Capitulo 7.
Pensé que podía, y no pude. Creí que sabía y nada supe. Pensé que tenía fuerzas, y flaquee. Creí que no era demasiada la carga, y me caí. Subestimé mi capacidad, y no fui capaz. Y luego el miedo se apodero de mi, logrando matar esa llama de amor y generando en mi interior una tristeza indominable, haciéndome débil y poca cosa ante ella.
Me apagaba, y nadie lo notaba, me moría, y a nadie le importó, el odio fue el único que se hizo presente y este tomó su lugar consumiendo lento y "satisfactoriamente" mi interior.
Olvidé que "El cerebro no es un vaso por llenar, sino una lámpara por encender"
_Miraba a mi abuela mover su boca, pero no la escuchaba, por la manera en que agitaba sus manos sabía que estaba explicando algo importante pero no me moleste en prestarle atención la verdad estaba bastante sumida en mis pensamientos.
Cerre mis parpados dejando que la sensación de la brisa fresca me abrazara acariciando mi piel dándome tranquilidad y despejando todos aquellos malos recuerdos, disfruté ese momento, me sentía en paz una que ya olvidaba como se sen....
_ ¡Adara! Te estoy hablando _ abro mis ojos como platos, me sorprendió, no me esperaba oír su voz tan cerca de mi rostro.
Observo a mamá, ésta tiene el ceño fruncido y me mira con impaciencia, puedo apostar que tenía todo este tiempo de estar hablándome y obviamente no la oí.
Carraspeo, preparando mi voz.
_ ¿Qué pasó mamá? _ ella se acerca aún mas a mí, me mira con resignación, suspire casino mientras niega suavemente con su cabeza.
_ ¡Adara! Te decía que… Bueno ya llevas una semana aquí desde que llegaste y te escondiste en el closet y aun no me has dicho que paso contigo y Johan, necesito saber el motivo de todos tus hematomas esparcidos por todo tu cuerpo y la razón de tus heridas en tu boca. _ me paralizo involuntariamente, el aire me abandona, toda mi paz y tranquilidad es abruptamente interrumpida arrojandola alsegundo plano, arrastrándome consigo un asqueroso escalofrió.
Suelto un largo, pesado y cansado suspiro.
Estoy harta de evadir el tema ya tengo que dejar de ser tan cobarde y comenzar a tomar algo de coraje, armarme de valor y hablar de una buena vez por todas.
Me reprendo a mi misma.
Desvío las retinas de mis ojos en dirección de la ventana de la cocina que la tengo de un costado de mi lado izquierdo, ante mi vista se proyecta un precioso paisaje de un atardecer, de colores naranjas, rosados y morados que tiñen las pomposas nubes de el inmenso cielo, la vista es espectacular y estos atardeceres se deben a la época, que se acerca diciembre, el mes de compartir y pasar tiempo en “familia”, se acerca la Navidad.
_ ¡Está bien! Te lo diré, pero no quiero que me hagas preguntas mientras te cuento lo que paso ¿de acuerdo? _ resignada suelto lo anterior, notablemente cansada de todo, de absolutamente todo. Al no escuchar respuesta de parte de mama, la busco con la mirada, ella permanece con la mirada fija en el suelo con su semblante contraído por la confusión y con algo de impaciencia, luego medio levanta su rostro y asiente con la cabeza en señal de aprobación.
Cargo mi sistema de oxígeno, pero la verdad este nunca logra saciarme del todo.
_ Todo ocurrió hace aproximadamente unas dos o tres semanas atrás, vivía con tía Jessie como ya te lo había dicho Joh… ese hombre todos los días me molestaba haciéndome comentarios ofensivos, restregándome lo sucedido con mis padres, lo hacía cuando tía no estaba cerca como para llegar a escucharlo, burlándose cada vez más, siendo muy impertinente _ cierro mis parpados y trago mi propia saliva con fuerza hasta que me dolió la garganta.
_ Luego de sus hirientes burlas decidió acompañarlas con “leves” golpes, empujones o tizonazos de mi cabello, creí que lo hacía en broma o sin querer hacerlo a propósito o ¡yo que sé!, trate de no verle el lado “malo” a las situaciones, pero… Cuando creí que las cosas no podrían ponerse peor, el comenzó a irrespetar mi espacio personal, colocando su mano en mi pierna de una manera inapropiada o tocando más de lo debido mi cintura, me daba caricias innecesarias, también al principio intento abrir a la fuerza la puerta del baño cuando yo estaba dentro de el, trataba de pensar que era “sin querer”, pero continúo haciéndolo todas las veces que yo estaba dentro de ese lugar_
Presiono mi quijada entumeciendo los músculos de mi rostro mientras un horrible escalofrió recorre por completo mi cuerpo dejándolo con una espeluznante sensación.
_ Cuando dormía el comenzó a llegar a mi habitación, se quedaba de pie en el umbral de la puerta, por mucho tiempo, simplemente observándome más de lo debido, quizá el creía que yo no me percataba de su abrumadora presencia, pero, yo, ¡mama!, siempre estuve despierta, alerta a su comportamiento tan inusual me resultaba peligroso. _ mama toma mis manos las entrelaza con las suyas y las presiona levemente, mirándome atentamente de una manera tan asustada, sus ojos desbordan mucho temor, temor de lo que posiblemente no quiere oír.