Sol es una chica bastante dulce a mí parecer, a sus veinte años es madre soltera, pero aun frecuenta al padre del niño. Digamos que están en planes de volver pero se podría decir que Sol es un poco libertina.
“Ultima conexión a las 9.00 p.m.”
Apago el celular. Sé muy bien que le dije que yo le llamaba, pero realmente espero una disculpa de él y lamentablemente no llega.
Veo de lejos de como nuestros jefes se van acercando y fijimos estar trabajando. Admito que mi jefe es un poco gruñón y déspota, pero puede ser una persona que cuando tiene confianza te apoya en todo.
En cambio el jefe de Sol es todo un amor, es responsable, amable, caballero y tiene un físico que no puedes ignorar con facilidad.
Santiago Miller un hombre lleno de fantasía sexuales.
Pregunto yendo detrás de el a su oficina. El suspira con derrota y toma asiento para después llevar ambas manos a su rostro.
Asiento y vuelvo a ver mi libreta.
Las cosas con Ale Ríos fueron duras al principio, pero supe trabajar con él, mi jefe es todo un desastre que no entiendo cómo puede llevar un puesto tan grande.
Rebecca es su secretaria oficial y ella hace todo lo posible para que no caiga en el desastre y digamos que ella me enseñó a trabajar con él. Me capacito de maravilla para esto y se lo agradezco.
El hace que lo piensa y al final acepta con la condición que mañana tendré que ir al evento de carros con él y Rebecca.
Al salir veo que Sol está escribiendo en su computadora y aun lado de ella está su jefe. El me da una mirada rápida que yo trato de evitar. Guardo las cosas necesarias a mi bolso y pago mi equipo de trabajo.
Me despido de ambos y avanzo hacia la salida.
(…)
Al bajar del taxi veo la pequeña pero linda casa de Damián. Le mentí a Ale que era por la universidad pero lo que en realidad quería hacer era hablar con mi novio y aclarar las cosas.
Toco la puerta principal y tarda en salir la madre de mi novio que me mira con asombro.
Muerdo mi labio inferior y ella me hace una seña para ir hacia la habitación de mi novio. Dejo mi bolso en el sofá y avanzo hacia la habitación.
Estaba oscuro, así que saco mi celular para prender la linterna para guiarme hacia él. Su cuarto era un desastre y sonrió al verlo todo cobijado. Me acomodo a su lado y mi sonrisa se borra.
No tenía ni idea porque quería venir y disculparme cuando fue él.
Sé que está despierto ya que de un momento a otro su respiración es un poco agitada.
Asiento y alejo mi rostro para poder verlo. Realmente está arrepentido, puedo verlo es sus ojos.