Damián:
Los viernes suelen ser muy tranquilos. Todo se movía más lento, todos esperaban salir de sus trabajos para ir a casa. Algunos iban al mercado porque llegaba el fin de semana y nadie quería moverse de sus casas.
Estaba terminando de entrenar al equipo juvenil de básquet, en el salón donde yo venía a entrenar cuando iba al secundario. Extrañaba un poco esa etapa, no tenía que pensar en si llegaba bien con el horario o no. Todo era amigos y fiesta, era ser feliz.
No quería decir que ahora yo no fuera feliz, pero todo se movía rápido. Raro ya que vivo en un pueblo donde todo se mueve lento. Donde lo más loco es anunciar que estás comprometido pero después llegan los comentarios. " Como te vas a casar con la chica de tu amigo" "Como que estás comprometido, que no estabas con Diana".
A Paris y a mi no nos molestaban tanto los comentarios. Nos conocíamos desde hace mucho, fuimos amigos. Cuando ella estaba con Jack y yo con Diana. Quedábamos los cuatro para salir, la pasábamos muy bien, además que en la secundaria compartimos clases, ni yo me esperaba terminar comprometido con ella. Pero todo tiene su porqué y su razón. Nada de lo que haces, lo haces porque sí.
Mis padres y los de ella estuvieron de acuerdo. Si tu familia lo acepta, ¿Qué importa lo otro?
Salí del entrenamiento. Le escribí a París que ahora pasaba por su tienda por ella. Teníamos que comprar un par de cosas para cenar esta noche con amigos. Ella era muy ordenada, lo cual era genial porque yo no era ordenado, solo me podías pedir que llevara una sola cosa porque si no la otra me lo olvidaba.
Subí a mi camioneta, encendí el motor y automáticamente se encendió la radio.
-—Buenos Días queridos seguidores, algunos seguimos escuchando mucho la radio pero no significa que estemos desactualizados. Recientemente lanzaron su nuevo álbum Uno de los dos y aquí les va el saludo de la banda junto con las canciones. No se olviden comentar en nuestras redes que les pareció.—
No me había dado cuenta pero solo tenía el motor encendido, no me había movido, todo lo de la radio me tomó por sorpresa. No era lo mismo que cuando yo solo iba y prendía la tv para verla, esto no me lo esperaba. La voz de ella , de Lu y de Jack se hundió dentro de mi auto y después llegó la canción. No pude decir cual fue la peor parte. Su voz o su forma de cantar, tan angelical.
Apague la radio y pude marcharme.
Llegue al local de Paris. Cambiaron los colores a un azul oscuro le quedaba mucho mejor, por el interior tenían el mismo color.
—Paris— Llegue y no la veía, ni a ella ni a sus padres. Claro ya no lo atendían mucho, solo cuando ella no estaba.
—Acá estoy. Ven estaba justo acomodando estas cajas, me ayudas— Fui al fondo del negocio donde ella tenía una caja muy pensada que iba arriba de todo. Aunque ella era muy alta no llegaba, le guardé la caja y la saludé con un beso.
Le quería mucho. Hace tres años, ella fue un pilar muy importante, teníamos el mismo dolor, supimos cómo acompañar ese dolor. Nos hicimos muy amigos, nada del noviazgo comenzó si no hace un año en una charla que tuvimos. Si la quería, pero no sabía si alguna vez la podría amar como lo había hecho con Diana. Yo se que ella tenía un sentimiento muy parecido al mío. Nos entendíamos, pero a veces no teníamos nada en común.
—Vamos al mercado así compramos todo para esta noche. Catalina y Martin me escribieron. ¿No sabes si Alan cambió de auto o si se compró dos de la nada?— La mire un poco raro.
—No, hoy no lo vi, pero me hubiera dicho si se hubiera cambiado la camioneta. ¿Por qué preguntas?
—Bueno en realidad hoy vi un auto negro con vidrios muy negros y el único que se hace el interesante en este pueblo es tu amigo Alan— Rei por esto, eso era verdad, pero el no se había cambiado el auto.
—Tienes razón. Pero no cambió su auto, lo ama demasiado para hacer eso.
—Que raro, Cata me dijo que vio otro auto igual pero saliendo para el camino de tierra. Donde hay tres casas.
—Que raro no— Ella asintió, yo no había visto nada de autos negros o caminos de tierra, pero si algo no me gustaba era el chisme de pueblo. Muchos se prendían, Paris no, pero a veces se emocionaba.
Fuimos al mercado por todo lo de esta noche, en los parlantes volvieron a poner las canciones de Uno de los dos. Esta vez, estaba sonando Torre Eiffel. Paris se había alejado a buscar frutas y la perdí. Esta canción era para ella y la cantaba Jack, si la siguiente era Blue, juro que la agarraba del brazo y salíamos corriendo. Cuando volvió la canción ya era otra y no tenía ninguna fruta. Le sonreí.
—Ve tú por la carne que sabes. Yo voy por la fruta.
—Si, gracias. Pasa que me quede viendo unos productos de limpieza lo siento— Ella casi nunca limpiaba, le daban alergia cualquier producto. Asentí y abandoné el tema, se cuando salí de un tema y ella también. Este era un tema que no se hablaba, no después de la charla y de comenzar nuestra relación.
—Sabes, hoy vamos a ir al bar de loco Alvin. Me dijo Mart que va a ver cerveza gratis por la fiesta de la cerveza.
—¿Fiesta de la cerveza? No hay ninguna fiesta de eso.
—Lo sé, pero es cerveza gratis, no podemos negarnos. Además noche de karaoke. Después fogata.
—Si, vamos nadie se puede negar a eso y a ti cuando pides las cosas como una niña y te agachas sin darte cuenta.
—No me agaché tanto, pero de verdad quiero ir— Hizo un puchero y me reí. Esta chica era rara a veces. Alguna veces me tenía que explicar sus expresiones porque no llegaba a entenderlas, era como si yo no pudiera entenderla a ella y ella a mi. Pero de una extraña manera podíamos ser uno los dos, seguíamos el mismo camino raramente.
Fuimos a la caja para pagar. Esta noche nos juntábamos con sus amigos a comer. Comeríamos tacos mexicanos. Yo lo sabía hacer perfectamente. Este plato era mi favorito, siempre le cocinaba a Diana esta comida, también le había enseñado hacerlo. Aunque seguro se había olvidado de eso, tenía gente para todo y seguro alguien le cocinaba también.