Lo que queda de mis lagrimas

CAPITULO 13

Un grito

 

Estaba de pies viendo toda la escena, 
Me dolía la garganta, no podía respirar, escuchaba el grito desesperado de alguien.
De pronto, note que mi garganta me dolía tanto porque era yo la que gritaba.
Podía quedarme o correr la elección siempre estuvo en la palma de mi mano, pero aún así yo decidí quedarme y si eso me hacía alguien miserable estaba preparada esta vez no me  iba a ir.
Los ojos me ardían, el corazón me dolía y aún así yo permanecí inmóvil  era como si mi cuerpo perdía el control, mi mente me decía gritale  dile que lo quieres o será demaciado tarde cuando tengas el valor. Nunca pude decirle cuanto lo quise, nunca pude decirle que me sentía la persona más afortunada del mundo por tenerlo en mi vida, nunca pude decirle que estaba orgullosa de él, nunca pude darle un último abrazo. Y ahora imaguino que aún sigues aquí, que escucho tu voz, mi mente en muchas ocasiones me ha traicionado por creer que aún sigues aquí.
Pero es hora de que te deje ir, es hora de ser valiente y decir a Dios. Es curioso como tienen que pasar tantas cosas para darnos cuenta de lo que significa una persona para nosotros.
Seguía aferrándome a su recuerdo, aveces esa carga pesaba más que cualquier cosa pero con el tiempo aprendí a soltarlo aveces sentía como se oprimía mi pecho veía a mi alrededor y solo veía injusticias pero aun no estaba lista para soltarlo. Nunca se está listo completamente solo paso y aquí estoy yo diciéndote que al fin pude soltarte, no diré que ha sido fácil al contrario me ha dolido en lo más profundo de mi alma.

 

 

 

 

"Le dije adiós pero lo amare por el resto que me queda de vida".
 

 


 




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