Vega*
Trate de tranquilizarme para no asustar a mi hija, pero como no hacerlo.
Estoy cansada de que se metan en mi vida, de que me digan que debo hacer y lo que no.
Estoy harta de todo y de todos. No resisto, pude con muchas cosas pero ya no más, han sido los peores días de mi vida, aunque haya dicho que estoy bien en el fondo ciento que me muero.
Como me pudo pasar tantas desgracias a mí.
----Cariño---- la voz de mamá hace que levante la vista ----. El chico se ha ido---- no respondo. No me interesa nada de él.
----¿Qué fue lo que te dijo que se dejó así?---- pregunta con preocupación----, lo que sea que fuera debes de tranquilizarte por la bebe---- pide y tiene razón. Estoy asustando a mi hija. Ella la toma ente sus brazos.
No quiero hablar de lo que paso. Solo quiero tratar de encontrar una salida a este dolor que me oprime el corazón. Aclaro la vista hasta recordar de la carta que me había dejado. La veo y el dolor se hace más fuerte. Tengo mucho miedo de lo que dirá esa carta. Siento que nada de lo que tenga esa carta está bien.
Le pido a mamá que se quede con Adha. No se niega ni me impide salir.
Llego al lugar que siempre he visitado. Me siento en el frio césped y abro la carta.
La primera gota de lágrima que cae mancha la hoja.
“Mi estrella enamorada
La primera oración hace que deje de leer y seguir llorando como no lo he hecho estos últimos meses.
Sé que no ha sido fácil nuestras vidas, que hemos vivido buenos momentos que nos dejaran marcados, sé que el enamorarte fue lo peor que pude llegar a pensar y hacer. Te prometo que eso no era mi plan, quería que conocieras la vida y lo bueno y hermoso que es el amor, pero nunca pensé que te enamorarías de mí, de mí que soy un caso perdido, una persona que infecta todo lo que toca, que destruye sin pensarlo. No quería que tú te destruyeras por mi causa. Lo único que pensé fue quererte hasta mis últimos días y así fue. No sé lo que pasara o lo que el destino nos tenga preparado. Pero ahora ya no quiero dejarte porque te has metido muy dentro de mi pecho y no sé cómo sacarte de ahí, fuiste como una enfermedad que llego inesperadamente y que quería curar, pero cuando vi que tú me hacías bien y no me dañabas me dio aún más miedo, porque no sabía que atraería con eso. Una vez te dije que lo que yo tomo nunca lo suelto. Ahora me doy cuenta que fue un error. Fui un egoísta que solo pensado en sí mismo. Fui un maldito que nunca pensó en el daño que te provocaría. Y ahora que lo pienso me doy cuenta que nunca debimos llegar a esto. Que tú nunca debiste enamorarte de mí, ni yo de ti. Fue un error porque se que tu nunca me olvidaras. Me odio ahora mismo porque te obligue a amarme, te obligue a quererme, no es justo para ti. Por eso quiero que seas feliz, y que no sufras por mi partida porque me iré. Viajare de tiempo definitivo a Australia y quiero que tú no te decepciones de lo hombres solo porque un maldito como yo te ha engañado, quiero que estudies y busques la felicidad eterna, porque te lo mereces. Eres la mujer más dulce, tierna y fuerte que he conocido. Te juro que yo siempre te recordare y te amare toda la vida, porque fuiste la primera y serás siendo la última mujer que ame con todo lo que tengo. Ahora entiendo que el amar también es soltar y yo te amo más de lo que puedo, lo hago porque lo que menos quiero es hacerte daño. Y si te dejo esta carta es porque quiero que tu ames a alguien más, que seas feliz y puede que en otra vida podríamos coincidir y yo poder ver que me has dejado de amar y ser feliz. Te voy a extrañar toda la vida mi estrella de faldas largas.
Con amor infinito. Isaac"
Como puedes hacerlo luego de tanto tiempo, porque decidiste escribirme esta maldita carta. Porque no solo te fuste así nada más. Porque ahora que ya pensaba en solo estar bien. Que ya era hora de dejarte descansar.
Y si, no es justo esto. Fuiste un maldito egoísta que solo pensó en sí mismo. Pero no puedo olvidarte ni mucho menos odiarte. Porque me pides que haga algo que es más fuerte que yo.
No quiero que te vallas de mis recuerdos pero si quiero que dejes de dolor de la manera en que lo haces. Quiero pensarte pero sin que eso me duela. Ya no estas y esta carta ahora no sirve de nada, porque si el tan solo te hubieras ido hubiera vivió, con decepción y traición pero hubiera podido dejarte ir sin que yo sufriera de la manera en que lo hago.
Fuiste mi primer amor y si, si fue un error nuestro amor.
Porque te empecinaste en enseñarme a amar. Dime que buscabas con hacerlo. Yo por lo menos estoy sufriendo por tu culpa, si tan salo hubieras resistido otra dosis más ahora mismo seriamos felices, porque yo hubiera sido tu cura. Nosotros hubiéramos sido tu remedio. Y puede que ahora fuéramos la familia que una vez dijimos que queríamos tener.
Seco mis lágrimas, limpio mi abrigo y prendo marcha.
Al llegar a casa las luces siguen encendidas. Mamá espera sentada en la sala.
Se levanta de inmediato que me ve entrar. No se acerca, solo espera a que de una señal. En sus ojos se nota la preocupación y tristeza.
----Lo siento mamá---- digo en susurro acercándome a ella y buscar su refugio. Ella mi abraza acariciando mi espalda.
----Llora mi cielo... llora todo lo que quieras---- dice mientras me aferro más a su cuerpo.
Cundo sientes una tristeza profunda, y no sabes cómo controlarlo la mejor manera de hacerlo es llorar, piensa que en cada lagrima que derramas es como si tu dolor se va con ellas. Así que llora cunado sientas un dolor que no te deja de doler.
Recuerdo las palabras de mi terapeuta. Lloro hasta no tener lágrimas que derramar. No sabía que hasta las lágrimas se agotaban de tanto llorar, o puede que no se agoten, sino que mi mente quiere que deje de llorar y confrontar mi dolor.
Mamá me trae agua. Lo recibo sin verla a los ojos. Pongo mi concentración en el vaso de agua. Lo veo como un reflejo que me hace ver mi realidad.
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Editado: 23.05.2024