Lemniscata

LA TORMENTA TRAS LA CALMA

Los últimos días de vacaciones habían dado a su fin. Hoy me tendría que enfrentar a las miradas de mis compañeros y al juicio contra el hermano de Kevin. Me tenía que ver cara a cara con él de nuevo;pero lo que más me dolió en ese día fue ver los ojos tristes y marcados por unas profundas ojeras de Kevin y su silencio.

Me encontraba en la biblioteca junto a Jake y Lena, cuándo las primeras preguntas de mis compañeros me bombardearon.

-¿Aria, es cierto todo lo que se dice?

-¿Es verdad que el hermanastro de Kevin te agredió dos veces?

-¿Como puedes saber que fue el? Escuché que en el segundo ataque llevaba una máscara y que había cambiado de aspecto.

-No dirías que fue el solo por vengarte de Kevin. Me refiero a que poco después de que cortasteis empezó a salir con Tina, y no os dirigisteis la palabra durante un buen tiempo. Vamos, que si es por una venganza...

-Pero vamos a ver ¿Cómo puedes afirmar algo así? Sinceramente no se como has llegado hasta aquí con tu poca inteligencia Rita-dijo Lena levantándose de su sitio y encaramándose contra Rita-Aria ya ha sufrido demasiado para que ahora vengas tu a acusarla con tus estupideces.

-Lo lamento, pero es que es muy poco creíble que lo reconociera por la voz.

-Si conocieras la historia de verdad Rita, sabrías que hay más pruebas.-le respondí levantándome de mi sitio-Ahora si me disculpas tengo que irme.

Me alejé de la biblioteca y me adentré en el baño de las chicas. Abrí uno de sus grifos y con mis dos manos forme una especie de cucharón para almacenar el agua helada que caía por este. Me la llevé al rostro tratando de despejarme, tratando de averiguar si estaba haciendo lo correcto. Sentí la puerta abrirse, pero no le hice mucho caso a esta.

-Hola Aria ¿Cómo te encuentras?-me preguntó Tina.

-Hola Tina, me encuentro...La verdad es que no lo se. Solo quiero que todo esto termine ¿Cómo esta Kevin?

-Está algo sorprendido por lo ocurrido. Todavía no es capaz de asimilarlo y comprenderlo.

-Ojalá todo fuese de otra forma-respondí mirando mi reflejo en el espejo-Ojalá nada de esto hubiese ocurrido-agarré mis cosas dispuesta a asistir a mis últimas clases; pero antes de salir por la puerta le dije a Tina que le dijera a Kevin que lo sentía.

Las últimas horas de clase pasaron velozmente muy a mi pesar, por lo que la hora del juicio se aproximaba. Al salir por la puerta del centro mis padres ya me estaban esperando, con el objetivo de que la prensa no me molestara. Subí al coche, en donde el silencio reinó durante todo el trayecto, al igual que en la comida.

Al terminar, subí a mi habitación en donde tenía tendida sobre la cama la ropa para el juicio. Era un pantalón paper bar negro, una camisa blanca con un nudo en el cuello y una americana larga negra con perlas en los puños de las mangas como adorno. Una vez vestida me miré en el espejo del baño,para retocar un poco mi lápiz labial. Al terminar bajé al salón en donde ya aguardaban mis padres.

-¿Estás preparada?-me preguntó mi madre. Asentí en su dirección, a pesar de que no era así.

-Lo harás bien Aria-me dijo mi padre.

Los tres salimos de casa camino al juzgado, en donde me ocurrió uno de los momentos más complicados de mi vida. Al llegar había decenas de periodistas que no paraban de hacer preguntas y sacar fotos. Mi objetivo de haber pasado desapercibida por no ser conocida por el Genar13 había fracasado en cierta manera, porque por aquel entonces me conocieron como la chica que había sido agredida por el hermanastro de su ex-pareja.

Entre en el juzgado en donde me senté donde me indicaron, teniendo a mis padres y a Jake y Lena detrás mío, dándome ánimos. Al otro lado se encontraba mi agresor, así como los que suponían era el padre de Kevin y su madrastra y en medio de los dos estaba Kevin quién me apartó la mirada cuando nuestros ojos se cruzaron.

El juicio comenzó poco después, y a pesar de estar en pleno invierno sentía un inmenso calor producido por el miedo.

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-Señor Rodríguez, sabe que está bajo juramento y que eso conlleva a decir toda la verdad-dijo mi abogada Lorena, una joven de talla media y pelo negro al estilo bob y de ojos azules claros que escondia tras unas unas gafas de pasta negra que le daban un aspecto más intelectual y un toque de seriedad.

-Lo se-afirmó el señor Rodríguez.

-Entonces responda con la total sinceridad-¿Reconoce al joven acusado? ¿Trabajó con usted en la chocolatería de la ciudad durante un tiempo?

-Su aspecto no es el mismo, sin embargo la complexión y la estatura son muy similares.

-Al igual que la letra de la persona que usted contrató.

-Protesto señoría. ¿Que tiene que ver eso contra mi protegido?-dijo el abogado del hermanastro de Kevin.

-Señoría, lo único que estoy tratando de demostrar es que el agresor de Aria es una sola persona, solo que con diferentes aspectos.

-Protesta denegada. Por favor prosiga señorita Gómez.

-Bien, como decía la letra del contrato es la misma; pero no solo eso es lo que coincide, también las huellas dactilares que la policía recogió. Aquí están los resultados señoría-dijo Lorena entregando unos papeles al juez, que los observó con detalle-Como puede observar son idénticas sin ningún margen de duda.



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En el texto hay: romance juvenil, secretos, drama

Editado: 07.09.2019

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