Hoy es el bendito día, desperté por los gritos de mi hermana. Tuve que preparar el desayuno para ella y mi madre y ordenar el departamento, Cristiano salió temprano en la mañana hacia la casa de sus padres, la boda es en dos horas, Amelia está encerrada en su habitación con la maquilladora mientras mi madre se pasea de un lado a otro.
-Es que no piensas arreglarte, deberías ir a ducharte, apestas.- dice mi madre mientras se peina.
-aún faltan dos horas mamá, yo no soy la novia así que tengo tiempo de sobra.
-y nunca serás la novia cariño, quien podría fijarse en alguien como tu. Sólo debes mirarte en el espejo, tu piel es blanca como el papel deberías ir unos días a la playa.
-No tengo dinero, ni tiempo. Por si no sabes estamos en bancarrota Por que tu te la pasabas de viaje.
-No me hables así, me avergüenza ser tu madre. Deberías ser como tu hermana.
Decido dejarla hablando sola, mi día ya es lo bastante malo para hacerlo peor.
Desde que desperté he vomitado dos veces, mi estómago no resiste ni el agua, según Mary las pastillas que me dio el doctor deberían funcionar, pero yo no lo veo así.
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Cristiano
Necesitaba salir de ese departamento, mi cabeza estaba a punto de explotar Dios mío no quiero imaginarme que tendré que soportar a la gritona de Amelia por seis meses.
Al llegar a casa de mis padres todo el mundo corría de un lado a otro preparando los últimos detalles, mi madre está eufórica y mi padre tenía una cara de pocos amigos.
-Hijo podemos hablar un momento.- dijo mientras caminaba dentro de la casa.
- ¿de que quieres hablar papá?.
-sabes que si no te casas la herencia quedará para mi, ¿es por eso que te estas casando con Amelia?
Que demonios le pasa, desde hace días que está así, no entiendo por que simplemente no me dice que no lo haga y que la herencia será de todas maneras para mi. Es un ambicioso, creo que no entiende que cuando el muera de todas maneras todo será mío.
-No se de que hablas, nos vamos a casar por que nos amamos.
-sabes perfectamente.- dice mientras golpea la mesa.- no quieres que me quede con el dinero de mi padre, el sólo te lo dejo para vengarse de mi.
-te dejo la mayoría de los hoteles, papá.
- tu no sabrás invertir ese dinero, lo perderás en cosa de meses.
- ¿y tu si?, por que no lo aceptas el abuelo me dejo el dinero a mi. De todas maneras algún día vas a morir y todo lo que tienes será mío. Soy tu único hijo.- digo mientras me pongo de pie.
- ese día no llegará Cristiano, tarde o temprano te vas a enterar.
- ¿ De Que estas hablando?.
-nada, sólo espero que sepas en que te estas metiendo.
Salgo de la oficina pegando un portazo, lo que me faltaba mi padre jodiendome más el día.
Día de mierda, que se acabe luego.
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Anabel
Estamos en casa de los padres de Cristiano, Amelia está dentro de la casa esperando a que suene la música para caminar hacia el altar. Matías está a mi lado y no para de hablar.
- te puedes callar un segundo, me duele la cabeza.- digo mientras aguanto las náuseas.
-¿oye, estas bien.?
-Si, sólo son los nervios.
-estas más pálida de lo normal. ¿Quieres que llame a alguien?.
-Dile a Mary, ella debe estar unos asientos más atrás.
Matías se pone de pie y va en busca de mi prima, necesito ir al baño y tomar una pastilla. Me pongo de pie cuando un mareo aparece, Mary llega justo a tiempo.
-Te tengo.- dice mientras le sostiene del brazo.- ¿estas bien?.
Niego con la cabeza y seguimos el camino hasta el baño.
-¿Donde crees que vas?.- dice mi madre agarrándome del brazo.
-Al baño, no me siento bien.
-Pues te apuras, este el día de tu hermana. No me vengas con tus berrinches ella ya debe estar por bajar.
-Si, madre vendré en un segundo.
Me encierro en el baño junto a mi prima, mojo mi cara y cuello.
-Me vas a perdonar pero, tu madre es una bruja.
-lo se, no se como mi padre puso casarse con ella. El era una excelente persona.
-¿ya estas mejor?.- asiento mientras me tomo la bendita pastilla.
Un golpe se escucha en la puerta, y luego los gritos de mi madre.
-Anabel sal de ahí ahora, tu hermana está bajando las escaleras. Debes estar en tu lugar.
-Ya voy.-abro la puerta y ella tira de mi con fuerza.
-tenga cuidado, ella no es un animal.-dice Mary
-tu no te metas, esta es mi hija.
-No lo parece.- agarró a Mary y salgo al patio.
No quiero que mi madre se ensañe con ella, puede ser el mismísimo demonio si se lo propone.
Cuando llego a mi lugar, siento la mirada de Cristiano en mi. Levantó la cabeza y ahí está.
La música comienza a soñar, Amelia aparece con su vestido de novia blanco y agarrada del brazo de Matías.
La ceremonia transcurre rápido, Amelia aceptó de inmediato en cambio Cristiano antes de decir que si me miro directo a los ojos. En ese momento sentí que mi corazón saldría de mi cuerpo, creo que el tenia la esperanza que dijese que no. Pero se equivocó.
Luego de la ceremonia todo el mundo paso al comer improvisado que estaba en un costado, mayormente juegue con la comida en mi plato no tenía apetito, además que tenía miedo de que las náuseas y vómitos volvieran.
Por lo que dijo el doctor los primeros tres meses serían igual.
Involuntariamente mi mano bajo a mi vientre y busque con la mirada a Cristiano, el se encontraba unas mesas más allá junto a su esposa, sus padres y mi madre. Yo preferí sentarme en otra mesa junto a sus amigos.
-¿Que se siente ser la cuñada del hombre con más dinero en el mundo?.- pregunta un tipo creo que su nombre era Liam.
-se siente igual que ayer, nada.
Matías ríe a mi lado y levanta las manos para chocar las cinco, cosa que no dudo ni un segundo.
- amigo, esta chica aquí no está interesada en el dinero. - dice mientras me abraza.
-y tampoco en ti.- dice Mary.- así que quita tus sucias manos de ella, ahora.
Matías levanta las manos en forma de rendición y suelta una carcajada.
A pesar de todo a sido un buen momento, olvide casi por completo que la persona que amo y el padre de mi hijo se casó con mi hermana.