Los Amores de Megan

16❤️Tócame❤️

 

16. TÓCAME

 

PAULO HASTINGS:

Nunca en mi vida me habían ayudado a vestirme pero ahora una mujer me ayudaba a colocarme el saco mientras otra acomodaba mi cabello. Ni loco dejaría que me pusieran los pantalones aunque no me molestaría que lo hiciera cierta señorita que acabo de ver pasar.

—Listo señor —la mujer se apartó de mí y mostro una gran sonrisa complacida por lo que había hecho.

Cuando me acerque al espejo tenía unos pantalones ajustados, con la camisa blanca abierta en tres botones pero con un chaleco y un saco hecho de plástico o eso creo. Los vestuarios tienen algo de reciclaje en ellos, algunos no lo aparentan mientras otros lo muestran por completo, como es el caso del saco, ha sido una excelente idea el de motivar a las personas usando la «R» de Reduce, Reúsa y Recicla.

Cuando vi a Meg con ese vestido brilloso color azul al igual que sus ojos solo lamí mis labios, ella no quería hacerlo pero aun así lo hizo y no sabía cómo sentirme respecto a eso. Ella menciono lo que paso en el pasado creí que yo era el único que no había superado eso pero me he dado cuenta de que ella tampoco lo ha hecho.

Una chica de cabello azul y ojos verdes se me acerco.

—Bien Paulo por favor puedes ubicarte ahí para las fotos —me señalo el centro donde todo estaba iluminado—. Tu asistente me ha dicho que tienes tiempo limitado así que a trabajar.

—Tú eres…

—Jazz. Jazz Evans —me extiende su mano la cual tomo amablemente—. Un gusto ahora si mueves tu lindo culito para tomarte las fotografías porque entre nos a tu asistente le va a dar un jodido ataque si no acabamos estas fotos hoy.

—No te preocupes la señora Hans y Gala van a poder contenerla —susurro y eso le hace reír

muevo hasta donde Meg ya está ubicada, ella no me mira sé que está molesta porque mueve el pie izquierdo con impaciencia. Jazz dice que nos peguemos y nos abrazamos, yo lo hago pero Meg no coopera sé que está molesta así que hago lo que siempre le saca una sonrisa.

Le hago cosquillas pero solo me peñizca y vaya que fue un peñizco fuerte.

—Lo siento —susurro en una foto que nos toman—. Soy el tonto estúpido más horrible de los mejores amigos y el peor ex que has podido tener claro que después de Corey esa si que es una cagada.

—No hables que nos están tomando fotos

—Pero Megan. Sonríe para las fotos estás mucho más seria que cuando me comí tu Hershey en la clase de gimnasia

—Megan puedes pegarte a su pecho —pide la fotógrafa tomándonos otra foto—. Quiero que la mires Paulo y tú también Megan, son solo ustedes dos.

Mire esos ojos azulados tan hermosos que alguna vez me enloquecieron.

Recuerdo que una vez me preguntaron: ¿Te han roto el corazón? Respondí que si pero nunca dije quien porque la que me había hecho la pregunta fue la misma que me rompió el corazón. Aquella rubia era de las personas que más quiero en la vida y la mujer más importante, ella siempre estuvo en los momentos más jodidos de mi vida y aun así ella me siguió apoyando, Meg siempre estuvo a mi lado acompañándome.

—Fui un idiota —susurro mirándola, ella me mira y una sonrisa se forma en su rostro, la primera sonrisa en toda la sesión de fotos—. Lamento haberte hecho lo que te hice Meg, fui un tonto egoísta.

—Acepto tus disculpas, idiota

—Siempre tratándome con el amor que me merezco mi hermosa amiga

—Ya sabes cómo es nuestra amistad

—En eso no tengo la menor duda

—Modelos no hablen —dice Jazz mientras se acerca y nos toma de un ángulo un tanto extraño—. Ahora, Megan ponte de espaladas y acaricia su rostro, Paulo tú la sostendrás de las caderas, cuidado con los vidrios

Hago lo que me pide, al igual que Megan. Cuando toco su cadera no siento los vidrios creo que exageran al decir algo como «Puedes cortarte», ella toma mi rostro, su tacto cálido me hacer recordar en los años donde tenía dudas existenciales.

—¿Crees que sea bueno? —cuestiono un poco tímido, no sé porque me portaba así cuando yo no soy para nada tímido pero con ella todo cambiaba—. A veces no sé si hago las cosas bien, siento que me pierdo que me voy a equivocar, tengo miedo a equivocarme.

gira su cabeza mirándome, muerde su labio mirando al cielo como si estuviera pensando.

—Porque correr si puedes caminar, no hay apuro en lo que quieras hacer con tu vida, lo único que debe preocuparte es que estés seguro de las decisiones que tomas —me levante y juguete con el césped pensando—. No pienses tanto Lolo solo se tú mismo, no dejes que las personas influyan en tus decisiones y sobre todo cree en ti. Yo estoy segura de lo que elijas será muy bueno para ti.

Se levanta y toma mi rostro entre sus manos, sonriendo.

«Confía en ti, idiota —susurra cerca de mis labios

—Te he dicho que te amo




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