Esta es mi historia, este soy yo lo que parece ser es un chico normal, con una vida normal, con una casa normal y en una ciudad normal, pero nada es lo que aparenta.
Yo soy jaiden un muchacho de 14 años que vive en una de las muchas ciudades neutrales, mi madre , en realidad nunca la llegue a conocer y mi padre se la pasa afuera en el calabozo de monstruos matándolos para conseguir alimentarnos y mantener nuestro hogar que parece mas una pocilga mas que un dulce hogar.
Actualmente no encontramos en la ciudad de Chandria un pequeño reino gobernado por el actual rey John II hijo de Jhonatan V quizás el peor rey que ha existido en toda la historia, por culpa de la nobleza y la realeza los mas adinerados fueron separado de la muchedumbre(como yo) y se agruparon en el centro de la ciudad con todos sus lujos obstentosos y caros, mientras que en los suburbios muchos se morían de hambre. Nunca he estado en la parte rica del reino pero según lo que los soldados que se paseaban por las calles esa parte de la ciudad era hermosa, era limpia y nunca te encontrarías a un vagabundo sin hogar en las calles, pero no todo era malo, ellos no tenían muchas cosas que nosotros si teníamos, como burdeles, bares y clubs de peleas callejeras(eso sonó mejor en mi mente). Pero de entre todas las desventajas que tenemos los pobres aquí las peores a decir verdad son lo bandidos y las cuevas del clan maldito de los vampiros, pero por suerte desde las antigüedades las ciudades y clanes están protegidas por runas mágicas que hacen que estos inmortales seres no supongan gran amenezas, claro siempre y cuando estés adentro de la ciudad.
Yo no soy muy especial, aunque mi padre siempre diga lo contrario.
A mi padre desde que yo era pequeño le encantaba llevarme al bosque, a cortar arboles y yo lo ayudaba a llevarlos o eso me hacia creer el.
El era un hombre enorme casi una bestia de grandes manos y gruesos brazos con un pelo áspero de un color oscuro como la noche.
A decir verdad él era algo regordete, pero no importaba, aun así el era mi héroe. Él se hiba durante todo él día a los calabozos a matar monstruos que daban mucho miedo y cuando llegaba traía la cena y él dinero que le había sobrado, si es que le había sobrado.
Me acuerdo como antes de dormir, él me contaba cada maravillosa historia que él había pasado, incluyendo la de cuando conoció a mi mama. Él siempre fue un gran papa, nunca se cansaba de recalcarme él gran parecido que tenia con ella.
Él se esforzaba por describirla lo mejor que podía, era más que evidente la tristeza que él sentía al hablar de ella.
Según lo que el me dijo ella tenia el pelo de color azul bien largo, lazio siempre suelto dejando resaltar sus ojos de color turquesa perfectamente con su piel blanca y suave al tacto.
Yo soy de un color castaño, un poco bajo a decir verdad con problemas con la autoridad, en pocas palabras un cabezadura, según el.
Pero el nunca nunca se adentro en serio a como era ella en verdad.
Cuando fui creciendo me enseñó unas cuantas cosas como cocinar, negociar y aparentemente los mas importante, lavar. :)
Aveces iba con él a cerrar tratos de venta de los arboles que él talaba, solíamos ganar lo suficiente para vivir, aunque había veces en las que simplemente no comíamos y ya.
Cuando cumpli los 15 años , el de sorpresa él me regalo un pequeño cuchillo y me contó una historia que nunca antes me había hecho.
Cuando entro al ejército de Chandria....
Me contó todo lo que había pasado en esos días y lo mucho que lo disfruto. Para terminar dándome razones para entrar a el.
Al principio no quería hacerlo, pues tendría que alejarme de el, pero cuando me contó los beneficios, lo que obtendría y lo que viviría no pude permitir caer en la tentación.
Al final el término convenciéndome de que era lo mejor y lo que debía hacer porque era débil pero él nunca paro de decir que tenia algo especial, y ese día decidí y me prometi que me haría mas fuerte y ganaría mucho dinero para nunca más mi papa y yo volvamos a pasar hambre.
Cuando amaneció, me prepare. Me puse mis guantes de cuero para mantener él calor, equipe mi cuchillo, me puse mi traje y me dispuse a irme a las puertas del ejército donde realizaría mi primer dia de entrenamiento sin antes despedirme de mi papa.
Camine a pasos decididos con la cabeza en alto a cumplir mi sueño.
Durante el camino me tope con Doña Sicilia una vecina que practicamente a sido como mi madre y a decir verdad yo la consideraba como tal.
Tenia unas fundas rebosantes de tripas y carne de duende fresca, y de solo pensar en lo que ella podía hacer con esa carne se me aguaba la boca, ella era por asi decirlo la mejor cocinera de todo el mundo.
Ella me vio y se hecho a reír sin mas, relatando su cara arrugada haciendo notar la edad que tenia. Era una vieja de una avanzada edad, con una piel morena llena de arrugas y unos ojos color café apagadas. Pero no importaba la edad, ella se veía igual que la primera vez que la vi.
-Listo para lo que viene cabezón?(dijo ella agarrándome de un buche).
-Claro que estoy listo, y no me llames hací que ya soy grande (dando un paso hacia atrás).
-Callate que aun puedo partirte él cucharón de madera en la cabeza(riendo). Entonces ya te vas?(dejando salir una lágrimas).
- No llores, es para ser mejor, para cuando vuelva ni te habrás dado cuenta de que me fui, te lo aseguro y espero que cuando ese día llegue, me tengas preparado él estofado que tanto me gusta, si?(sonriendo)
- Esta bien, pero cuidate, no te quiero ver con un ojo menos como tu papa(riendo).Byee
-Byeeeee cuidate(yendome corriendo).
Pude ver un pequeño destello de tristeza en su mirada al alejarme pero decidí no pensar en eso porque si alguien me podía hacer cambiar de opinión sobre esto, era ella.
Corrí por todo él mercado comunal, donde lo barato era realmente barato.
Me tope con unos amigos de mi barrio, pero no me detuve mucho tiempo a hablarles por el simple hecho de que ya no podía esperar ni un segundo mas para llegar a mi destino.