5 años después.
Facultad de Medicina.
Desde que era una niña ya sabía lo que quería para mi futuro, soñé siempre con ser una Doctora, y por fin estoy cumpliendo mi sueño, no me arrepiento, amo mi carrera, la bata blanca, y todo lo que aprendo día a día, me faltaba solo un año para terminar el último semestre y comenzar con mis practicas en el hospital, algo que me tenía muy entusiasmada.
Hace cinco años que me mude a Los ángeles, viví en Colorado durante 4 años, por cuestiones de trabajo de mi papa, ahí curse la Secundaria y hasta que termine el Bachilleres, fui antes a Los Ángeles para presentar el examen de admisión de la universidad.
Dos meses después, fueron publicados los resultados de la Universidad y quede dentro, a mi papa, aun le faltaban dos meses para volver, así que regrese a California antes que ellos.
Mi horario, en el primer semestre, llevaba ocho materias y en la mañana, entraba todos los días a siete de la mañana y la salía a las doce y media de la tarde. La primera semana paso rápidamente, como siempre sucede, se va en los profesores presentándose, los compañeros y las introducciones de las materias a lo largo del ciclo escolar. Ya después se va haciendo más pesado mientras pasan los días. En mi grupo, éramos treinta personas, todos increíblemente agradables, y entre esas personas, conocí a mis increíbles amigas, Elisa y Julissa.
Hoy, por fin, estaba por terminar el último año de mi carrera, había sido duro y pesado, pero me encontraba totalmente contenta y satisfecha de todo lo que había logrado hasta ahora.
Me encontraba en el patio de la facultad, era enorme y muy agradable, con pasto verde que lo cubría todo, la verdad estaba bonito y tranquilo, el mejor lugar para concentrarte y estudiar. Estaba estudiando para el examen de Farmacología del viernes, mientras esperaba que mis amigas Elisa y Julissa salieran de la clase de Bioestadística.
Pasaron unos cuantos minutos, vi a Elisa y Julissa a lo lejos buscándome, cuando lograron encontrarme las dos vinieron hacia mí.
—¡Al fin somos libres!—Dijo Elisa tumbándose dramáticamente a un lado mío sobre el pasto—de verdad no sé cómo hemos sobrevivido estos años.
—Por dios Elisa—dijo Julissa, sentándose al otro lado mío— no seas tan dramática.
—No soy dramática, Julissa —le contesto Elisa sentándose—es solo que necesito mas diversión en mi vida.
—lo que tú necesitas es un novio, pero urgente. —Cuando Julissa dijo eso, yo solo me reí.
Me encantaba verlas molestándose una a otra, las dos eran completamente diferentes, pero que creo que gracias a eso, ellas se llevaban increíble. Cada una tenía su personalidad y su forma de ser, lo cual las hacia únicas y divertidas.
Julissa, de estatura media, una chica delgada, con ojos cafés rasgados y su tez pálida, tenía su cabello marrón y le llegaba hasta los hombros, y tenía una hermosa sonrisa. Tenía descendencia Coreana por parte de su padre y americana por su madre, nació en Corea del Sur, pero por cuestiones personales tuvieron que mudarse a Los Angeles cuando ella tenía tres años. Tenía una hermosa sonrisa. Su personalidad me encantaba, tranquila, no le gusta para nada los problemas, cuando tiene uno, siempre sabe resolverlos, es inteligente, muy buena para las matemáticas, le gusta la diversión, y las fiestas pero sin excesos, sabe escuchar y dar consejos, siempre te puede sacar una sonrisa, incluso en los peores momentos, le puedes contar cualquier secreto y ella se lo lleva hasta la tumba, alrededor de ella siempre puedes encontrar paz, la amiga perfecta.
Y bueno, Elisa, totalmente opuesta a ella, de estatura baja, también delgada, ojos grandes de color avellana, con tez blanca, su cabello castaño rojizo y le llegaba hasta los hombros. Era muy alegre, todo el tiempo sonreía, le encanta salir de fiesta, le encanta bailar y cantar, y aunque sea difícil de creer, le gusta la escuela, no es muy buena en matemáticas, pero en lo demás es increíble. Como amiga, es la mejor, sabe escucharte y al igual que Julissa, da muy buenos consejos, se pone seria cuando sabe que no es el momento de reír, es un poco dramática y loca pero en el modo divertido, lo cual me encanta de ella, y si, también es la amiga perfecta.
Todo esto es lo que me encanta de las dos, tantas razones por las cuales las elegí como mis amigas, y hasta ahora, no me arrepiento de tenerlas a mi lado.
—Oh, hablando de novios —dijo Elisa, poniéndose frente a nosotras—
—¿Qué? ¿Ya conseguiste uno? —le pregunte riendo.
—No, aun no, pero pronto —dijo ella sonriendo— pero bueno, eso no es lo que les iba a decir.
—Espera, ya se ¿Es sobre la fiesta de Lydia? ¿No? —pregunto Julissa
—Sipo ¿te dijo algo? —esta vez pregunto ella.
—No hable mucho con ella, tenía prisa, pero me dijo que cuando saliera de clases, nos pasaría la invitación por facebook.
—No te preocupes, ya no tenemos que esperar, Carol ya me la mando, mira —Elisa le dio su celular.
—¿Pero cuándo será? —les pregunte.
—Es mañana en la noche —respondió Elisa.
—Oh, mira, y es cerca de tu casa —dijo Julissa mirando aun el celular