Lo que nunca dije.

Comienzo.

Capitulo 1

 

-Hay momentos en tu vida, que llegan y se van, algunos duran años en nosotros y solo fueron segundos de los cuales te marcan, hay segundos,  instantes que duran años se quedan ahí dando vueltas en nuestra mente, pueden doler o ser satisfactorios. 

Los humanos actuamos por impulsos, por las emociones que nos azontan al momento, los sentimientos encontrados y fuerzas inhumanas que a veces amenazan por salir a flote dando a conocer lo que llevas en tu interior (luz u oscuridad ), que reprimimos al momento que incitan por salir, nos limitamos a no querer saber si sera bueno o malo. 
"¡por miedo!"

-El dolor conlleva a tres etapas: *
miedo,  odio ,  amor...

Todas ellas son armas de doble filo, que pueden ser usadas a favor o encontrar de ti y de quienes te rodean, son fuerzas que pueden ocacionar daños irremediables si nos dejamos que nos guíen. 

21 de Junio 2009.
—Caminaba de la mano de mi adorado padre, rumbo hacía mi escuela. 
Este iba cantando por la calle una canción que el mismo había creado para mí, la cantaba tan eufórico que se me inchaba el pecho de felicidad, ni siquiera se apenaba, no le importaba que los demás lo escucharan, por momentos lo miraba por el rabillo del ojo para apreciar su semblante de amor puro, orgullo y ternura hacia a mi. 

¡Era un grandioso padre!  

Ese que toda niña desea pero que no todas tienen (soy muy afortunada ) ya que no todos son verdaderos padres, el que engendra no es padre, sino el que cría y da amor, seguridad, protección, compasión, a sus hijos ese es un verdadero padre. 
Este se mantuvo cantando y haciendo me reír durante todo el camino hasta llegar a nuestro destino. 
El se voltio a mirarme, se acerco más, sabía  que era para despedirse, ya que el tenia que trabajar está mañana. 

 

–Hasta luego mi "pegui" -me dijo mientras depositaba un beso cargado de ternura en mi frente. –Portate bien y se buena niña, yo llego hasta en la noche -sonrió pero su sonrisa no llego a sus ojos, podía ver que había frustración, cansancio y ¿dolor?  -lo mire por unos breves segundos hasta que asentí con la cabeza y le  devolví la sonrisa con un ‘esta bien pa’. 

El hizo un gesto de aprobación con su cabeza sacudió su mano en un saludo de despedida y giro sobre sus pies para marcharse, lo mire hasta que desapareció de mi vista. 
Entonces gire sobre mis pies y pose mi mirada hacia el instituto y un sudor frió recorrió mi espalda, trague duro mientras cerraba mis palmas sudorosas de las manos, me repetía una y otra vez hoy será diferente trataba de animarme para no salir corriendo de donde me encuentro. 

 

Suspire con nerviosismo mientras tomaba el valor de encaminarme hacia adentro del lugar, pasaron unos segundos hasta que me obligue a caminar. 
–Arrastraba mis pies y una punzada de dolor y tristeza me atravesó al poner un pie dentro de mi aula, entre en ella con la vista puesta en mis pies, sintiendo las miradas hostiles de mis "compañeros", camine hasta mi pupitre y tome asiento sin mirar a nadie, no tenia nada de ganas de alzar mi vista y encontrar miradas llenas de desprecio.

No quería estar en la escuela,  ya que mis compañeros de clase no se comportan nada amigables ni lindos con migo, era extraño el comportamiento de todos por que al parecer solo con mi persona no se llevan, me tratan mal, me excluyen de todo. 
Yo no se que es hacer un trabajo grupal o en parejas, ya que las niñas parecen no tolerarme y de igual manera los chicos ya que me miran con asco. 

 

Habían momentos en que me sentía totalmente invisible, ya que tanto me apartaban que llegaba al punto de no ser parte de mi clase, la decepción me golpea tan fuerte, muerdo mi mejilla interna para evitar echarme a llorar ahí enfrente de todos. 

 

–Solté una bocanada de aire, estaba tan casada de la misma forma de ser tratada desde que empecé mi primer año en el instituto, todos los años era lo mismo y parecía que con el pasar del tiempo ellos me odiaban más. 
Quizás suene ridícula pero decir que desde que pise esta escuela la soledad me azoto con fuerza quedándose con migo durante tres años seguidos, que se burlen de ti por todo, que no soporten la idea de estar junto a mi y que casi lloren para evitar ser mi compañero de asiento es algo que para una niña de mi edad no es fácil de manejar ¡cielos!  Solo tengo nueve años. 

 

Sufro de bullying, y no es que me haga la víctima no así no es, sino que de verdad han sabido lastimarme, herirme, romper mi poca seguridad hasta el punto de sentirme como un bicho raro en medio de todos ellos, se que solo son niños como yo, pero para ser sinceros no me considero tan niña estoy algo mas adelantada mentalmente a mis compañeros. 
A veces desearía ser parte del grupo en general, poder estar con las niñas compartir con ellas, sentarme a hablar de lo que sea y reír con ellas y no que ellas se rían de mi. 

Quisiera por lo menos poder sentarme junto a ellas a la hora del almuerzo, por que a decir verdad ya me aburre sentarme en la misma esquina del comedor sola, sin nadie con quien disfrutar los alimentos.
Pero en mi caso  consta de estar sola en clase, sola en los recreos, sola en el almuerzo y sola en todo. 
Una risa amarga brota de mis labios cuando pienso que cada vez que intente comer con ellas lo único que provoque fue que me miraran mal y se levantaran para apartarse de mi o simplemente me echaban de su mesa. 




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