CAPÍTULO 1: DESNUDOS
19 años después
Beep Beep Beep
—¡Hay no! Te odio estúpido —grito extendiendo mi mano a la mesita de noche y tomando mi estúpida alarma rompe oídos y tirándola para que no sonara nunca más, fácilmente el vendedor me dejaría más barata la quinta alarma que compro
Son las 7 de la mañana de un domingo. «Un domingo». Quien carajos se levanta un domingo a la 7 de la mañana, pues está chica lo hace, a la que se olvidó quitar su alarma y que no puede consolar sueño, me volteo para cubrir mi cabeza con la almohada y poder seguir durmiendo. Cuando mi puerta se abre fuertemente haciendo un ¡Bam! contra la pared, me enrollo más contra la cama y me ovillo para que no puedan sacarme.
—No —grito fuertemente como si me estuvieran matando—. Es domingo, D O M I N G O, no hagan esto o juro que me vengare, piedad, no por favor. Los asesinare
—Si claro mira como tiemblo Meg —el tonto de Alex está burlándose de mi amenaza, saltando en mi cama como niño pequeño
—Meg, apostaste y perdiste ahora vamos —pidió Dany—. Mitch y Luc ya están abajo, y ya dieron 7 vueltas dejándote dormir una hora más, tienes que levantarte
—Lo que es injusto ya que a mí me levantaron con agua —informo Alex molesto y saltando más fuerte que creería que mi cama se podría caer
Yo solo me cubría como una oruga en su capullo, no sé si lo sepan pero dicen que si no te mueves no te notarán, era lo que estaba intentando pero resulto ser una verdadera farsa, ya que el rubio tonto quito mi almohada y el castaño mi colcha, me sentía desnuda, salvó que tenía unas bragas y un polo lo suficiente grande para cubrir mi cuerpo, aunque claramente no soy una chica tímida, he convivido con estos chicos desde que tengo memoria.
Aun en descubierto y con un poco de frio los ignoro y lo que hacen a continuación es otro nivel de maldad. Ambos imbéciles tiran de mis talones, lo que escucharon es ese momento fueron un montón de profanidades y algunas amenazas de que obviamente me las pagarán. Intento sujetarme pero me es imposible con estos dos hombres gigantones y fuertes.
—Ya, ya está bien iré —grite en modo de rendición o era lo que creía que creyeran, me pare y primero vi al castaño de ojos celestes—. Muy mal Alexandre Beckham, —y luego viene al rubio con ojos verdes pálidos—, debería de darles vergüenza Daniel Bridge
Cuando corrí para escabullirme en cualquier habitación y encerrarme a dormir. Ambos chicos altos o mejor dicho jirafas me tomaron de los brazos sin dejarme escapar; si no estuviera con sueño no se les hubiera hecho tan fácil atraparme. Me rendí pero aun así patalee, no quería ir, quería quedarme con mi rica y calientita cama un domingo en la mañana, es domingo, mi domingo. Maldita apuesta.
—Tengo que vestirme —pedí a esos grandes hombres que me tenían cada uno de un brazo, debo reconocer que eran fuertes—. No lo haré, delante de ustedes
—No está vez Meg —dijo Alex, como si se imaginara lo que iba a hacer—. Si no sales con nosotros, no te daré de comer
—¿Es una amenaza? —pregunté con indignación y sorpresa—. Yo, tú mejor amiga, que te apoyaba y comía todos tus inventos de chef cuando recién estabas empezado, la que compartía su plagia de los exámenes contigo y hablaba con las chicas par que te perdonaran
Al parecer eso lo hizo sentir un poco mal y su agarre se volvió más débil y casi podría decir que me soltaría.
—Megan Jones eres una manipuladora —acuso Dany mirándome con sus verdes pálidos molesto— hiciste sentir mal a Alex, Meg eso está muy mal, eres una pésima mejor amiga
—No sirves como manipulador Dany, morirás de hambre si trabajarás de eso —le dije en modo de ironía; él abrió la boca solo para cerrarla. Me volteé para mirar a Alex estaba un poco triste— Alex lo siento sabes que odio levantarme en las mañanas, discúlpame
—Unas disculpas no bastan —interrumpió Dany
Suspiré resignada y derrotada; no puedo creer que hayan ganado pero a decir verdad Alex es un buen chef y no quería quedarme sin comer sus ricos aperitivos y comida. Además amo a estos pendejos que me levantan en la madrugada; sé que es mañana pero para personas como yo sé considera madrugada.
—Bien —dije molesta porque no me gusta rendirme— vamos a correr, pero —me volteé a Dany— esto no significa que me manipulaste ni nada, lo hago por Alex y su grata y deliciosa sazón
Busque en mi closet ropa deportiva y entre al baño mientras que ellos me esperaban en mi cuarto, lave mi rostro, ni siquiera puedo abrir mis ojos ya que aún me pesan y quieren ser cerrados, esto me pasa por amanecerme viendo películas a mi defensa las películas son adictivas. Me peino rápidamente dejando mi cabello rubio en una coleta alta y despeinada, y escogí uno de mis conjuntos deportivos favoritos, salí refunfuñando del baño.