Lejos de las rejas

CAPÍTULO 6 - Una cena para estirados

La voces se escuchaban distantes y graves, pero pude entender parte de su conversación.

— Muchas gracias por cuidarla hoy, es que fui de compras porque ella necesitará algunas cosas ahora que vivirá conmigo— habló lo que parecía ser una voz femenina.

— No fue nada, no podía dejarla sola en medio del pasillo. Además ella es muy graciosa cuando está ebria— se rió la otra voz.

— Ella nunca ha bebido en su vida, la verdad… es que me preocupa su estado actual, ha tenido una semana dura.

— Sé algo de eso, tal vez sea imprudente de mi parte pero… ¿puedo preguntar quien la golpeó así?

— Esto es un tema personal, aunque deduzco que ella en su estado le dijo muchas cosas íntimas, así que se lo diré. Fue la bruja de su madre — musitó.

— Oh… entonces ella y su familia…

— Ella no es el problema se lo aseguro, su familia solo se ha aprovechado de su buen corazón eso es todo— explicó la voz femenina.

— Lamento escuchar eso…

— Sí, pero ahora que vivirá conmigo las cosas mejorarán para ella. Actualmente lo que más necesitará para despejar su mente es un trabajo.

— Bueno, yo puedo ayudarla con eso. En mi compañía se necesitan nuevos empleados.

— Oh, ¿enserio? ¡Eso sería fabuloso! Ella necesita trabajar en otro ambiente, conocer nuevas personas, ya sabe hacer crecer su círculo social — respondió en tono alegre.

— Bueno, entonces la primera semana del próximo mes que lleve su hoja de vida a esta dirección— hizo una pausa, escuché el ligero sonido de un papel. — Será mejor que la lleve a su habitación.

Sentí mi cuerpo flotar de forma repentina, tenía el resto de mis articulaciones muy adormecidas, no fui capaz de despertar del todo aún me sentía muy mareada, pero sobre todo, agotada.

 

 

Dos semanas después…

Después de vivir junto a Magaly durante dos semanas, las cosas no podían estar peor para mí. Era completamente incapaz de escribir una sola hoja de mi libro, mi bloqueo era tan grande que empezaba a frustrarme y sentirme incapaz de hacer algo tan sencillo como eso.

Eché un grave grito intentando disipar mi inevitable impotencia, esta es mi única oportunidad de mantenerme a base de algo que me gustaba y aquí estaba, sin poder hacer nada para que eso sucediera.

¿Qué pasa? — me habló una Maggi  conmocionada entrando por la puerta.

— Nada, ¡Que no puedo escribir ni una sola hoja! — me agarré de los cabellos, llevaba mas de cuatro horas intentándolo, pero nada salía.

— Tal vez necesitas relajarte.

— Estoy relajada — respondí entre dientes.

— No, no lo estás. ¿Y si salimos hoy? No sé, quizás conozcas a un chico lindo y te inspire para que sigas escribiendo sobre mi bello Ander.

Rodé los ojos.

— No quiero saber de hombres ahora, suficiente con el tarado ese…

— ¿Tarado ese?

— No me mires así, no es nadie importante de todos modos— aseguré.

— ¿Y si no lo es porque lo trajiste a la conversación? — inquirió pícara.

— Es el idiota que me cortó el cabello, me lo volví a encontrar. Estuvo burlándose de mi todo el rato.

—¿Okay? Es increíble que te lo hayas encontrado por segunda vez, pareciese el destino— comentó meditativa.

Me quedé con cara de pocos amigos, destino su abuela. Él y yo somos como el agua y el aceite, yo estoy en mi mundo… él por otra parte, cree que puede tener ese mundo a sus pies.

— Pues que destino tan espantoso.

— ¿Por qué dices eso? ¿Tan feo está?

— No, de hecho es muy atractivo. Lo que es fea es su personalidad.

— Ay amiga, no lo conozco pero te doy la razón. Casi todos los hombres guapos son gays o demasiado insufribles para soportar— suspiró seguido de una risilla. — Claro que hay excepciones, como nuestro escultural vecino. Fue tan lindo contigo cuando…

— ¿Lindo conmigo? No recuerdo haberle pedido un favor, a qué te refieres exactamente.

Ella se mordió el labio intentando ocultar una sonrisa nerviosa.

— Jajajaja, me equivoqué. Quise decir que él fue muy amable conmigo.

— Aja…

— Hablo enserio, Sol. Es que tuve un ¡percance! Sí, con la batería de mi auto… y él me ayudo, fue todo un ángel conmigo— explicó.

Me crucé de brazos no muy convencida con su respuesta, estuve a punto de interrogarla pero ella chocó sus manos en un ¡plas, plas! cambiando de tema bruscamente.

— ¡Oh! Casi lo olvido por completo, te conseguí trabajo en una empresa muy prestigiosa. Pasado mañana debes llevar tu hoja de vida.

— ¿Qué? ¿Enserio? ¡Eso es genial!

— Lo sé, mientras escribes tu libro puedes trabajar y ganar dinero extra.

 

Esto era la mejor noticia que había escuchado en mucho tiempo. Quizás no todo es tan malo…

 

— Bueno ahora que tendrás un trabajo, ¿qué te parece si salimos a festejar?

— Magaly…

— Solo será una cena, en un lugar privado. Tiene una vista espectacular, te va a encantar. Vamos, di que sí — rogó juntando las palmas de sus manos.

— Bueno… si solo es para festejar entre las dos está bien.

 

 

 

 

Magaly me prestó un hermoso vestido amarillo de seda y unos tacones negros. La espalda del vestido es completamente escotada, ella me explicó que era un lugar muy elegante y exclusivo. Dejé mi larga y alborotada cabellera rizada libre, me maquillé los ojos con tonos tierra, y mis labios tan solo le puse un brillo transparente ya que usaría mascarilla.

Magaly por su parte se colocó un bello vestido negro ceñido a su silueta, sus ojos parecían ser mariposas emprendiendo el vuelo puesto que estaban maquillados con una hermosa sombra azul eléctrico.

— Estás bellísima. Hoy nos vamos a divertir mucho.

— Bueno, no te niego que me veo bien, pero sería más divertido ir al cine— comenté.

— ¿Y perder la experiencia de cenar en un lugar lujoso? Jamás mi cielo.



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En el texto hay: comedia, chicossexys, picante

Editado: 27.11.2021

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