero la escuchamos.
-Yo diría que de un cien por ciento – Respondí rápidamente su duda.
Ella colocó su rostro en mi hombro como en síntoma de sufrimiento.
-Tendrías que tomar algo te va ayudar- Respondió Mellilla.
Asistió, se acomodó en su lugar, se retiró suavemente.
-Woww- Una voz que no logro reconocer, se sintió destres nuestro.
Todas los obraron, me gire lentamente.
-Por dios, son muy bellas las dos.
-Sempere, cállate y deja de acosar a mis amigas- Mellilla, lo miro seriamente.
Él se colocó a mi lado sonriente.
-Eres agradable ¿Cómo te llama?- Formuló Sempere.
-No hablo, y para ti es agradable hermano sí que estás mal- Opino Hesses.
-Hermano lo que tú no sabes es que tengo paso- Continuo el colocando su brazo en mi hombros.
Es la primera vez que lo conozco, por dios es impredecible este chico.
-Disculpa – Lo mire y saque su brazo de mi hombro.
-Alaska, no le prestes atención, ha intentado ese truco, con todas las amigas de Mellilla.
Exclamó Hesses.
-Bueno- Dije entre risas.
Pasamos unas horas más entre risas, bromas, y resaca.
-Vamos Alaska- Pronunció Harley.
Asistí con mi rostro, saludamos a todos, tomé mi bolso y mi ropa.
Salimos de la casa, comenzamos a bajar alrededor de cinco escalones, tiene como una mini zona circular con plantas.
Nos dirigimos a la zona, donde está aparcado el coche.
-Así que tú y Hesses- Comenzó Harley
-No no no comiences.
Nos subimos al vehículo, me coloque el cinturón de seguridad, deje mis cosas en la parte de atrás.
-No vuelvas con el tema Harley.
Me miró como si estuviera ofendida y sonrió.
-Puff, como si fuera a hablar de ti.
-Te conozco Harley.
Sonrió, comenzó a manejar hacia mi departamento.
-¿Cómo estuvo tu noche con Mellilla?
Casi se ahogó con su saliva.
-Estuvo … Bien.. – Habló rápidamente se le cruzaban las palabras.
-¿Qué pasó? – Dije levantando las cejas.
-Nada, es una chica única, alegre como sobria y ebria.
La miro como habla de Mellilla
-Tus ojos se iluminan cuando hablas de ella.
Su cara se sonrojo.
- Deja de mentir Alaska.
-¿Te gusta? Pues obvio que te gusta se te re ve.
-Shh, no le digas a nadie.
-Tranquila soy la caja de pandora.
Estaciono en mi departamento.
-Bueno, nos veremos mañana.
-Sí, avísame cuando llegue-Continúe, baje del vehículo
Abrí la puerta del departamento, comencé a entrar, deje mis cosas en la habitación.
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novela juvenil drama, traición amor y odio, nada es lo que esperan
Editado: 04.01.2021