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Parecía que hubiese estado bebiendo cerveza toda la noche, o eso pensaba el hombre cuando recuperó la conciencia. Aun con los ojos cerrados llevó una de sus manos a la cara, tallando lenta y dolorosamente toda su cabeza. No recordaba que había pasado antes de desmayarse, pero justo al abrir sus ojos todo volvió a su memoria.

Ela lanzándolo por los aires para después solo tener oscuridad en sus recuerdos.

Al llegar con la mano a la zona de la barbilla logró sentir un líquido seco, para después averiguar que se trataba de su propia sangre. La oscuridad espesa hizo que Milo no lograra ver lo lejos a Nelly acercándose a él, además de que ella llevaba la lámpara de mano apagada, lo cual solo logró sacarle un grito tan fuerte que su garganta comenzó a doler.

— ¿Qué fue lo que pasó? — Preguntó la mujer ayudándole a pararse - ¿Los encontraste? - Milo asintió lentamente pero seguro de su afirmación - ¿Y dónde están?

— No lo sé — trató de mantenerse por su propia cuenta de pie pero le era imposible, todo el cuerpo le dolía. Nelly lo auxilió dejando que se recargara en ella — Ela me atacó, después de encontrarla con Levi.

Nelly lo miró horrorizada — ¿Ela te atacó? — ella no lo podía creer. Sacudió un poco la cabeza alejando las dudas que aún quedaban sobre su ahijada — ¿Dónde están los demás?

— No pueden estar lejos. — Milo buscó por todo su cuerpo aquella linterna que debía llevar consigo — Se llevaron mi linterna — Nelly al fin encendió la suya.

Ella le entregó la lámpara a Milo, el cual la sostuvo con la mano que no estaba usando para recargarse en la castaña. Acercó la mano con la cual no lo sostenía a él y la llevó a su oído para encender su audífono.

— ¿Adir? ¿Dakota? — la voz de Adir resonó en el audífono — ¿Puedes mandarme tu ubicación? — No pasaron ni dos segundos para que el brazalete de la mujer comenzara a iluminarse de color verde con una flecha apuntando a su diagonal izquierda — Esperemos que Dakota esté cerca de él.

* * *

Tardaron mucho tiempo en llegar a la siguiente habitación. Sabían que no podían atrasarse demasiado pero la interceptación de los moderadores les había quitado tiempo. El lado bueno, gracias a la completa oscuridad sería más difíciles de encontrar a simple vista. Llevaban casi 15 minutos caminando con sigilo en el 5to subnivel para encontrar la habitación que a Chloe le había parecido buena idea.

Además de haber pasado a los baños en el área de aquel subnivel, con la ayuda de Levi y Piper, encapsulando el sonido y espesando más las sombras. Cuando por fin estuvieron dentro de aquel almacén, tres computadoras gigantescas se aparecieron frente a ellos al final de esta.

— ¿Podemos acceder desde aquí a su base de datos? — Preguntó Piper curiosa a Ryder pasando la punta de sus dedos por encima de las pantallas.

— Sino son estúpidos solo tienen la opción de modificar los archivos desde un solo lugar. — Ryder comenzó a analizar aquella computadora externamente — Pero podemos revisar sus archivos. — Todos miraron impresionados a Ryder — ¿Acaso ninguno tiene dudas sobre su origen?

Daren no dudó ni un segundo, quitó a Ryder de un caderazo, tocó con la punta de sus dedos la gran computadora y esta se iluminó mostrando un gran logo al inicio de esta.

Todos se miraron extrañados, por ser la primera vez que miraban aquel logo. No estaba en los carteles de las habitaciones, ni en ningún otro lado donde hubiesen podido verlo. Justo después de eso un sonido parecido a una campana sonó cuando el logo desapareció por completo. Una barra para insertar texto apareció con la leyenda "Inserte nombre." Daren acercó sus manos a la pantalla táctil con el teclado y escribió su nombre de manera lenta.

Rápidamente apareció su foto en el lado izquierdo de la gran pantalla, en la foto se mostraba de mal humor, mirando con odio a la cámara. Todos sus datos estaban a lo largo de la pantalla. Sus kinesis, la edad a la que aparecieron, la edad del chico en ese momento, su fecha de cumpleaños, incluso el nombre de una mujer.

— Anneliese Baker — leyó Piper en voz alta — ¿Por qué su nombre está en tu expediente?

— Rápido, tecléalo — Daren comenzó lento a escribir el nombre de la mujer en el buscador, pero fue interrumpido cuando la mano de Ryder pasó por encima de sus manos y el nombre terminó de escribirse casi por sí mismo.