Lo que nunca dije.

Realidad.

Capítulo 9.

_ “Si te centras en lo que dejas atrás, no podrás ver lo que tienes adelante” _ tragué mi propia saliva con demasiado nerviosismo, ahora mismo no me importa escuchar esa voz, sigo aquí de pie frente a la puerta aterrada de pasar adelante, adentrarme a mi antigua casa; una punzada decepción me golpea directamente en las cienes, sé que en el momento que entre a este lugar no habrá vuelta atrás, mi maldita vida se volverá peor que la vez anterior.

Cargo mi sistema de oxígeno y doy marcha, cierro en puños mis manos tenso la mandíbula hasta doler clavo la mirada al suelo y avanzo por inercia. Tengo la frente cubierta con una ligera capa de sudor, con el estómago echo una bola, me aventuré a observar su interior sorprendiéndome ya que no ha cambiado casi nada, solo la posición de los sofás es lo único diferente, una oleada de recuerdos me atacan la mente inmediatamente me estremezco sacudo la cabeza tratando de alejar todos los malos pensamientos cierro los parpados y me relajo.

_ Entonces… tú ¿te salvaste del orfanato? _ la miro con desgana y molestia, ¿acaso se burla de mí? Entrecierro los parpados y cuadro mis hombros mostrando confianza, cuando en realidad estoy que me vomito del miedo, pero tengo que mostrarme valiente…

_ La verdad me impresiona, creí que durarías ahí hasta tú mayoría de edad _ su semblante emanaba arrogancia, superioridad, su voz con notable desprecio y burla me hostiga, colmando mi paciencia. Un día dije que nunca más dejaría que alguien me vuelva a lastimar, no me importa quien sea, asi que no dejaré que ella me lastime. 

La miro de arriba abajo sonrió de lado y levantó una ceja, sigo caminando dirigiéndome hacia la cocina ignorandola quería estar dejos de esa mujer, no quería tentar mi suerte y en un arrancón de enojo provocar a Meredith obviamente se ve molesta ya que tiene todos los músculos de su rostro y cuello sumamente rígidos tensos, y se le sobre sale una vena en su frente que perece palpitar, su semblante colérico es aterrador, pero debo demostrarle que ya no me asusta que ya no le temo, aunque eso no sea así.

_ ¡¿Te comió la lengua los ratones, o alguien por fin te la cortó?! _ hinché el pecho con aire, lo solté lentamente calmándome, es horrible escuchar eso de la boca de tu propia madre, me fastidia saber que aún me lastiman sus palabras, muerdo mi mejilla interna <Nunca nos verá llorar más por ella> asiento levemente para mí misma de acuerdo con mi conciencia, seguí caminado < ¡¿Te vas a quedar callada?! ¡Contéstale!> cerré los parpados de insofacto giré sobre los pies encarándola. < ¡Vamos dile algo! > Chilló esa voz en mi cabeza dándome valor y coraje.

_ Lamento decepcionarte, pero aún tengo mi lengua entera y obviamente… soy mucho más lista de lo que crees _ solté totalmente alarmada, y agradecí que mi voz salió dura sin duda, le sostuve la mirada no me dejé intimidar ella en cuanto oyó mi respuesta su gesto descolocado fue de total sorpresa, pero lo disimuló, apretó su quijada y cerró en puños sus manos hasta ponérsele blancos los nudillos, sus retinas me acuchillaban, odio eso es lo que gritaban, no me importó.

Esperé sus gritos por un segundo, pero no tenía ánimos para oírla gritar, además, poco me importa lo que me diga. Me di media vuelta continuando el trayecto inicial, mi pecho rugía en una nueva sensación me sentía satisfecha conmigo misma, la dejé con la palabra en la boca y por primera vez no me acobardé a pesar del miedo que atenazaba con dominarme.

Sonreí con suficiencia, sintiendo como el miedo era ahogado por la ira, esta quemaba en el interior y la verdad quería más de eso que me dio valor. Me acerqué al fregadero con toda la paciencia del mundo tenía la garganta seca y necesitaba agua así que me serví un poco en un vaso…

Soy jalada con brusquedad del cabello hacia atrás logrando echarme el líquido encima de mi playera mi cabeza palpita con violencia causándome dolor, me giro y me choco con Meredith enfurecida hasta la mierda, sobo la parte halada y clavo mis retinas en las suyas retándola con la mirada ¡no sé qué estoy haciendo!

_ ¡No me toques! _ mascullo con rabia escupiendo en un tono leve pausado, mientras entrecierro los parpados, la ira se apodera de mi sistema sepultando el miedo, me reincorporo cuadro los hombros y doy un paso hacia atrás por instinto, apretó los labios formando una línea.

Trago con dificultad por culpa de mi descontrolada respiración, limpio de mi mejilla los restos de agua que tenía, ella solo me mira y yo solo me limito hacer lo mismo atenta a cualquier movimiento suyo, Meredith da un paso hacia mí y luego otro el pánico me hace retroceder sin despegarle el ojo.

 

Había avanzado más de la mitad de la distancia que nos separa, quedando muy cerca. Un escalofrío me recorre el cuerpo entero cuando ésta curva sus labios en una macabra sonrisa, ella disfruta de la escena, yo no puedo articular ningún gesto solo la observo con recelo lista a cualquier cosa proveniente de ella.




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