Capítulo 79: Orgullo de monstruo

En Los Ángeles, estado de California, Kargroot y Cromana se posan sobre el gran letrero de Hollywood, mientras observan como el cielo nocturno y la luz de la luna iluminan la ciudad que tan lleno de vida muestra a los monstruos. Por dentro envidian un poco la ignorancia de los humanos al no saber lo que en verdad ocurre y que por cierto el héroe máximo de su nación es un homicida controlado por uno mucho peor y que ya ha arrasado una nación completa en Asia:

Kargroot: “Míralos, tan inocentes, siguiendo con sus vidas tan insignificantes mientras continuamos destruyendo la misma estructura de esta nación. No me sorprende que en tiempos de crisis corran por todas partes sin saber que hacer como hormigas cuando destruyen su nido y aun así me siento extrañamente preocupado de si algún día podría ser igual de insignificante”

Cromana: “A mí me hubiese gustado ser una niña humana ordinaria y disfrutar de esas bebidas que llaman te helado. Bueno, jamás la probe, pero debe ser una delicia”

Kargroot: “En cierta manera sientes disconformidad con todo esto ¿verdad?”

Cromana: “Yo…hummm…” — guarda silencio, preocupada de que haya dicho algo innecesario frente a alguien tan estricto como Kargroot

Kargroot: “Tranquila, estamos aquí descansando y esperando por las ordenes de Kassio. No te guardes nada y si es necesario te escuchare todo lo que necesites”

Cromana no puede creer las cosas tan dulces que dice Kargroot. Sera quizás por la influencia del mundo humano que lo ha humanizado, o posiblemente porque en verdad los misterios que giran en torno a él salgan definitivamente a la luz.

Esa idea se ha desarrollado inclusive desde el momento en que Lich y Vulkotros fueron convocados por Kassio para ir a China, desde aquel momento tanto Kargroot como Cromana empezaron a tener ideas y deseos cada vez más humanos, y lo que en un principio preocupó y mucho a ambos, lentamente lo dejaron estar sin darle importancia. Sin embargo, ese es el resultado, Kargroot sintiéndose vacío y completamente insignificante, no como aquellos humanos que aun considera seres inferiores, sino como un ser que, a pesar de tanto poder, no alcanza a vislumbrar la razón de su existencia. En el caso de Cromana es algo más simple, ella siendo muy joven en el grupo es consciente de que su condición es antinatural y de peligro para la humanidad, pero por varios instantes desea fervientemente vivir al menos un día como humana, sin deseos homicidas, perder el control sin su dotación de sangre o al menos vivir lo que viviría una persona ordinaria.

Sin más preámbulos, ella le cuenta cómo se siente, los sentimientos que alberga a pesar de ser una verdadera maquina asesina también saca a la luz sus preocupaciones y pensamientos, el cómo sería vivir como una simple humana. Kargroot no deja de escucharla atentamente, como un padre o hermano mayor, curiosamente la misma relación que mantienen Arakneida y Lorkamos.

Entonces Cromana se detiene y sonrojada le pregunta al caballero de la muerte:

Cromana: “E-Entonces” — frota sus manos, avergonzada — “¿Qué opinas?”

Kargroot: “Este mundo de alguna manera ha hecho que nos volvamos débiles” — responde concretamente

Cromana: “Eso fue lo que pensé, inclusive había decidido en devorar a todos los humanos de un pueblo cercano, pero el ver a la gente disfrutar de sus vidas tan efímeras de las cosas más pequeñas. Definitivamente es algo que yo desearía”

Kargroot: “Muchos monstruos sueñan con tener una vida humana, incluyéndome. Pero no puedes pretender que eres una. Por eso debes mantener la cabeza fría y cumplir con tu deber, aunque odies eso”

Cromana: “Me temía escuchar eso, pero no es como si no lo supiera. Yo simple-”

De repente, Cromana colapsa al vacío con pérdida de conocimiento. Kargroot se da cuenta de que algo anda mal y la socorre al sostenerla entre sus brazos antes de que caiga a más de 50 metros. Mientras el caballero de la muerte intenta despertarla como puede, ella manifiesta visiones que solo su clase podría. Visiones donde ve a Vulkotros siendo descuartizado y desde su lugar, Kassio observa con una sonrisa perversa mientras sostiene la calavera de Lich.

Pero eso no es todo, las visiones pasan una tras otra como si lo que vio al principio fuera solamente algo del pasado hasta que finalmente ve lo que ocurre actualmente, y lo que alguna vez fue su amigo Vulkotros y también Lich, son ahora una criatura casi tan poderosa como el mismísimo Kargroot, cercanos al nivel de los emperadores.

Las visiones duelen y de sus ojos, nariz y oído brotan sangre e intensos dolores en su cabeza.

Después de varios minutos de feroz dolor que la hace retorcer de agonía y Kargroot sin poder hacer nada, Cromana abre sus ojos y ve al caballero negro alegrándose por verla despertar:

Cromana: “¿Q-Que me paso?”

Kargroot: “Colapsaste repentinamente, fue extraño, pero ¿estas bien?”

Cromana: “Si, sí. Solo me duele la cabeza y todo el cuerpo”