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Los días han pasado rápido, he puesto una demanda para de una vez parar los daños a mi lienza, mis abogados están trabajando mucho en ello pues les dije que es de carácter urgente y no les pago poco, es lo bueno de tener recursos.
Estoy acomodando las sillas en mi jardín, pues hoy es la misa, mis trabajadores tuvieron el día libre, asistirán con sus familias, novia, esposa, lo que tengan pues, aún sigo con vestida con un short de mezclilla una camiseta de tirantes blancas, he ayudado en la cocina a preparar todo, estoy muy feliz de ir mejorando en las actividades del campo me involucro cada vez más en ello.

—Señorita debería arreglarse ya, es tarde — María, me habla desde las escaleras.

Observo la hora en mi teléfono, tengo el tiempo justo para arreglarme, después de darle las gracias a, María, entro apurada a la casa, subo corriendo las escaleras y entro en mi habitación. Me quito las sandalias, la ropa y entro rápido al baño. Aseo mi cabello y mi cuerpo mientras canto Hey Mama de David Guetta - ft Nicki Minaj, Afrojack Bebe Rexha.

Bailo dentro del baño mientras mis manos lavan mi cabello, cuando termino, me seco y me pongo la ropa interior color blanca con el brassier sin tirantes, salgo del sanitario y busco mi ropa en el closet, opto por una blusa manga larga blanca que deja mis hombros descubiertos, un pantalón negro ajustado de la cintura y amplio. Peino y pongo crema en mi cabello, lo dejo suelto, un maquillaje ligero, me pongo unos zapatos de tacón.

El día aunque esta soleado está bastante fresco, he mandado a poner una carpa, una mesa con varios arreglos florares y varias sillas donde se sentaran los que asistirán al padre.
Pongo mi celular en la pretina del pantalón pues este no tiene bolsa, no sin antes ponerlo en vibrador, salgo de mi habitación y cierro la puerta con seguro, mis llaves también las escondo en la pretina de mi pantalón, camino por el pasillo, bajo las escaleras y en la sala de mi hacienda se encuentra, Guillermo, al escuchar mis pasos se da la vuelta, se ve muy guapo.

—Hola — lo saludo con un beso en la mejilla — que bueno que hayas venido — caminamos hacia la entrada de mi casa y poco a poco bajamos las escaleras.

—No llego mucho a misa, pero soy creyente, aparte quiero hablar contigo cuando todo termine.

—Claro, si en algo puedo ayudarte da lo por hecho — toma mi mano derecha y me mira a los ojos, su mirada tiene algo distinto, sus ojos brillan — Guille — es lo único que puedo decir y mi voz parece ser la de una niña.

Suelta mi mano lentamente y mi corazón late de prisa, tengo muchas emociones ahora mismo, mi corazón late mucho más rápido, poco a poco los trabajadores comienzan a llegar con sus esposas, mi capataz llega con una mujer mayor y me extraño ver que no lo acompañara la tal, Mariana, quizás aún me odie por las caricias que le di cuando nos conocimos esa noche. El padre llega en un Volkswagen blanco, se estaciona aun lado del portón, sale el y tres personas más.

—Buenas tardes padre — saludo con beso en la mejilla y a los demás con un apretón de manos.

—Buenas tardes hija, perdón que no platiquemos pero acomodaremos las cosas — se disculpa el padre.

—No se preocupe entiendo, cuando quiera puede venir y platicamos — el padre se despide.

—Buenas tardes patrona — saluda, Manuel — ella es mi esposa, Marta — me presenta a una mujer joven de estatura promedio, cabello castaño, ojos cafés, tiene un lindo vestido azul de maternidad puesto con unas sandalias abiertas.

—Mucho gusto, Marta — le tiendo mi mano, observo su vientre — felicidades por tu embarazo.

—Gracias señorita por la invitación y la felicitación — me sonríe — es usted muy guapa.

Después de hablar con ellos, camino hasta donde se encuentra mi capataz con la señora mayor sentada en la segunda fila del lado derecho, tiene un vestido café de corte recto, su cabello canoso recogido en una cola alta.