Limerence | Hwang Hyunjin

Capítulo 34

"Trabajo realizado"

Ese día Hyunjin recibió un mensaje de Felix, avisando que todo estaba listo y que sólo él debía hacer su parte.

Suspiró, ya no había vuelta atrás.

Miró a Suni sentada en el sofá viendo una película y se acercó cauteloso.

— Hagamos algo —propuso sentándose a su lado.

— ¿Cómo qué? —indagó ella dedicándole una mirada rápida junto a una sonrisa.

— Vayamos a comer algo, o podemos ir al cine. O ambas.

— Suena bien —dijo ella. Apagó el televisor y se colocó de pie —, me alistaré. No tardo.

Él asintió y se quedó en el lugar. Miró un momento el suelo y suspiró desganado; demonios, nunca en la vida le había costado tanto matar a alguien, pero ahora se le estaba revolviendo todo dentro, el malestar ya estaba jodiéndole el ánimo.

Negó con la cabeza, recriminándose lo que iba hacer sabiendo que iba a dañar de la peor forma a Suni.
Lamentablemente, él no era alguien que se retractara o echara atrás con sus compromisos, no podía negarse, ya era tarde y debía cumplir. Además, no tenía de otra pues, prácticamente, Lee Felix lo tenía atado de pies y manos sabiendo todo sobre su presencia en la casa.

Lo maldijo una y mil veces. 

Al momento, Suni volvió a bajar ya lista, con el cabello todavía algo mojado y una sonrisa de oreja a oreja que lo hizo sentir peor.

— ¿Vamos? —pronunció la adolescente.

Él sin decir nada se colocó de pie y salieron de la casa. Se subieron al auto, pero al instante Hyunjin fingió que buscaba algo, así que abrió la puerta y miró a la castaña.

— Olvidé algo, ya vuelvo —avisó. Ella asintió y él se alejó corriendo suavemente.

Entró a la casa, fue hasta la sala de seguridad y vio a Suzy echada sobre la mesa, durmiendo. Se acercó y rápidamente la movió de forma brusca, causando que ella se despertara enseguida.

— ¿Pero qué te ocurre? —preguntó algo tosca mientras se cubría un bostezo —. Joder, me dormí —dijo rápidamente, enderezándose en la silla.

— Agarra tus cosas y vete de la casa —demandó.

— ¿Qué? Pero...

— Haz lo que te digo, maldición. No tengo tiempo de explicarte —la chica lo obedeció y agarró su saco del respaldar de la silla, colocándoselo al instante —, vete por el portón del jardín trasero, y no hables con nadie.

— No estoy entendiendo nada.

— No tienes que hacerlo tampoco. Vete.

Ella al instante salió de ahí y Hyunjin la observó por las cámaras, viendo que se dirigía hacia el portón trasero. Cuando la vio salir y subirse a su vehículo, rápidamente agarró su móvil y marcó a Felix.

— ¿Les falta mucho para llegar? —preguntó viendo la cámara del portón.

— No, ya casi están, sólo haz tu parte —la llamada terminó y enseguida comenzó a desactivar todos los mecanismos de seguridad.

Al instante, un grupo numeroso de hombres se vio por el portón trasero, lo abrieron rápidamente y entraron. Salió de ahí y fue rápidamente con Suni.

— ¿Lo pudiste encontrar? —preguntó ella.

— Sí —sonrió levemente y retrocedió ansioso.

El vehículo salió casi disparado de la casa, incluso se ganó una mirada confusa de ella pues nunca era de conducir de esa forma.

— Tienes prisa —rió.

— Un poco.

Hyunjin en su cabeza ya podía ver la masacre, y no pudo evitar morderse el labio con ansiedad.




 

[...]




 

— Nunca había comido tanto —dijo Suni mientras terminaba el refresco de su vaso tamaño grande, sonriendo satisfecha.

— Comiste como cerda —se mofó él.

— Tú igual así que no te admires de mi —fingió ofensa, pero al instante sonrió —, deberíamos volver. Hoy iba a darle una mano con unas cosas a mamá —comentó alegre.

Al instante el morocho se tensó, carraspeó nervioso y sonrió falsamente.

— ¿Segura? Podemos ir a otro lado —insistió.

— Mi amor, tenemos todo el tiempo del mundo para salir. Hoy quedé en ayudar a mamá, así que debo volver. ¿Vamos? —le sonrió cálida y se colocó de pie, devolviendo la silla a su lugar mientras Hyunjin seguía pegado a la suya.

Demonios, estaba aterrado. No de lo que hizo o lo que hay en la casa ahora mismo, sino que sentía terror por Suni. No quería verla cuando descubriera a todos muertos en la casa.
Él estaba sintiéndose horrible por hacerle aquello, después de todo la amaba, pero sobretodo la castaña era una adolescente de dieciséis años que había estado toda la vida sola,  sólo se había criado entre empleados amables y gentiles que la acompañaban junto a sus padres que a pesar de todo la amaban.

Y ahora, estaban todos muertos.

— Hyunjin, ¿piensas levantarte? —indagó ella riendo por lo bajo, algo confundida por la actitud de él.

Lo notaba alterado y nervioso.

— ¿Sucede algo? ¿Te sientes mal? Podemos ir al hospital —dijo rápidamente preocupada.

— No, no, estoy bien, sólo que quería pasar más tiempo contigo fuera de la casa —sonrió. Se colocó de pie y ambos salieron del local.

— Mañana podemos salir todo el día si quieres, prometo no comprometerme con nadie —comentó divertida mientras abría la puerta del coche.

— Me parece bien —respondió por lo bajo.

Se subieron y Hyunjin arrancó emprendiendo el camino de regreso. De a ratos miraba de reojo a la chica que iba viendo por la ventana de forma distraída, sonriendo ligeramente.
Apretó el volante con ambas manos y se mordió el labio inferior por milésima vez en el día. Cuando reconoció que estaban cerca de la propiedad tomó una bocanada de aire y se convenció que no había vuelta atrás.

El portón se abrió lentamente y él entró, recorriendo el camino de adoquín hasta la entrada principal de la casa. Dejó el auto ahí y ambos se bajaron. Suni entró a la casa rápidamente y Hyunjin entró al instante no queriéndola dejar sola.

—Iré a ver a mamá —se acercó a él y besó rápidamente sus labios, dejándole una sensación amarga al morocho.



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En el texto hay: fanfic, straykisd, hyunjin

Editado: 30.05.2021

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