Lo Que Nunca Esperas

Capítulo 27

Narra Jack

El imbécil de Levid juega con Giselle en el agua como si esta fuera de su propiedad, posando sus asquerosas manos en su cintura, pegándola a su cuerpo y ella totalmente fascinada se lanza contra su cuerpo y enreda las piernas en su cadera.

¿Si tantas ganas tiene de follar porque no mejor se van más al fondo, hacen a un lado su traje de baño y follan como los monos en celo que parecen.

¿Por qué estoy tan furioso? ¿Por qué mierda me molesta tanto verlos juntos?

Mi maldito temperamento siempre me jode las cosas, mi maldito temperamento siempre provoca que haga cosas de las que después me arrepiento, pero peor y aún más cuando todo se trata sobre Giselle.

No soy un hombre que mire mucho a las mujeres, soy un hombre directo y no me gusta el cotilleo, si quiero algo lo digo directamente, si quiero tocar o follarme a una chica nunca he tenido problema con hacerlo, sin embargo con Giselle es diferente, no solo me atrae de una forma sexual sino también me atrae de formas totalmente diferentes y mucho más intensas, de formas que jamás había sentido en la vida.

La primera vez que la besé sentí que iba a perder el control, sentí que querría besarla de pies a cabeza y hacerla mía en esa cama en ese momento, sus hermosos y brillantes ojos llenos siempre de incertidumbre me vuelven loco y aquella mirada llena de furia y de rabia me parece tan hermosa y adorable que siento que voy a volverme loco.

¿Por qué es de esta forma? ¿Por qué me ha enloquecido así? ¿Por qué tiene que estar en este maldito momento jugando con el imbécil de Levid? ¿Por qué no puedo estar ahí yo?

Claro ¿Por qué será imbécil?  Me regaño mentalmente yo solo.

Lo hice de nuevo, de nuevo jodí las cosas con ella, de nuevo los celos me consumieron y terminé lastimándola tocando a una tipa en sus narices cuando sé de antemano que le gusto.

¿Por qué siempre soy tan imbécil? ¿Por qué cuando me di cuenta que lo jodí todo en vez de tratar de arreglarlo y disculparme vine aquí con esta jauría de chicas para verla celosa?

Ni siquiera me miró más que un par de veces, me gusta saber que se enoja por esto porque así noto que realmente le importo, pero desde que se metió al mar con Levid parece ignorar por completo mi presencia, parece realmente fascinada con Levid, parecen… Una pareja de enamorados.

Las chicas alrededor de la playa miran a Levid como si este fuera un especie de príncipe azul caído del cielo ¡Ja!

No por nada Levid es mi maldito mejor amigo.

Debo admitir que Levid ha cambiado mucho con la presencia de Giselle, debo admitir que su mirada cambia cada vez que la mira, que sus palabras se vuelven más dulces y que se preocupa por absolutamente todo a su alrededor lo cual es algo que me llena de temor e incertidumbre.

Jamás creí que me pasaría algo por el estilo, jamás creí que de verdad terminaría en un maldito triángulo amoroso.

Miro la cerveza en mi mano y suelto un enorme suspiro.

Giselle es una chica linda y dulce, fuerte a su manera, dura y capaz; es una loca tan adorable que cada puchero, cada palabra, incluso cada insulto provoca que tu estómago se revuelva y que tu respiración se corte; Levid es mi mejor amigo, el hijo del presidente general Europeo, uno de los hombres más importantes que existen y también uno de los más ricos, Levid es el único varón de su padre, su orgullo; Levid es un chico dulce y comprensivo, las mujeres lo llaman caballero, yo lo llamo marica, sin embargo admito que tiene un buen corazón y que de entre nosotros tres, es el que más humanidad posee.

Ahora me miro a mi mismo, el niño prodigio de los Hallow, el primer varón de mi generación, el heredero primogénito de una de las familias fundadoras, el agente más prometedor de la agencia en mi generación, el chico con las mejores calificaciones que se graduó a los 14 años de la academia y a la misma edad ya estaba tratando con terroristas y cuyo dinero es tanto que estoy entre los agentes mejor pagados y los hombres más ricos de toda Europa, sin embargo quitando mis títulos, quitando todo el dinero que tengo, quitando mi físico o cuantos hombres he matado, no queda nada, no queda nada más que un maldito loco bipolar que no sabe tratar con sus sentimientos, que no sabe demostrar lo mucho que le gusta una chica o la forma en la que lo vuelve loco.

Giselle, tú y yo no somos tan diferentes como lo piensas.

-¿Es tu hermana menor no es así?- pregunta a mi lado aquella chica de senos de silicona sentándose a mi lado con una sonrisa.

Bebo de mi botella ignorando por completo su pregunta.

Ella mira en dirección a Giselle pegada al cuerpo de Levid con recelo.



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En el texto hay: secuestro

Editado: 18.04.2018

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