Letters to love (cartas hacia el amor)

Tan solo por un beso

(El Narrador aquí es omnisciente) Este cap está ambientado a luz negra, en mi experiencia sí se puede ver a lo lejos y distinguir personas, pero si hay incoherencias, discúlpenme)

—¿Quemaste algo? Estás bien—dijo corriendo mientras bajaba la escalera, con la camisa a media puesta, una media en un pie y la otra en el hombro.

—Sí, pero no, se quemó uno de mis Nuggets—dijo mientras pinchaba un Nugget con un tenedor para sacarlo—¿Por qué te vistes para salir?—olió un poco —¿Y ese perfume?—preguntó para luego soplar el Nugget caliente.

—Pues a un prostíbulo, es obvio que voy a la fiesta de Mónica. — Se terminó de ponerte camisa— te lo dije el otro día y te pregunté si venías, ¿qué respondiste?

—¿Qué no iría?—respondió con duda mientras mordía el Nugget quemado.

—Dijiste que íbamos a pasar por un regalo e irías a pasar el rato con los demás.

—Yo cuando dije eso.

—hace unos días, cuando llegamos de hacer las compras, estabas súper emocionado por tu confesión.

—Yo solo me acuerdo de la confesión, pero de lo demás no.

—Me vale verga, vas a venir de todos modos, vamos a ir a ver a las demás y a comprar el regalo de Mónica.

—¿Si te acompaño por el regalo y me devuelvo en taxi?

—No, estuviste la mitad de la semana triste y mugroso repitiendo películas románticas, así que irás, a ponerte algo.

Alejandro soltó un suspiro en forma de rendimiento.

—¿Pero me puedo poner tu ropa? Es que no traje ropa para salir—dijo, acercándose a las escaleras.

—Sí, los cinturones están en una percha, no sé si mis zapatillas te queden—le respondió mientras iba a por un tendedero, mordía un Nugget. — Ponte algo de blanco o algo fluorescente.

—Lo que diga, jefe.

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Ambos chicos estaban en el elevador esperando llegar al piso del salón.

—¿Crees que le guste el regalo?

—Le tiene que gustar costo 50 dólares

El elevador paró y las puertas se abrieron. En la entrada al lugar había una mesita y un letrero que decía "ENTRY FREE FOR ONE SHOT". Un poco más al costado había dos canastas y una jarra. la primera decía "Escribe un mensaje para la cumpleañera" y la otra decía "toma una cámara para tener recuerdos".

—Salud.

—Salud.

Ambos tomaron un shot y entraron al salón (piso de hotel reservado para fiestas). Alejandro, al no saber el tema de la fiesta, quedó sorprendido al entrar al lugar lleno de gente en la oscuridad que brillaban cada uno de un color, la música alta, la barra de "tragos" que eran bebidas en general que sí incluía alcohol.

—Qué bueno que salí...

Nathan ríe.

caminando un poco lograron encontrar a la cumpleañera que estaba saludando a otros invitados.

—Recuerdo que habías dicho que tu fiesta de este año iba a ser más tranquila—Nathan abraza a Mónica riendo. — ¡Feliz cumpleaños!

—Feliz cumpleaños—dijo con una sonrisa Alejandro y un abrazo.

Los tres, siendo amigos desde kínder, fueron los primeros en ser invitados.

A Mónica se la conoce desde hace 2 años por hacer cumpleaños icónicos por todos los sucesos que pasan y claramente por el permiso de sus padres para beber aunque ella no es muy fan siempre complace a los invitados.

—Gracias, chicos, saben que siempre serán invitados—sonrió—Y no sé qué dices, esto no es nada. Intenté convencerlos de rentar el parque acuático pero no se pusieron de acuerdo pero esto salió porque mamá consiguió nuevo novio.

Creo que el poder de que tus papás estén divorciados y que ambos tengan dinero es mucho.

—No se preocupen si se quieren quedar a dormir, los pisos de arriba tienen habitaciones apartadas, la comida se sirve a las ocho y las cosas de picar están a la derecha junto al bartender que creo que se ve desde acá, los baños están afuera, si van al balcón por favor no vomiten las plantas, hay dos mesas, beer pong está en una de las esquinas, pueden pedirle lo que quieran al DJ, si quieren brillar más, junto al bartender hay una zona de fotos que también hay pintura junto a varios accesorios y bueno por supuesto disfruten, elijan la mesa que quieran—su felicidad era notoria, ella nos dejó y fue a saludar a los invitados que llegaban.

—A ella le encanta este día de año, sus fiestas nunca defraudan—comentó viendo la decoración—. ¿Nos vamos a buscar a las chicas o quieres tomar?

—Ambas.

—Bien, haremos ambas.

Ambos fueron por una bebida (alcohólica y no hay marca porque ni puta idea no tomo) Luego buscaron la mesa de las chicas.

—¡Mis chicos favoritos llegaron!— La voz chillona de Camila llamó la atención de ambos chicos, encontrando así la mesa.

—Veo que estás muy feliz.

—Demasiado para la hora que es.

—Y están en lo cierto, lleva tomando desde que llegó y fue de las primeras en llegar.

—¿Y por qué no la paras?

Algo preocupado Alejandro quitó el vaso que estaba junto a ella y le agarró la cara revisando su pulso, ojos, respiración como si estuviera a punto de morirse.

—Déjala, hace un rato dejó de tomar y comenzó a tomar agua. En un rato seguro se duerme, luego despertará para seguir tomando.

—Maia...creo que él busca que no le dé un coma etílico.

—Es que no comió, por eso está tan ebria, pero en verdad yo he tomado más que ella y mírame, tal vez mis riñones se estén pudriendo, pero— Tomo un trago— aquí estoy viva y coleando.

—A ver, dime lo mismo mañana.

Alejandro dejó a Camila, la cual ya había quedado algo noqueada.

—Ay, denme un trago, necesito olvidar lo que acabo de ver.

En una mesa de las mesas estaban Javier, su grupo, otro grupo de personas y Emilia. Jugaban una versión del sopla y aspira, solo que con cuando caía no se inmutaban en buscar la carta, se chapaban como si no hubiera mañana y después tomaban.

Vamos a suponer que ya están muy tomados y por eso juegan juegos sin sentido.

—Déjalos cada quien se divierte como quiere, al final nosotros terminamos haciendo peores idioteces.




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