-Creo que lo mejor será que se vayan a vivir juntos un tiempo. - dice mi padre.
- Por mi no hay problema, sólo quiero cobrar la herencia y poder irme lejos.- digo mientras bostezo.
Es un calvario tener que estar en casa de mis padres hablando sobre la boda, por que no puede ser sencillo una ceremonia y listo. Ellos lo complican todo y Amelia no se queja sabe que saldrá de esta con una buena cantidad de dinero en los bolsillos.
- Por mi no hay problema señor Robinson, usted sabe que estoy dispuesta a todo por su hijo.- dice mientras sonríe.
Mis padres no saben del trato, si lo supieran de seguro son capaces de cancelar la boda. Ellos piensan que lo hacemos de enamorados. Por eso tanto el apuro de casarnos.
-bien entonces mañana mismo les compraremos un departamento en la ciudad, para que se muden lo antes posible querida. - dice mi madre mientras la abraza.
-iré a darme una ducha, Amelia si quieres puedes irte. Paso por ti en una hora.
-esta bien, iré avisarle a mi familia.
Me pongo de pie y camino a mi habitación, hoy es viernes y como cada viernes tengo que llevar Amelia
Y a su familia a cenar. Mi familia es una de las más famosas de la ciudad, todos están pendiente de los que hacemos.
Una vez listo bajo las escaleras y me despido de mis padres, sólo tengo que cruzar la calle y llego a casa de los Ferré. Toco el timbre, mientras espero miro el cielo creo que está noche va a llover.
-Buenas noches joven Cristiano, pase Amelia debe estar por bajar.
-Buenas noches Carmen, gracias.- digo mientras me adentró a la sala.
Mientras entró miro las paredes, llena de fotos de Amelia y Anabel de pequeñas.
-Hola.- dice una voz dulce a mis espalda.
-Buenas noches Anabel, ¿como estas?
-Muy bien.- dice besando mi mejilla.
-estas hermosa.
-deberías ver a Amelia, ella está radiante.
-ya. - digo indiferente.
Se tapa la boca ocultando su risa.
-eres cruel.
-Cruel es bueno, dicen.
Se escuchan unos pasos bajando por la escalera y tomamos distancia.
No es que tenga miedo de que me escuchen hablar con ella, sólo es para que no tenga problemas.
-estoy lista, ¿nos vamos?.- dice Amelia agarrando mi brazo y besando mi mejilla.
A veces pienso que Amelia sabe lo que siento por su hermana, siempre se da el tiempo de molestarla frente a mi.
Una vez en el restaurant pedimos nuestros platos, y comenzamos hablar sobre la mudanza.
-me alegro que por fin se irán a vivir juntos.- dice Irene. ( la viuda Ferré )
Una vez terminada la cena Irene comenta que hará un viaje a España por un mes. Y nos pide cuidar de Anabel. Gran error de mi parte ofrecerle quedarse con nosotros.