Diciembre estaba mostrando su lado más invernal, bajo días de lluvia y aire, que junto con el estudio de los exámenes de fin de trimestre y el retoque final del baile para las audiciones del festival de navidad, estaban haciendo de este un mes estresante. Siempre me había gustado diciembre, por el hecho de ser la época de Navidad, pero ahora empezaba a desear que terminase y diese comienzo a un nuevo año.
Era el día del primer examen y de las audiciones finales. Había llegado a estas a través de mucho esfuerzo y ensayos, pero durante los últimos días no había tenido demasiado tiempo que digamos. Dado el frío que hacía, decidí ponerme un jersey de cuello alto de color granate, junto con unos pantalones de color negro a juego con unas botas negras de lluvia y una americana con estampado de cuadros escoceses granates y azules. Cuando bajé las escaleras, mis padres ya se encontraban abajo desayunando y leyendo las noticias del día. Me preparé unas tostadas con tomate y un poco de aceite, acompañado con un gran café para entrar en calor. Al terminar me despedí de ellos y me dirigí al colegio acompañada de James y Lena. Había pasado una semana exacta desde aquella llamada. Una llamada que no había sido capaz de quitarme de la cabeza. Desde aquel entonces sentía que el mundo estaba jugando conmigo, y yo no quería perder en el juego. ¿Pero como podía olvidar aquella llamada y aquella voz?
-Buenos días chicos-Comentó Jake con su café ya en una mano y en la otra el libro de física y química. Desde aquel momento tan íntimo que había compartido con Jake, me sentía algo avergonzada, dado que no le había contado el verdadero motivo de mi estado en aquel momento.
-¿En serio dices "Buenos días" Jake? ¿Dónde lo son? Hoy empiezan los malditos exámenes finales por si no te has dado cuenta-Le dijo Lena.
-Pero luego viene la Navidad-Dice James-Y si no recuerdo mal a cierta pelirroja le encantaba-Me lo dice mirándome a los ojos, a lo cual respondo con un levantamiento de hombros.-En serio respondes con un levantamiento de hombros y no con un grito de emoción ¿Quién eres tú y que ha hecho con mi Aria?-Me pregunta James que se sienta a mi lado en uno de los bancos de la cafetería y apoya uno de sus brazos sobre mi hombro.
-Supongo que pienso como Lena hoy. Lo lamento pero las Navidades no me levantan el ánimo a día de hoy. Hoy va a ser un día muy largo entre los exámenes y las audiciones finales voy a necesitar litros y litros de café y a la dichosa máquina de la cafetería se le ha ocurrido romperse justo hoy.
-Siempre te queda la de la biblioteca-Tenía razón en ese aspecto, pero entrar en ella suponía ver a Tina y Kevin juntos. Ambos acudían con frecuencia a esta para estudiar o trabajar juntos.
El primer día de exámenes transcurrió lentamente y con un gran dolor de cabeza por mi parte. Me encontraba exhausta y todavía tenía que dirigirme a la academia y repasar para los exámenes del día siguiente. Durante el largo de la semana anterior no había parado. Estudiaba, ensayaba, comía, volvía a estudiar, ensayar y cenar y luego me acostaba. A pesar de que me esforzaba lo único que había conseguido era dar vueltas y vueltas en la cama, durmiendo apenas unas 5 horas al día.
Cuando llegué a casa, decidí tomarme una pastilla de Paibutil para el dolor de cabeza, acompañado con un poco de sopa de calabaza y puerro. Al terminar me tumbé en el sofá del comedor con la esperanza de que el dolor acabase desapareciendo. Mientras estuve acostada me llegó una video-llamada de James.
-Buenas tardes pelirroja. ¿Vas a contarme que es lo que te pasa? Estos días has estado apagada, no has sido tú.-Me debato en contarle la verdad o mentirle Gana la verdad. Le hablo sobre la llamada que recibí la semana anterior. El escucha atentamente mis palabras que se entremezclan con el llanto. Al terminar, el tomó la palabra.
-Aria escúchame bien, él no tiene ningún derecho a hacerte esto. No puede aparecer así de repente y decirte que le sigues gustando después de todo el daño que te causó. Te mereces ser feliz pelirroja así que quiero una gran sonrisa en esa cara. Olvídate de él.
-Lo he intentado pero no consigo hacerlo. El primer amor no es fácil de olvidar.
-Con el tiempo lo conseguirás. Tengo que dejarte pelirroja. Hablamos más tarde-Con esto dimos por finalizada la llamada. A continuación de esto salí de la casa rumbo a la academia no sin antes pasear a Balto.
Al llegar a la academia me encontré con Jake que me deseó suerte regalándome una pulsera de la que colgaba un pequeño trébol de cuatro hojas.
-Es preciosa Jake-Le digo observándola, al tiempo que toco el trébol con los dedos de mi mano izquierda, para a continuación depositar un beso en su mejilla.
-Vas a conseguirlo pequeña. Sólo cree en ti.-Nos despedimos en la entrada de los vestuarios, en donde me cambio de ropa por unos leggins de color negro y un maillot de color rojo con encaje en la espalda y me pongo mis zapatillas de ballet. Una vez arreglada, aguardo mi turno en el pasillo en donde hago unos calentamientos. El dolor de cabeza continúa pero decido hacerlo a un lado, restándole importancia. A las 17:27 oigo mi nombre. Mi corazón late velozmente al ritmo de las punzadas que siento en mi cabeza.