Ese jueves, mis padres me llevaron a la estación del Velocinator (algo parecido a un ave, con la diferencia de que era más veloz y resistente y no contaminaba dado que funcionaba mediante energía solar y productos orgánicos). Allí nos despedimos. Una vez en el tren, me senté al lado de una anciana que según me había contado iba de visita a casa de su hija para celebrar el nacimiento de su nieta. Se la veía feliz, animada. La vida arrebataba un ser pero al mismo tiempo ponía otro, para equilibrar la balanza. Ojalá esos seres que arrebataba pudiesen vivir más. No sé en qué parte concreta del trayecto me quedé dormida, ni en la cual empecé a soñar con Raúl, recordando momentos que compartimos juntos. Momentos que repetiría una y otra vez si tuviese la oportunidad de hacerlo.
3 años atrás:
Lapsus 1
Cuando entré en aquella habitación lo 1º que vi fue a un joven delgado y con la cabeza rapada, que me dirigió una gran sonrisa que parecía querer decir “bienvenida a nuestro nuevo hogar”. Poco después de que mi enfermero se fuese, se presentó como Raúl el flacucho, haciendo que soltara una sonrisa, pues se llamaba así mismo flacucho para que los demás si lo llamaban así vieran que no le importaba. Hablamos sobre nuestras operaciones, viendo quien llevaba más, como si aquello fuese una competición, un juego más. Fue a través de esa charla como descubrí que el también padecía del Genar13, y que este último ingreso se debía a que padecía el Linfoma de Hodgkin, concretamente con esclerosis nodular. Este tipo de cáncer, según me comentó él, comenzaba en las células llamadas linfocitos que forman parte de nuestro sistema inmunitario. En su caso se había originado en los ganglios linfáticos del tórax. Para poder vencerlo había recibido quimioterapia y radioterapia, causando que su pelo fuera cayendo poco a poco y que su cuerpo fuera perdiendo masa corporal. A pesar de todo, se veía todos los días optimista y con una sonrisa. Según él,esto se debía al hecho de que había sobrevivido y otros no tuvieron esa suerte, así como que era mejor vivir feliz y poco tiempo que vivir mucho y triste.
Pasamos varios momentos juntos: jugando al ajedrez, a las cartas, o momentos en los cuales yo le leía un libro o viceversa. Poco a poco nos fuimos conociendo y entablando una gran amistad.
Lapsus 2:
Nuestro 2º rencuentro fue en las navidades en las que yo tenía 14 años. En estas a Jake se le ocurrió la fantástica idea de organizar una gran fiesta para los niños y padres. Recuerdo que estuvo varias semanas preparando y organizando todo para que la fiesta saliera a la perfección. Según el, quería que los niños y niñas recordasen esas navidades como unas Navidades mágicas y no por el hecho de estar hospitalizados. Al final acabé metida en el embrollo y emocionada por tener algo en lo que ocupar mi mente que suponiese la felicidad de otros. Nos pasamos varios días intentando contactar con alguna organizadora de fiestas y asociaciones que nos ofreciesen un buen precio, pero a pesar de varios y varios intentos, no encontrábamos la adecuada. Teníamos todo el resto preparado: la decoración por los pasillos y las habitaciones, la comida, los regalos, las luces pero nos faltaba el ingrediente más importante. Al final ese ingrediente apareció justo 3 días antes de Navidad. La noticia,de que en el hospital un grupo de jóvenes quería celebrar una fiesta por Navidad para alegrar a los niños ingresados, llegó a oídos del director de un circo quien se acabó poniendo en contacto con Raúl ofreciendo su espectáculo gratis. A pesar de que habíamos insistido por video- llamada de pagar algo, el director dijo que su mayor pago serían las risas de los niños. Aquel hombre, llamado Scott, consiguió las risas de los niños al final por Navidad, gracias a su gran espectáculo el cual incluía magia, payasos y acrobátas.
2 años atrás
Lapsus 3:
Raúl y yo nos encontrábamos en una cafetería de mi ciudad natal hablando sobre nuestro futuro, sobre nuestros sueños. Raúl ingresaría al año siguiente a la Universidad, y se mostraba ansioso, ilusionado por emprender esa nueva etapa, mientras que a mi aún me quedaban dos para ingresar. Mostraba las ansias por aprender de los jóvenes. Recuerdo que esa tarde nos la pasamos gran parte en el bar y luego paseando por el parque. Le hablé sobre Mike y de lo bien que estaba llevando lo de mi enfermedad, de que no le importaba ese hecho. Recuerdo como se arregló cuando se lo conté y del gran abrazo que me dio a continuación y de cómo la gente nos miraba con pena. Seguramente pensaban que nos estábamos despidiendo de manera definitiva, pues por aquel entonces Raúl seguía igual de delgado y su cabeza rapada.
1 año atrás
Lapsus 4:
- Aria lo he conseguido. He entrado a la facultad con una beca con todos los gastos cubiertos. Mi sueño está más cerca de cumplirse. Todavía no me lo creo- Tan pronto oí ese mensaje, no dudé en llamarlo por video-llamada. Al poco rato apareció su cara y sus ojos de color ocre que mostraban un brillo especial.