Lo Que Nunca Esperas

Capítulo 13

Un ruido me sobresalta y abro los ojos de forma firme sintiendo mi corazón palpitar con fuerza y haciéndome pegar un brinco en la cama.

Me encuentro recostada en mi habitación, aquella que comparto con Jack, mi mente se siente confundida por aquel sonido y miro hacia la vacía cama de Jack para preguntarle que está sucediendo, sin embargo no hay nadie ahí.

Vuelvo a escuchar el ruido y el miedo me invade.

Salgo de la cama temblando ligeramente con ambas manos al frente por si tengo que defenderme de momento, sin embargo me detengo al ver la ropa que aun me encuentro usando así que corro al armario a ponerme un pants completo y también tomo la navaja que Alberth me proporciono hace unos días y la meto debajo de mi ropa.

Otro golpe.

Trago saliva asustada.

Abro la puerta lentamente procurando no hacer ruido y salgo descalza para no permitir siquiera que mis pisadas resuenen en el suelo y es cuando noto que los golpes se escuchan de la sala de entrenamiento.

Dentro del pequeño mini gimnasio puedo ver a Levid parado frente a un gran costal de box, Levid lo mira fijamente como si este fuera su peor enemigo para después alzar la pierna y dar una patada tan fuerte que el sonido hace eco y solo puedo temer por el relleno del pobre costal.

Parece realmente furioso, parece querer destrozar aquel costal a patadas o puñetazos mientras hace movimientos que a mí me parecen imposibles y me hacen pensar si realmente a Levid le afecta la gravedad de la misma forma en la que me afecta a mí; salta sobre sus pies y da patadas en el aire mientras gira y el pobre costal solo hace un ruido en protesta.

Levid se detiene a respirar profundo mientras aprieta los puños y mira fulminante el costal y siento una punzada de culpa.

¿De verdad está así por mi culpa?

Levid estira la mano en y toma una lata que se encuentra a su lado, la lleva a su boca y la bebe a fondo y es cuando puedo notar que es cerveza.

 

Levid aleja la lata de su boca y la limpia con una manga, con la misma mano aprieta la lata y la lanza lejos, sin embargo y aunque no pueda verlo, esta choca con más latas provocando un sonido metálico.

-¿Te quedaras ahí toda la puta noche o entraras?- gruñe Levid golpeando el costal nuevamente y retrocedo un paso en automático chocando con alguien.

-En realidad solo vine a ver que no asesines al pobre costal- responde Alberth por mí y Levid gruñe golpeando más fuerte.

Alberth me mira tomándome de los hombros y los aprieta ligeramente transmitiéndome con la mirada que todo estará bien.

-Esta borracho- susurro lo más bajo que puedo, tan bajo que apenas creo haberlo dicho realmente y el asiente con la cabeza poniendo un dedo en sus labios.

-Quédate aquí - murmura en un susurro apenas audible y asiento con la cabeza mientras el entra en el gimnasio a paso normal.

Levid empieza a abrir otra lata y comienza a beber su contenido, pero Alberth se la quita con una rapidez increíble provocando que un poco de líquido se derrame no solo sobre la ropa y cuello de Levid, sino también sobre el suelo.

-¿Qué demonios te sucede?- le reclama apretando los puños y limpiando la humedad de su cuello- No estoy para tonterías, devuélveme mi bebida-

Alberth evalúa la bebida de Levid y hace una mueca arrugando la nariz.

-¿A esto le llamas bebida? Lev sabes que la cerveza te hace daño, estas ebrio y se supone que debemos cuidar de Giselle, más aun si Jack no está- le recuerda con molestia.

Levid se acerca de forma firme y amenazante a Alberth, apretando los puños y mirándolo de tal forma que me causa escalofríos y me hace apretar la mandíbula temiendo que puedan lastimar a Alberth.

-Metete en tus propios asuntos, aun borracho podría hacer un trabajo mejor del que tú, así que mejor cállate- le gruñe muy cerca del rostro pero Alberth ni siquiera se inmuta.

-¿Por qué estas así Levid?- le pregunta de forma directa y Levid le arrebata la cerveza en un movimiento rápido y Alberth ni siquiera puede hacer nada para impedirlo provocando una sonrisa socarrona de parte de Levid cuando vuelve a llevar la cerveza a su boca.

-Metete en tus propios asuntos Alberth, lo que haga o no haga no te incumbe- vuelve a gruñir bebiendo lo restante de la lata y lanzándola de nuevo.

-Levid...- dice Alberth en protesta tendiendo una mano para tomarle el brazo cuando este se dirige a tomar la última cerveza que se encuentra cerrada pero Levid en cuanto siente el toque de Alberth, suelta un puñetazo en el rostro que me hace poner ambas manos en la boca para sofocar un grito.

El cuerpo de Alberth gira cayendo al suelo en ese momento mientras lleva una mano a su rostro mientras la sangre sale a borbotones por su nariz y sin poder evitarlo corro hacia él.



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En el texto hay: secuestro

Editado: 18.04.2018

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