Era tuyo. Era solo tuyo como lo es el mar para los peces, como el oxígeno para los pulmones, como el ruido para el silencio, como la sangre para el cuerpo, como el latir de los corazones de las personas que están habitando este mundo. Era tuyo.
¿Siempre será así? ¿Siempre seré el agua que apaga el incendio de tu rebeldía y tú las llamas de la locura? ¿Siempre seré yo el que camine buscando luz en la oscuridad solo, y solamente, por ti?
Quería regalarte cada uno de mis latidos. Bum, primero. Bum, segundo. Bum, tercero.
Y aún puedo sentir tus caricias por mi cuerpo. Mis pequeños hoyuelos echan de menos tus dedos. Mi mente te añora cada vez que observo la nieve caer, ya no habrá “un día más”.
Si tan solo supieras cómo es buscar luz en la oscuridad…
Si tan solo supieras cómo es buscarte con la sonrisa…
Si tan solo supieras…