Matías me Convenció para hacer una despedida de soltero, según el debía aprovechar ya que sólo en tres días me casaría con el diablo en persona.
No pude negarme, bueno no quería por primera vez necesitaba despejar mi mente y tomar hasta olvidar con quien me estaba casando.
-Bien, irán unos amigos míos y algunas chicas para hacer la noche un poco más divertida.
-No importa sólo quiero salir de aquí.
Los días pasaron tan rápidos, lo peor es que Anabel no me dirigió ni una sola palabra, ni una mirada, podría decir que ni siquiera respiró hacia mi.
Me duele saber que estoy Dejando de lado a la mujer que amo, todo por una herencia.
Se que está noche estará en la despedida de soltera de Amelia, sólo espero que no lo pase increíble.
-Esta noche te traje a una chica especial, lo pasarás muy bien con ella.
-Sabes que no quiero estar con nadie, sólo quiero pasarlo bien y olvidarme de un rato del calvario que estoy apunto de vivir.
La noche se vuelve entretenida, los amigos de Matías me hacen reír y beber como nunca. Tengo a Noemí a un lado y a su hermana en el otro. Cuando Matías dijo que traía a la chica ideal se refería a Noemí. Me sorprende que este tan tranquila yo esperaba que estuviera toda encima de mi como siempre.
-Quieres ir a bailar.- le pregunto tomándole de la mano.
-Por supuesto.- dice mientras se pone de pie.
En la radio suena una canción de Maroon 5, ella me dice que es su canción favorita y así lo demuestra moviendo las caderas al ritmo de la música. Yo la sigo y al rato estamos bailando muy apegados, ella pone sus manos en mi cuello y yo me acerco a sus labios. La beso como desearía besar a Anabel, Noemí besa realmente increíble ella sabe lo que hace, sus caderas de apegan a las mías lo cual provoca una erección instantánea.
Esta noche quiero olvidarme de todo, y ella será quien me ayude con eso.
-Vamos a mi departamento.- pregunta mientras juega con el cierre de mi chaqueta.
-¿Estas segura? Debes entender que solo será una noche.
-Con eso me basta.- dice mientras me vuelve a besar.
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Anabel
Cuando llegamos al bar Mary me cuenta su plan, contrato unos vedettos talla XXL será su regalo para mi querida hermana, juro que no pare de reír durante treinta minutos.
-Eres mala.
-Eso no es nada, le echaré laxante a cada tragó que pidan esas cabezas huecas.
-Se lo merecen.- digo encogiendo los de hombros.
Y es verdad cuando llegamos todas mis miraron de pies a cabezas eh hicieron cara de asco.
Según mi hermana debía venir presentable y que más presentable que un buzo de Minnie Mouse. Fue idea de Mary venir vestidas como niñas pequeñas.
Luego de eso como si fuera poco comenzaron a tirarnos comentarios muy crueles.
Llevo cuatro cervezas y dos chupitos mi cabeza da vueltas por todos lados, no paro de reír de mi hermana y sus amigas.
Cuando es hora es los vedettos todas comienzan a aplaudir y gritar, cuando entran tres tipos que deben pesar al menos más de 120 kilos cada uno con traje de Policía, la cara de mi hermana y sus amigas es de puro asco y repulsión. Mary toma su celular y comienza a sacar fotos como loca.
Yo a su lado comienzo a reír como foca con epilepsia, todas nos miran y la cara a odio de mi hermana es tremenda.
-Así que fuiste tu, eres una envidiosa e infantil. Por eso Cristiano me eligió a mi antes que a ti. Solo mírate en un espejo no eres más que un ser humano despreciable.
-No se de que estas hablando Amelia.- digo totalmente confundida.
-acaso crees que no se, toda tu patética vida haz estado enamorada de mi prometido.
-Y si así fuera ¿que? Ti te vas a casar con el, felicidades.
-Eres una zorra.- dice mientras estampa si mano en mi mejilla.
-No soy yo quien se fue con otro hombre a la playa por dos semanas, así que no hablemos de zorras.- todas sus amigas abren los ojos de sorpresa.
Cuando Amelia levanta su mano para volverme a pegar Mary le agarra la mano.
-Ni se te ocurra, le pegas una vez más y terminarás en el hospital.- dice totalmente enoja.
-Se van de aquí ahora, no las quiero volver a ver cerca de mi.
-con mucho gusto, vamos Anabel.
Cuando Mary toma mi mano la suelto y encaró a mi hermana.
-El no te ama, sólo se casa contigo por la estúpida herencia.
- No tienes nada mejor que inventar, el me ama acéptalo de una vez.
-No, el me ama a mi me lo dijo mientras me hacía.- la mano de Mary está sobre mi boca en cosa de segundos.
-¿Te hacia que?.- pregunta Amelia.
-Mientras le hacía panqueques, si Panqueques. Pero no es lo que crees sólo estaba bromeando, esta borracha.
-Más te vale que la saques de aquí ahora mismo Mary antes que me olvide que es mi hermana.
Mary me lleva hasta su auto y me pasa una bolsa.
-Por si quieres vomitar, así no me ensucias el auto.
-casi la cagó ¿no?
-Más que eso, ahí adentro casi comenzó la tercera guerra mundial.- dice riendo.- ya sabemos que tu y el alcohol no son amigos.
-Amelia me va a matar.- digo agarrando mi cabeza.
-Mañana no se acordará de nada, esta tan preocupada de la estúpida boda que ni tiempo tendrá.
-Gracias Mary, no se que haría sin ti, te amo.
-Y yo a ti prima, eres como mi hermana gemela.
Esta noche me quedaré en casa de Mary ni loca pienso poner un pies sobre el departamento, con lo borracha que estoy seguro abro mi bocaza más de la cuenta